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Adrián Barbón, durante la rueda de prensa en la que confirmó a Nieves Roqueñí como nueva presidente de El Musel.

Todo cambió en 72 horas: ¿por qué Barbón pasó del «no lo tengo decidido» a anunciar los cambios?

La presión que desde múltiples ámbitos -políticos, municipales, empresariales y sindicales- se estaba tratando de hacer para que el presidente adelantara el anuncio de la remodelación del Gobierno

Jueves, 30 de enero 2025, 13:33

El secreto no era tanto, puesto que el nombre de Nieves Roqueñí como sustituta de Laureano Lourido en la Presidencia del Puerto de Gijón ... ya lo puso EL COMERCIO encima de la mesa desde que se supo que el hasta ahora presidente de El Musel había dimitido. Pero a Adrián Barbón le gusta marcar los tiempos a la hora de tomar decisiones de tanta enjundia como esta, que conlleva además una remodelación en toda regla del Gobierno. El jefe del Ejecutivo asturiano no tenía intención de anunciar los nombramientos esta semana. De hecho, el pasado martes afirmó de forma rotunda que «a día de hoy no tengo ninguna decisión tomada» y descartó que estos cambios se fueran a tratar en el Consejo de Gobierno de este viernes. No se puso fecha para tomar esa decisión, aunque se esperaba que fuera para la próxima semana o mediados de febrero. Dependía de los retoques que pudiera conllevar esar remodelación en la estructura de Gobierno.

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¿Qué ha pasado para que en menos de 72 horas el presidente del Principado haya cambiado de decisión? La presión que desde múltiples ámbitos -políticos, municipales, empresariales y sindicales- se estaba tratando de hacer para que la decisión se tomara de inmediato.

La opción de Nieves Roqueñí como sustituta de Lourido estaba clara desde el inicio. Cuando se supo de la dimisión del presidente del Puerto se plantearon dos nombres, Alejandro Calvo, hombre de confianza de Adrián Barbón y de la delegada del Gobierno, Adriana Lastra, quien también es miembro del consejo de administración de El Musel, y el de la titular de Transición Ecológica. No obstante, el consejero de Fomento rápidamente se cayó de las quinielas, ya que se buscaba un perfil más técnico que político y, sobre todo, una mujer, para continuar con la alternancia en la Presidencia de la Autoridad Portuaria que ha venido produciéndose.

Comenzaron pues las presiones, pidiendo que el nombramiento se hiciera lo más rápido posible, evitando un proceso largo que no haría más que provocar incertidumbre. Pero Barbón, como decíamos anteriormente, quiere marcar sus propios tiempos. Primero, porque enviar a Roqueñí a El Musel implica buscarle un sustituto en su consejería. Desde el primero momento pensó en Belarmina Díaz, número dos de Roqueñí, como el relevo natural, aunque también barajó la opción de llevar a esa consejería a Alejandro Calvo. No obstante, esta opción la descartó porque supondría buscarle sustituto en Fomento, que debería ser, además, mujer para garantizar la paridad del Gobierno. Segundo, porque la FSA se encontraba en un proceso congresual -fue el tercer fin de semana en Avilés- en el que el presidente fue elegido secretario general por tercera vez y en el que además diseñó una ejecutiva con grandes cambios, y, tercero, porque aprovechando la salida de Roqueñí del Gobierno meditaba una reorganización más amplia, no de personas ni de estructura, sino de nombres de las mismas.

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No obstante, el hecho de dilatarse en el tiempo estos cambios supuso que desde fuera hubiera muchas interferencias. En algunos casos de colectivos o sectores empresariales, políticos y municipales que trataban de barrenar el nombramiento de Nieves Roqueñí para tratar de imponer otros nombres. Intentos fallidos, porque quien conozca al presidente sabe que ese tipo de imposiciones nunca las acepta.

Aún así, todo el ruido que se ha ido generando sobre la Presidencia de El Musel y la remodelación de Gobierno llegó a unos decibelios tan elevados que obligó al presidente a acelerar sus tiempos. Las decisiones ya las tenía tomadas, por lo tanto no hubo que precipitar nada. Sólo anunciarlas. «Había que poner freno a todo lo que se estaba generando», dijeron fuentes próximas al Ejecutivo. Y dicho y hecho. Lo que iba a ser una rueda de prensa para repasar los compromisos del pasado año acabó convirtiéndose en una comparecencia para anunciar lo que ya se sabía: Nieves Roqueñí será presidenta de El Musel y Belarmnia Díaz consejera de Transición Ecológica.

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