Los militares antes de dirigirse a la zona del embarque. j. m. pardo

«Que tengan buena misión en Irak y regresen bien»

Las familias despiden a 60 militares de Cabo Noval que durante medio año protegerán a los asesores del país en seguridad nacional

Viernes, 19 de noviembre 2021, 22:19

«Hay que recoger las mochilas». Llegó el momento de despedirse. A solo cinco minutos de que el reloj del Aeropuerto de Asturias marcase las seis de la tarde, los 60 militares del Regimiento Príncipe número 3 del acuartelamiento de Cabo Noval se pusieron en fila para embarcar. En la pista, el avión que les llevaría hasta Bagdad, con dos escalas previas en Atenas y Kuwait. Ellos son los primeros de los cien que se desplegarán en Irak en una misión cuyo objetivo es proteger a los asesores de las instituciones iraquíes en seguridad nacional con el fin de impedir el resurgimiento del ISIS.

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En ese momento, las emociones, contenidas, afloraron. Esposas, padres y hermanos aprovecharon ese momento de espera para darles los últimos besos y abrazos. Las lágrimas asomaron en muchos rostros. Por delante, seis meses sin ellos. En su corazón, sienten «mucho orgullo». «Sabemos que es lo que quieren, que es su vocación y se han preparado para ello», decía Paqui Gil, madre del sargento Gonzalo Peinado, para quien esta es su primera misión. Ahora bien, «somos madres...». No oculta que los últimos días han sentido «tensión», pero «no le podemos añadir más presión a la que ya tiene, con soldados a su cargo». «¿Qué le decimos? Que hagan una buena misión y regresen bien».

Al frente de este contingente, formado también por otras unidades del Ejército de Tierra, está el comandante Víctor Alvarellos Sarabia, orensano de 39 años y que lleva viviendo doce años en Asturias. Después de estar en Líbano y Afganistán, afronta la misión de Irak «con muchas ganas de servir y de ayudar».

Han recibido formación específica durante seis meses. «Vamos da dar lo mejor de nosotros mismos en ese objetivo, bajo el paraguas de la OTAN, de proteger a los asesores del Ministerio de Defensa iraquí». En este mes de noviembre han estado concentrados en la base de Pontevedra de la Brigada Galicia VII, la Brilat, a la que pertenece el Regimiento Príncipe número 3.

Los militares, que fueron despedidos con un sonoro aplauso, se llevan muchos recuerdos personales. Y la protección de la Santina. «Uf, yo le he dado una cinta del manto de la Virgen, una postalita, fotos...», explica Adriana Guerrero, novia del soldado Diego Palacio. «¿Cómo lo llevo? Pues a ratos...», confesaba, «pero ya mañana empezamos la cuenta atrás. Un día más, un día menos para volverlo a ver». Así piensa también la madre del militar, Marisa Molleda, quien no oculta la preocupación por que esta misión se desarrolle en medio de una pandemia de covid que aún no ha terminado. «Ya estuvo en el Líbano hace tres años, pero esta vez es más triste por el virus».

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La teniente Alicia Fernández, enfermera en el contingente

La teniente madrileña Alicia Fernández Lozano, cuyo primier destino fue Cabo Noval (donde lleva «un año y dos meses»), forma parte del contingente que partió hacia Irak. Es enfermera militar y, como tal, prestará servicios sanitarios en Bagdad. «Cada uno en nuestro campo hemos recibido formación exhaustiva». Ella será una de las 30 mujeres que formarán parte de esta misión. «Llevo muchos años soñando con esto. Voy a aportar lo mejor de mí y espero que me enriquezca personal y profesionalmente».

«Con ilusión»

Hay quienes ayer se despidieron de hijos de muy corta edad. Es el caso del cabo David Fernández Villa, que ayer sostenía en brazos al pequeño Luca, de catorce meses. «Después de haber estado en Afganistán y el Líbano, ahora se hace más duro por el niño. Pero, al mismo tiempo, lo afronto con ilusión. Es un escenario nuevo. Mi mujer y yo nos apoyamos mutuamente y, aunque sintamos pena, la tecnología está muy avanzada y lo hace más llevadero» con videollamadas.

El cabo Jairo Javier Macías no estará para el cumpleaños de su hija Alicia, que en enero cumplirá dos años. «La niña lo extrañará», dice Jessica, la esposa. «Supongo que lo llevaré mejor que la primera misión, pero ésta es la primera desde que fuimos padres y estos días estoy con algo de 'bajón'. No puedes evitar pensar si está pasando por algún peligro». Muy emocionadas estaban Mari Carmen Villafáfila, María Blázquez y Verónica Sánchez, madre, novia y hermana del soldado David Sánchez. «Es la primera vez que va de misión. Se hace duro y queremos que pase rápido, pero también que disfrute la experiencia y vuelva bien».

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