MARIO ÁLVAREZ
GIJÓN.
Viernes, 29 de octubre 2021, 04:40
La vecería de los manzanos propicia cosechas generosas los años impares. La producción ha aumentado un 30% y se recogerán alrededor de 30.000 toneladas de manzanas para sidra. En cualquier caso, y aunque los principales llagareros de la región coinciden en que «las cifras ... son muy positivas», se queda lejos de las 35.000 toneladas alcanzadas en 2019 y que suponía un récord en los últimos tiempos. Incluso, de las 33.000 toneladas de 2017. También hay que tener en cuenta que la necesidad es menor que la de anteriores ocasiones. Si durante el año pasado los productores se alegraban de que fuese un año de poca manzana ante la escasa previsión de venta por la pandemia, este curso el relato es similar. Aunque confían en que la demanda aumente, «de hecho, ya estamos viendo el crecimiento», se marcan como objetivo prioritario dar salida a la sidra que no se pudo vender como consecuencia de las restricciones que afectaron a la hostelería. Los expertos, tal y como apuntó EL COMERCIO el pasado miércoles, cifran esa cantidad en un tercio del total producido con la cosecha de 2020.
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Este hecho ha contribuido a que se congele el precio de la manzana, que se mantiene en torno a los 35 céntimos por kilo «Esto es lo de siempre. Habrá a quien le parezca caro, pero, realmente, resulta complejo obtener un margen de beneficio amplio», destacó Alba Ortiz, dueña de la explotación 3.000 Raíces, ubicada en Tineo. No obstante, reconoció que este no es el momento idóneo para que subiese el precio porque se venderá menos fruto al aprovechar la sidra sobrante. Y los productores, con todo, tendrán que cargar con la subida de costes, en particular de luz y combustible, lo que reduce sus márgenes. No obstante, no se quejan porque, al menos, no ha habido problema de provisión. «Cuando los manzanos no son generosos, la situación se complica. Resulta lastimoso no poder proporcionar la cantidad que se nos pide, pero, naturalmente, eso no depende de nosotros. Los años impares siempre son un alivio. Sabemos que todo irá bien», comentó Dolores Huerta, cosechera de Fuentes (Villaviciosa). De hecho, la escasez de sol en verano y el aumento de las precipitaciones en el primer tramo del periodo estival apenas inquietó a los productores. «No se dio el clima propicio, pero, con más o menos sol, en los impares los manzanos siempre responden», explicó.
Las manzanas son frutas climatéricas, es decir, que después de la recolección continúan madurando, aunque mucho más lento que otras, como los plátanos. Para su correcta conservación, no conviene mezclarla con otras frutas ya que desprenden etileno, un gas que acelera las maduraciones.
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