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SHEYLA GONZÁLEZ
ARNAO.
Martes, 20 de agosto 2019, 02:31
Un amplio dispositivo de medios y personal busca desde la madrugada de ayer a Dévora Salas Blanco, una joven madrileña afincada en Luanco que cayó a la mar cuando pescaba en Castrillón. La joven, de 35 años, se encontraba en la ... zona de acantilados del Pical, en Arnao, cuando se precipitó entre las rocas, cayendo a la mar.
Junto a ella estaba su pareja, que fue quien avisó al Centro de Coordinación de Emergencias del 112. Eran cerca de las dos y media de la madrugada por lo que la visibilidad en la zona era casi nula. Tras la caída, el hombre subió hacia la zona alta para pedir ayuda. Carecía de teléfono móvil y tuvo que pedírselo a otra persona que les acompañaba, según narró ayer a los agentes de la Guardia Civil, que coordina la investigación de lo sucedido.
La zona de la bahía de la playa de Arnao en la que se produjo el accidente es rocosa y muy inestable, lo que dificultó las tareas de búsqueda a lo largo de la noche y del día de ayer. Rápidamente se desplegó un amplio dispositivo de búsqueda en Arnao. Efectivos por tierra, mar y aire batieron ayer toda la costa de Castrillón abarcando a los concejos limítrofes pero sin frutos. Según la descripción aportada por la pareja de Dévora Salas, la joven iba vestida con un chándal azul y llevaba un chubasquero de color fosforito .
El operativo se volverá a poner en marcha a primera hora de esta mañana. «La mar no está ayudando mucho. Hay mar de fondo que no permite una buena visibilidad y complica las tareas de buceo porque en ciertas zonas machaca mucho», explicó ayer el jefe de zona, Francisco Barreñada, que añadió que «en bajamar no encontramos nada». «Esperamos que la mar siga mejorando los próximos día para poder poner a trabajar a gente buceando en diferentes zonas», indicó.
El Pical es un lugar habitual de pesca. Aunque se trata de un acantilado de difícil acceso.
«Verdaderamente hay zonas en las que cuesta caminar. El problema no parece que fuera el llegar allí, sino que una vez allí pudo haber un golpe de mar», indicó Barreñada.
Hasta Arnao y Salinas se acercaban ayer conocidos de Dévora Salas para seguir de cerca el dispositivo de búsqueda y ayudar en lo posible.
«Conocían la zona de antes, habían venido unas dos o tres veces a pescar», explican algunos de sus allegados, que esperaban que el mar les dejase ver dónde se encontraba la joven. «Miro todo el rato pero solo veo las olas, no se ve nada. Esperamos que esto acabe pronto», decían.
Dévora Salas tiene fijada su residencia en Luanco junto a sus dos hijos aunque es de Madrid, donde reside toda su familia, que ayer viajaba desde la capital hasta Asturias para sumarse al dispositivo de búsqueda. «Es un palo muy grande, sobre todo para su hijo pequeño, tiene 13 años y estaba en casa cuando pasó todo. La mayor no, estaba en Madrid junto a su padre», decían sus conocidos.
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