Barbón marca seis metas para revitalizar Asturias y pide renovar la financiación para tener «más recursos»

En todo caso, en varias ocasiones durante el discurso y muy al principio dejó claro Barbón que ya ha «entablado conversaciones con otras fuerzas parlamentarias» -en plural- y «confío sinceramente en que este diálogo abierto y fluido fructifique en un entendimiento de unidad progresista». IU ya ha comprometido su apoyo a Barbón en la votación de hoy, al margen de cómo se concreten esas negociaciones, bien sea en un gobierno de coalición, bien en un acuerdo de apoyos parlamentarios.

Queda por ver lo que hará la única diputada de Podemos, Covadonga Tomé, que anoche emitió un comunicado en el que afirmó que ella apuesta por votar a favor de la investidura, pero que deja para hoy la explicitación de la votación que convocó entre la militancia de Podemos, tras rechazar que la consulta de la dirección interina de su partido al Consejo Ciudadano la obligue a votar a favor de Barbón. Tomé indicó ayer que tras la votación se iba a proceder a una comprobación de la validez de los votos. Y, así, deja para hoy, tras una larga noche en la que los teléfonos estarán muy activos, desvelar cuál es la posición del sector que la apoya. Su postura será clave para que Barbón pueda ser investido en primera ronda, lo cual, en una semana que finaliza en un domingo de elecciones generales, tiene más importancia de lo que parece.

De hecho, Barbón insistió en el discurso en dejar claro que «mi gobierno tendrá una nítida orientación progresista» y en que su Ejecutivo, uno de los tres que a nivel autonómico encabezará el PSOE (con Navarra y Castilla-La Mancha), actuará como «un rompeolas frente a la involución de la extrema derecha».

La parte propositiva del discurso, con todo, ocupó la mayor parte de los 75 minutos que duró, de una forma muy ordenada, por otra parte. Marcó Barbón seis «grandes compromisos», como áreas de actuación futura, en la mayoría de los cuales ya se viene trabajando desde 2019. De hecho, recordó que en el discurso de investidura de hace cuatro años sus «prioridades» fueron «bien precisas», y las recordó: «la creación de empleo de calidad, el impulso de una industria competitiva, con la ciencia como gran aliada, el refuerzo de los servicios públicos, seguir en primera línea en defensa de la igualdad y en el reconocimiento de la diversidad, y, finalmente, afrontar el reto demográfico».

Los seis grandes objetivos de 2023 son una extensión y ampliación de aquéllos, y se resumen en «situar a Asturias a la vanguardia de la revolución verde; dar protagonismo al medio rural en la década del cambio, la renovación del estado de bienestar; la igualdad como blindaje contra la involución; el aprecio a la cultura propia, con orgullo de identidad, y, como síntesis de todo, el impulso demográfico». Claro que también admitió «con total franqueza» que «Asturias necesita más recursos», una afirmación que expresó cuando se refirió a las mejoras que propone en la defensa del estado del bienestar, en particular de la atención primaria, de la reducción de las listas de espera y del pacto que propone a los partidos para dar una mejor atención a la salud mental, así como una batería de medidas para solucionar los problemas de vivienda, en particular de los jóvenes. Y, por todo ello, insistió en que un «enésimo aplazamiento, ya he perdido la cuenta, de la reforma de la financiación autonómica empeoraría la situación.

Como la legislatura pasada, mi gobierno trabará alianzas con las comunidades autónomas que compartan nuestros planteamientos para urgir esa revisión y asegurar la equidad en la prestación de los servicios públicos. Esta es otra meta», subrayó.

Tendrá oportunidad de expresarlo en la entrevista que, afirmó, pedirá de inmediato al presidente del Gobierno tras las elecciones del domingo, y de formar frente común «con los presidentes de las comunidades vecinas, Galicia, Cantabria y Castilla y León», con los que se pondrá en contacto en breve para reafirmarnos en nuestros planteamientos comunes respecto a la financiación autonómica, el reto demográfico, el Corredor Atlántico o la protección del lobo».