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R. AGUDÍN / A. ARCE
OVIEDO.
Jueves, 8 de agosto 2019, 02:40
«Estoy bien». La joven castrillonense que el domingo resultó herida de gravedad durante una pelea en el Xiringüelu continúa ingresada en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde se recupera de sus lesiones. Después de pasar casi tres días en la Unidad ... de Cuidados Intensivos, ya ha sido trasladada a planta. Se trata de Claudia F. P., de veintitrés años, vecina de Piedras Blancas, licenciada en Medicina y estudiante del MIR. Ella misma desde su habitación, en declaraciones a EL COMERCIO, explicaba que está «bien», rodeada de su familia. Quiere olvidar lo sucedido y estar tranquila. Así se lo decía a sus amigos, que no dejaron de llegar durante toda la jornada para trasladarle su apoyo. No la abandonaron en ningún momento. La familia, por su parte, todavía no ha interpuesto denuncia por temor a posibles «represalias» y la Guardia Civil aún no ha practicado ninguna detención, si bien sí ha identificado a varios testigos de la supuesta agresión.
Los hechos tuvieron lugar pasadas las once de la noche del domingo, cuando las celebraciones en el prau de Salcéu, escenario principal de los festejos, ya habían finalizado y la mayoría de los romeros habían abandonado el lugar. La joven permaneció inconsciente unos diez minutos y al despertarse manifestó que no tenía sensibilidad en dos de los dedos de una mano. Fue atendida por el personal de seguridad privada y por un equipo sanitario que, ante la posibilidad de que padeciese lesiones medulares, decidió evacuarla directamente al HUCA.
Las diferentes fuentes consultadas discrepan, no obstante, a la hora de situar el origen de las lesiones de la víctima. Unas afirman que la joven fue víctima de una agresión perpetrada por unas vecinas de Soto del Barco que ya habían atacado previamente a una de sus amigas. En esa trifulca, según la familia, Claudia F. P. habría recibido varios golpes en cabeza, cara y otras partes del cuerpo; incluso mordiscos. Otros testimonios, no obstante, apuntan que las lesiones más graves no son consecuencia directa de una paliza, sino de la caída.
El de esta joven Castrillonense es el caso más grave del que se tiene constancia en la celebración de esta última y multitudinaria edición del Xiringüelu. La Guardia Civil actuó en trece conatos de pelea y distintas agresiones, que fueron detectadas en su mayoría gracias al sistema de videovigilancia, e intervino un total de seis armas blancas.
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