ALICIA GARCÍA-OVIES
VILLAVICIOSA.
Sábado, 9 de noviembre 2019, 01:53
El Ayuntamiento de Villaviciosa inició ayer las obras para intentar frenar el avance del argayo de Tazones que amenaza a cuatro viviendas y dos establecimientos hosteleros. La actuación, controlada en todo momento por el ingeniero municipal, consistirá en crear un nuevo desvío ... para el agua, ante la previsión de que las intensas lluvias continúen todavía varios días. Una excavadora estuvo ayer trabajando en la parte superior del desprendimiento, en la zona de Villar, aunque serán necesarias más actuaciones. Una ingeniera especializada, que ya ha visitado la zona, será la encargada de elaborar un estudio sobre lo ocurrido y plantear las medidas que será necesario ejecutar.
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El desprendimiento, además de por las intensas lluvias, habría estado originado por las labores forestales que se realizaron en la finca hace un año. «Cuando sacaban la madera hicieron varios caminos. El último, al parecer, serviría un poco de vaguada. Creemos que en ese punto es donde se juntó todo el agua hasta que rompió por la zona más débil. Aunque serán los técnicos quienes lo confirmen y esclarezcan la causa», explicó ayer el delegado territorial, Luis Batalla, quien estuvo siguiendo de cerca los trabajos.
Mientras, los vecinos intentan sobreponerse de un susto que, más de veinticuatro horas después, sigue teniéndolos con los nervios a flor de piel. «No he dormido nada en toda la noche. Cada poco me despertaba», reconocía ayer Pilar Fernández. Ella es una de las principales afectadas por el desprendimiento, que alcanzó tanto su casa como el hotel y el restaurante Las Terrazas, del que es propietaria.
Ayer, gracias a la colaboración de Protección Civil, pudo acceder por la mañana al interior de la vivienda para recoger algunas de sus pertenencias. Durante los minutos que estuvo en el interior, logró sacar varias bolsas de ropa, así como medicamentos. Además, comprobó que el barro tan solo había entrado en una de las estancias por una ventana, que pudo cerrar para evitar que la situación fuese a más. El día anterior, tanto ella como su madre salieron de casa con lo puesto tras encontrarse con una gran lengua de barro que llegaba casi hasta su vivienda. «Ahora estoy casi peor que ayer porque lo ves con otra perspectiva», afirmó.
El primer desprendimiento tuvo lugar en torno a las siete de la mañana, cuando una gran piedra cayó en una terraza, pero no fue hasta mediodía cuando se produjeron los mayores daños. Fernández fue precisamente la encargada de dar la alerta a la Policía Local. Posteriormente llegaron a la zona efectivos del servicio de Bomberos del Principado, que fueron los que aconsejaron desalojar las viviendas por precaución.
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Paola García, propietaria del Asador de Tazones, se encontraba en ese momento en la cocina junto a su marido preparando los platos del día. «En un primer momento te asustas. Estas tranquilamente cocinando y vienen a decirte que tienes que salir corriendo», recordó ayer. Ellos también pudieron acceder ayer al interior del local, que prácticamente no ha sufrido daños: «Tan solo entró barro en el comedor derecho».
El desprendimiento les ha obligado a cancelar las reservas del fin de semana, «aunque parece que esto va a alargarse más tiempo. El jueves ya comenzamos a decirle a la gente que nos llamaba que íbamos a estar unos días cerrados, pero el libro con el resto de reservas lo teníamos en el restaurante y por eso hemos venido a buscarlo», explicó García. Contaban con una media de quince reservas para cada día del fin de semana.
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No es la primera vez que los vecinos de Tazones viven en vilo por un argayo. Hace varios años, tan solo a unos metros de distancia del actual desprendimiento, también hubo un corrimiento de tierra que afectó a una vivienda. Entonces, los propietarios del inmueble tuvieron que construir un muro de contención para evitar incidentes similares. Además, la tala de madera que se cree puede estar tras este nuevo suceso tuvo que ser cancelada por la caída de piedras en días de lluvia. El Ayuntamiento está revisando de nuevo el expediente abierto a la empresa para averiguar si se cumplieron los procedimientos reglamentarios y depurar responsabilidades. El alcalde, Alejandro Vega, ya insistió el jueves en que «si se confirma lo que parece una evidente relación de causalidad deberán responder de todos los daños causados. El Ayuntamiento y, es de suponer, los perjudicados ejerceremos todas las acciones legales necesarias para que asuman su responsabilidad».
Por el momento, el pueblo se ha volcado para ayudar en todo lo posible a los afectados y arroparlos en estos duros momentos. «Era una angustia ver cómo bajaba el agua y se lo llevaba todo. Ojalá no vaya a más y puedan volver pronto a casa», confían.
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