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Adrián Barbón da marcha atrás y, 48 horas después de anunciar la creación de una macroconsejería para unir bajo un mismo paraguas las competencias de Cultura y Bienestar, considera ahora que la «mejor solución» es crear una nueva Consejería de Cultura, Deporte y ... Política Lingüística, con Vanessa Gutiérrez al frente del departamento, y mantener la consejería que por ahora lidera Melania Álvarez con la estructura actual, aunque sin desvelar aún el nombre del nuevo titular.
La presión recibida por parte de las asociaciones del tercer sector y de la cultura y las críticas de su propio socio de gobierno, que se enteró de la decisión apenas unos minutos antes de hacerse pública, obligaron a Barbón a rectificar un día después de haber defendido en rueda de prensa su propuesta inicial como «audaz», «valiente» y fruto de un proceso de escucha con la sociedad.
El presidente del Principado dijo ayer no tener problema en rectificar porque «yo siempre he dicho que la principal responsabilidad de un director de orquesta es, cuando un instrumento no afina bien, ser capaz de hacer esos equilibrios y esos movimientos». Reconoció de hecho que había recibido «muchísimas llamadas de colectivos sociales, del tercer sector, y también de gente del mundo de la cultura en las que me trasladaron su preocupación» por la unificación de ambas áreas bajo una única consejería. Una decisión, eso sí, que Barbón insistió en que se adoptó en aras de mantener la limitación de diez consejerías en las que inicialmente se había organizado la estructura de Gobierno como parte de la negociación con su socio de coalición, IU-Convocatoria por Asturias. Su explicación choca de lleno con lo que mantiene el portavoz de IU-Convocatoria por Asturias, Xabel Vegas, quien argumenta que lo acordado fue la propia estructura, pero que en ningún caso había una exigencia por parte de la coalición de establecer un número concreto de consejerías, por lo que le recriminó haber adoptado una decisión de tal calibre de forma unilateral sin tener en cuenta la opinión de su socio, generando un fuerte malestar en sus filas.
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El desencuentro derivó en una reunión al más alto nivel entre los socios de Gobierno ayer a primera hora de la mañana, en la que participó tanto Barbón como el coordinador autonómico de IU y consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, donde se habría acordado este nuevo cambio de criterio en relación a la estructura del Gobierno que, poco después, Barbón hizo público en sesión plenaria. Zapico incidió en que la limitación a diez consejerías fue en su momento una propuesta de Barbón, pero señaló que «no pasa nada» por ampliar a once las carteras para que Cultura pase a tener su propio departamento dadas las dificultades que supone para este área no disponer de este rango. Dijo compartir «plenamente» la decisión ahora adoptada y dio por zanjada la crisis. «Es agua pasada. Ahora toca trabajar».
Tras haber sido fuertemente criticado por anunciar la macroconsejería desde la sede de la Federación Socialista de Asturias (FSA), ayer Barbón quiso anunciar su cambio de parecer en la Cámara. Eligió su cara a cara quincenal con el líder de la oposición, Álvaro Queipo, quien el pasado martes habría criticado duramente la decisión de unir bajo un mismo techo áreas como Derechos Sociales y Cultura y afirmado que, si se hubiera planteado la división en dos consejerías, el PP no lo hubiera criticado. Barbón cogió el guante, dio por avalada su propuesta de crear una nueva consejería por el principal grupo de la oposición y rechazó cualquier crítica que pueda llegar ahora desde la bancada popular en relación al número de consejerías o a su cambio de criterio. «No hay vaivenes. No pueden criticarlo porque es por escucharles», llegó a decir. De hecho, Barbón cree que lo ocurrido en estas últimas horas no hace más que confirmar su capacidad de escucha y de diálogo. «Soy de los que cree que la estructura tiene que estar al servicio de Asturias, que no hay estructuras permanentes, que se tienen que adaptar a cada momento y que hay que estar siempre atentos, tener escucha activa y mostrar voluntad de diálogo», resolvió para reconocer más tarde que «la inmensa mayoría» de los colectivos que ayer se pusieron en contacto con él eran partidarios de crear dos consejerías. «Liderar es esto, es decidir, es aceptar también lo que funciona mejor», concluyó.
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