Barbón defiende la creación de la macroconsejería «porque liderar es ser audaz y es también escuchar a Asturias»

Una fusión que ha sido criticada, de forma unánime, por todo el arco político, incluido su socio de gobierno, IU-Convocatoria por Asturias. A su socio de Gobierno, el líder socialista le recordó que «fue informado a la misma vez que yo daba cuenta del cambio ante la ejecutiva de la Federación Socialista de Asturias (FSA)» y que la estructura del gobierno «me corresponde a mí». Explicó de nuevo que Cultura debe pasar a rango de consejería «porque vimos que en determinadas fundaciones y, también en los consejos sectoriales, no podía participar la viceconsejera porque se exigía el rango de consejera».

Ante las voces críticas, surgidas no solo desde la esfera política, sino también de las entidades del tercer sector especializado en discapacidad y dependencia, que siempre han defendido la necesidad de una consejería para atender todas las necesidades del Estado del Bienestar, una departamento que tiene entre sus encomiendas asuntos tan sensibles y de complicada gestión como el salario social, ahora unido al ingreso mínimo vital, la Ley de la Dependencia, la atención geriátrica con el nuevo modelo de cuidados de larga duración, del que el propio Barbón recordó que «Asturias lidera en todo el país», o la atención a la infancia y la tutela de menores, el presidente asturiano dejó claro que «tanto Cultura como Derechos Sociales son piezas estratégicas para el Gobienro de Asturias».

Así, además de anunciar la creación «de una viceconsejería de Derechos Sociales y Bienestar», cuyo titular no avanzó, «porque corresponde anunciarlo a la nueva consejera después de que tome posesión de su cargo», recordó que «la consejería había decrecido en competencias ya. Al inicio de legislatura se le suprimieron todas las competencias en materia de Vivienda, que pasó a Ordenación del Territorio, y todo lo que tenía que ver con valoración de la discapacidad, también pasó a otra, a Salud. Si le sumamos la aportación de Cultura a la que tenía con vivienda, que son 100 millones, vemos que su presupuesto es inferior. Esto obedece a un cambio conceptual, hemos pasado a auténticos derechos, que es lo que no le gusta a los partidos más a la derecha, que hablemos de derechos».

Negó Barbón que esos recortes en la consejería que aún lidera Melania Álvarez se hubieran producido por, como apunta el sector, la elevada carga de gestión que supone la tramitación de los derechos sociales. «No es exacto. El cambio de Vivienda tuvo que ver con el pacto con IU, no con la redimensión de la consejería. Seguramente si no hubiera habido pacto de gobierno, la estructura habría sido diferente. No podemos confundir. En cuanto a la la discapacidad, el cambio tiene más que ver con que creemos que la revisión de la discapacidad tiene más que ver con la sanidad».

Reconoció que hubiera sido posible unir las competencias de Cultura a la consejería de Educación, «pero el sector cultural entiende mejor la propuesta actual. Por ejemplo, el asturianismo cultural y político exigía elevar de rango y ya desde el pasado se vio que cuando se une Educación con Cultura, al final, la última quedaba devaluada». También quiso atender a las voces críticas por la falta de ayudas al deporte. «Mi palabra está dada y es una promesa de legislatura, no de los presupuestos de 2024, que, no obstante, han crecido».

Insistió en que no ve ninguna complicación en unir en una misma consejería departamentos tan, en apariencia, dispares como la gestión de la dependencia o el ingreso mínimo vital y la tutela de menores con los planes culturales, la defensa de la Llingua o los deportes. «¿Acaso la cultura no está relacionada con los derechos sociales? ¿Acaso la cultura no afecta a los mayores? ¿O el deporte? ¿Acaso la cultura no debe garantizarse por jóvenes o adolescentes? Estamos en permanente evolución. No hay estructuras estancas. Yo me pregunto, ¿qué tiene que ver la competencia de Turismo con la estrategia digital de la propia administración? Pues está en la misma consejería. O qué tiene qué ver Emigración con Igualdad, que lleva la vicepresidenta. Qué tiene que ver la política económica y la Justicia y está en la misma consejería. Qué tiene que ver interior con las carreteras. Pues están en la misma consejería. Qué tiene que ver Ordenación del Territorio con los derechos LGTBI. Pues también están en la misma consejería».

Lo que sí dejó claro el presidente asturiano es que la decisión no supone un suspenso a la gestión de Melania Álvarez. Aunque previamente había explicado que «aquí todo el mundo está en examen continúo. Todas las personas saben que formamos parte de un equipo. A mí me toca ser el director de orquesta que tiene que ser el mejor equipo, no para nosotros, sino para todos los asturianos», no tuvo más que buenas palabras para la todavía consejera.

Así, dijo que «quiero reconocer el papel que Melania Álvarez ha desarrollado en la durísima etapa que le tocó asumir a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, con todo lo que tuvo que ver con afrontar la pandemia, cuidar a los más vulnerables, a las personas mayores, especialmente en nuestras residencias. El trabajo que hizo para reducir las listas de espera en materia de salario social, la integración del salario social con el ingreso mínimo vital, la reducción de la lista de espera de dependencia, o con la definición del nuevo modelo de cuidado de las personas mayores».

Un cambio de modelo que, recordó «Asturias lidera ese nuevo modelo ante toda España». Tras reiterar «mi agradecimiento a su trabajo», no dudó en darle las gracias, también, «porque ha querido dar un paso al frente para asumir la representación de Asturias como senadora por designación autonómica».

Respecto a Vanessa Gutiérrez, tampoco eludió elogios Adrián Barbón. «Nadie duda del perfil de Vanessa Gutiérrez. Su capacidad intelectual, su rigor intelectual, su inmensa capacidad de trabajo, su capacidad de empatizar con los demás, de ponerse en el lugar de otros. Si a eso sumamos la mano izquierda que tiene para trabajar y la mano derecha para dialogar, es una buena muestra de la potencialidad de este Gobierno. Va a ser una grandísima consejera, como ha sido una excelente viceconsejera».

Además de la nueva estructura de Gobierno, defendió también Adrián Barbón el fichaje de Rafael Oñate, exjefe de gabinete del ministro Félix Bolaño. Vendida su incorporación como una persona que «garantiza los puentes» entre los gobiernos regional y central, rechazó el jefe del Ejecutivo autonómico eso sea sinónimo de que los puentes o el hilo directo entre él y Moncloa estén rotos. «No es que haya puentes rotos, es que se va a reforzar esa comunicación directa», aseguró. Explicó que Oñate, que dejó el trabajo en Madrid para trasladar su residencia a Asturias «por motivos personales» (es el marido del alcalde de Cudillero, Carlos Valle) «no es un alto cargo. Es personal eventual de gabinete». Defendió que «es una incorporación muy potente, porque fichar al jefe de gabinete de un ministro viene muy bien».

En esa línea apuntó que «no es una cuestión de relación de Moncloa con el presidente del Principado. No, es que él tiene contactos con todos los gabinetes de todos los ministros, con lo cual va a reforzar aún más la interlocución que ya tenemos«. »Es una incorporación muy potente de la que me siento muy orgulloso«, zanjó.