Las ayudas al ocio nocturno se repartirán en función del número de empleados de cada empresa

Lo acordado es un plan de ayudas exclusivamente para el ocio nocturno, cerrado desde hace más de dos semanas. A pesar de que la patronal hostelera pretendió que el apoyo se hiciese extensible al resto de la restauración al entender que «también han sido dañados por los cierres» y, encima, a pocos días de una de las campañas más importantes para el sector.

La estructura de la propuesta es similar a la del anterior cierre, en tanto se dividirá en tramos en función del número de trabajadores de la empresa. Esto supuso un acuerdo total entre las partes. «Lo que resta ahora es llegar a un acuerdo sobre los tramos, cómo estructurarlos y si mirar el modelo anterior o duplicarlo», enumeró durante la reunión la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, para quien el objetivo es «afinar un poco más». Aquellas ayudas diferenciaron entre empresas hasta y a partir de nueve trabajadores, entregándose un máximo de 35.000 euros, si bien el periodo de tiempo de cierre que trataban de paliar era mayor que el actual. Faltaría buscar el encaje presupuestario para hablar de números.

El calendario fue, precisamente, otro de los puntos a tratar. «Queremos que, al menos, nos dejen abrir hasta las 3 de la mañana desde ya, como hacen otros colegas», pidió Almeida para variar un cierre total que en su momento quedó fijado por un mes. Para inclinar la balanza a su favor, incidió en que los datos de contagios en Asturias no son inferiores a los de otras comunidades que mantuvieron el ocio nocturno y la hostelería abiertos durante la Navidad. «Lo cierto es que a nosotros se nos hizo el destrozo para tratar de revertir la situación, pero hemos visto que los contagios han seguido disparados, por lo tanto no hay una clara aritmética», defiende el presidente de Otea. Los representantes del Principado -junto a la titular de Turismo estaban vicepresidente y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, y la consejera de Hacienda, Ana Cárcaba-, prometieron trasladar la propuesta a su homólogo de Salud.

La reunión sirvió para mirar más allá de la hucha. Otea se apoyó en la experiencia de un nuevo cierre obligado para reclamar que, si no pueden trabajar, sí puedan quedar eximidos de pagar impuestos regionales y estatales. «Una medida que ayudaría sería que, ante cierres obligatorios, haya automáticamente un decreto que exima de pagar determinadas cuestiones, como la Seguridad Social o el IVA. No tiene ningún sentido que un empresario no pueda abrir, pero tenga que pagar desde la luz hasta el Impuesto de Sociedades», detalla. Y lo relaciona con lo difícil que le resulta a la Administración pública gestionar ayudas para empresas privadas, motivo por el que no entraron a debatir una potencial asistencia para el grueso del sector hostelero.

Los puntos están sobre la mesa, igual que las cantidades y tramos que unos proponen y otros están dispuestos a contemplar. Falta concretarlo, lo que esperan que suceda entre hoy y el lunes. «Creemos que este Gobierno tiene que hacer un esfuerzo como el que hizo el sector por imperativo bajo el mensaje de que servía para salvar vidas», dice Almeida, que recuerda que «no estamos pidiendo limosnas».