Cacerolada y protestas en los institutos contra «la aplicación exprés» de la LOMLOE

Sin embargo, CC OO (que también iniciará una semana antes, el próximo lunes 21 de noviembre, una campaña de movilizaciones en los centros educativos por «los problemas en la implantación de la normativa) matiza que »la formación solo ha llegado a una pequeña parte del personal docente. Solo fue aceptada una persona por cada centro como máximo. Y no se ajusta a los problemas concretos y reales que el profesorado se está encontrando a la hora de aplicar el nuevo currículo y se limita a generalidades«. A esto ANPE añade que »la formación, además de inadecuada, tan solo llega a unos 300 docentes, el 3% total de la plantilla«.

Coincide el profesorado en que la LOMLOE supone un cambio de calado, que «exige aspectos metodológicos innovadores, trabajo por proyectos basándose en situaciones de aprendizaje, evaluación por competencias, agrupación de disciplinas por ámbitos, nuevos criterios de de calificación... Y que los docentes »no han tenido tiempo material para realizarlos«. »De hecho, estando casi en diciembre, el colectivo ni siquiera sabe cómo va a evaluar«.

A ello «se suma el exceso de tareas burocráticas que, lejos de menguar, se ha incrementado exponencialmente, asfixiando la labor docente y dejando en segundo plano la atención educativa». «Nos entierran en papeleo -continúa ANPE- para tratar de cumplir el expediente, para aparentar que se está haciendo algo que ni siquiera la consejería ha sabido resolver desde antes del verano, pasando la patata caliente al profesorado».

Teniendo en cuenta «el esfuerzo titánico que el colectivo ha hecho después de tres cursos de covid, ahora se le exige un esfuerzo adicional 'a la trágala', deprisa y corriendo, sin ayuda de ningún tipo, lo que ha provocado un enorme malestar y tal es el hartazgo, que se está convirtiendo a los centros educativos en auténticos polvorines, a punto de estallar».

CC OO, con su iniciativa, también va reclamar «la paralización de los plazos que Educación implantó unilateralmente para la entrega de proyectos curriculares y programaciones, así como una formación de calidad que sustituya al actual curso promovido por la consejería, tildado por numerosos docentes como »una auténtica pérdida de tiempo«.

A las declaraciones se suma SUATEA, quien reitera que «ni los plazos permiten cumplir con los propósitos a tiempo, ni se están resolviendo las incertidumbres que generan una metodología y terminología nuevas. Todo ello, a la espera de una formación que no termina de llegar». Desde su punto de vista, «la consejería debería prestar atención a estos hechos i no quiere correr el riesgo de que el resultado final sea un rechazo frontal tanto desde el profesorado hacia la nueva ley como hacia sus propias instrucciones».