COVADONGA DEL NERO
GIJÓN.
Viernes, 26 de febrero 2021, 08:15
Gijón salió a medianoche de la situación extraordinaria de medidas 4+, por las que los establecimientos hosteleros no tenían permitido abrir sus interiores y solo podían servir en terrazas. Aunque no se trató del cierre total de la actividad, parte del colectivo sí tomó ... la decisión de cerrar completamente. «Nosotros cerramos porque no nos compensaba tener solo las mesas de la terraza», explicó Cristian García, responsable de La Galana, ubicado en plena plaza Mayor de Gijón, a quien la cantidad de preparativos a realizar le obligan a levantar la persiana mañana, a pesar de poder hacerlo legalmente hoy.
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Ayer, a menos de 24 horas de volver a permitir la entrada de clientes a las mesas del interior, los hosteleros ultimaron los detalles para empezar con fuerza. «Estoy muy ilusionada y con mucha esperanza de volver a la actividad casi normal», asegura Damaris Vega, del café Twist, en la calle San Bernardo.
Vega dedicó el día de ayer a preparar parte de las comidas y las tartas para que hoy sus clientes tengan una carta, aunque reducida, variada donde elegir. La dueña del café gijonés recordó y reiteró la importancia de que «todos pongamos cuidado y evitemos nuevos cierres». «Aunque una minoría, sí hay clientes que se quejan cuando les recordamos las normas», explicó Vega. «Nuestros actos repercuten en la vida de toda la sociedad».
Mientras, Miguel Ángel Prieto, dueño de la sidrería restaurante El Centenario de la plaza Mayor, también comenzó a preparar todo para echar a rodar hoy. «Tengo ganas de abrir, pero el horario no compensa a nadie», comentó refiriéndose al cierre de los locales a las 20.00 horas, y la prohibición de servir a nuevos clientes a partir de las 19.30 horas.
Esta afirmación de Prieto, la compartió Sergi Rivero, del café Dindurra del paseo Begoña: «El horario nos mata». «Creo que es lo que más daño nos hace», afirmó Rivero, quien al menos suspiró aliviado de reabrir el interior. Ayer descansó «obligado» por las condiciones climatológicas que no permitieron el servicio en terraza. «Dependíamos del tiempo, ahora ya podremos abrir con normalidad», aseguró.
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La ilusión de algunos hosteleros de la ciudad se mezcló con la «incertidumbre» de no saber cómo responderá la gente. «Hay muchos vecinos que muestran reticencias a tomar algo dentro de los locales», comentó Damaris Vega. «Hay gente que tiene miedo y seguirá prefiriendo la terraza», coincidió García con su compañera de profesión. Por otra parte, Sergi Rivero confió en que «manteniendo la distancia y con la amplitud de mi local, los clientes vuelvan a entrar a consumir en las mesas de dentro». «Yo espero que no volvamos a tener que cerrar el restaurante», confió Prieto. «Cerrar otra vez implicaría arruinarnos definitivamente», añadió Vega.
Limpieza, preparación de cartas de platos, geles hidroalcohólicos por doquier y reposición de bebidas. Así prepararon los hosteleros gijoneses sus establecimientos para recibir hoy con los brazos abiertos a todos los clientes que quieran volver a consumir en sus locales.
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