Barbón: «No me corresponde a mí fijar nombramientos y salarios en la Finba»

El presidente del Principado, Adrián Barbón, se ha desmarcado hoy de la polémica generada en torno a la dirección de la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria de Asturias (Finba) al señalar que ni a él ni a su gobierno les correspondes decidir nombramientos o salarios en dicha institución dado su carácter privado.

«A mi no me corresponde fijar ni los nombramientos ni los salarios. Lo que me pueden juzgar es por las decisiones que yo adopto y eso va reflejado en el presupuesto«, ha señalado antes de recordar que los de los altos cargos de la administración autonómica, así como los de las empresas u organismos públicos dependiente de ella estarán congelados en 2021.

Barbón ha hecho estas declaraciones a raíz de que el médico gijonés, exsecretario general de Sanidad y exconsejero de Sanidad, Faustino Blanco, decidiese renunciar al cargo de director de la Finba tan solo un mes después de su nombramiento.

La decisión, comunicada el domingo al presidente del patronato, el empresario Blas Herrero (que fue quien le propuso para el cargo), la trasladó este lunes por la tarde de forma oficial a los miembros del patronato en una reunión extraordinaria y telemática. En el trasfondo, la polémica por su elevado sueldo: una cantidad fija de 85.000 euros brutos anuales y otra variable de hasta 25.000. Fue el sindicato Sicepa quien dio a conocer esta retribución, así como que esos 110.000 euros prácticamente duplicaban el salario de su antecesor en el cargo, el también médico gijonés Enrique Caso. «Una inmoralidad absoluta» que convertía la Finba en «un chiringuito», a juicio del sindicato.

Lo abultado de la cifra tampoco gustó al Gobierno regional -que, precisamente a los pocos días del nombramiento de Blanco, congelaba el sueldo de sus altos cargos por «solidaridad» con los sectores más castigados por la pandemia- y así se lo hicieron saber. Habría sido esa incomodidad manifiesta en el entorno de Presidencia la que habría llevado a Blanco a optar por dar un paso atrás. Según él, con la intención de no dañar la imagen de la entidad ni al Principado.