Hilera de tres asientos contiguos, una disposición habitual en los aviones que incorpora el S-106 para llevar más viajeros. JOSÉ SIMAL

Pantallas en cada asiento y un 70% más de plazas: así es el AVE que Asturias estrena el martes

La comunidad llevaba 17 años sin trenes nuevos. El S-106 tiene cafetería en modo autoservicio, filas de tres asientos y un coche donde se prohíbe hablar por el móvil

Ramón Muñiz

Gijón

Jueves, 16 de mayo 2024, 02:00

Si nada se tuerce el martes a las 6.00 saldrá de Sanz Crespo el primer AVE S-106 que cubre la línea Gijón-Madrid en servicio comercial. Han pasado 17 años desde que Asturias estrenara su último tren, el S-130 del servicio Alvia. Respecto ... al habitual 'pato', el nuevo material es más grande, rápido, entretenido y compartido. Por partes.

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Ambos son productos de Talgo y se nota. El fabricante se precia de que a sus trenes no se sube, sólo se entra, manera de destacar su piso bajo continuo, a la altura del andén. Otra de sus señas es la tecnología de rodadura desplazable, que permite a los dos trenes circular sobre vías de ancho internacional entre Chamartín y Vilecha (León), pasar ahí por un cambiador y continuar hasta Oviedo y Gijón en ancho ibérico.

El viajero apreciará diferencias. El Alvia mide 183,9 metros en composición estándar (dos cabezas motrices y once coches), y el AVE llega a los 201,9 metros, con dos cabezas en los extremos y doce coches de viajeros. La caja del primero tiene 2,92 metros de ancho, frente a los 3,2 a los que llega el S-106. La cabeza motriz, por cierto, se hizo con fibra de carbono, algo «nunca utilizado antes y que optimiza el peso», según refiere el fabricante.

En el AVE los dos primeros coches son de clase preferente (confort, en la nueva denominación) y tiene una disposición de dos asientos contiguos a cada lado (en el Alvia esta clase es de 2+1). Hay un reservado, conocido como Sala Executive, pensado para reuniones, con dos mesillas y cuatro asientos en cada una.

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A partir del coche 3, el lado derecho tiene hileras de tres asientos contiguos, y el izquierdo de dos. Se trata de una solución habitual de los aviones, pero nueva en trenes; para el viajero habituado al ferrocarril será extraño si le toca el asiento intermedio entre dos desconocidos.

Gracias a esta disposición ofrece 507 plazas en su versión AVE, lo que supone 208 más que el Alvia; un 70% más de capacidad. La modalidad AVLO –que Renfe incorporará a la línea en cuanto el avance de las obras de Chamartín lo permita– llega a los los 581 asientos, un 94% más que el Alvia.

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A esta nueva familia se los llama trenes de «muy alta capacidad» y el reto será llenarlos. Acertar con los horarios. De momento desde Gijón sale a las 6.00 de lunes a jueves, a las 8.25 los sábados, y a las 11.26 todos los días. Desde Madrid sale a las 6.58 de lunes a sábado y a las 14.38 todos los días. El tiempo de viaje oscila entre las tres horas y 36 minutos y las tres horas y 49; es unos 12 minutos menos que el servicio Alvia que seguirá cubriendo dos frecuencias diarias.

40 años de vida útil

El nuevo apenas pesa 317 toneladas en vacío, cinco más que el S-130. Es decir, puede mover entre un 70 y un 94% más de viajeros, con un peso apenas un 1,6% superior, lo que da una idea de su rentabilidad. La oferta que hizo el fabricante estimaba que los costes operativos por plaza serían un 41,3% inferiores al resto de trenes de la flota AVE. La certificación ambiental lograda por Talgo calcula que cada tren tendrá una vida útil de 40 años, recorrerá 16 millones de kilómetros, y el 93,8% de sus materiales son susceptibles de reciclar.

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Los que lo han probado dicen que es confortable. Los asientos son ergonómicos, tapizados, más finos que los del S-130 y más anchos que en el resto de trenes AVE, abatibles y con reposapiés. Una de las ventajas reside en sus opciones de entretenimiento. Cada butaca cuenta con una pantalla táctil con puerto para auriculares, acceso a películas, información del viaje en tiempo real y turística. La pantalla informa de, por ejemplo, si el baño está ocupado. Vienen provistas de USB para cargar y conexión a la red wifi.

Cambia la cafetería. Aquí ya no hay una barra atendida por camareros. Las bebidas y alimentación están en vitrinas, para que se sirva el usuario. Un trabajador informará y ayudará a hacer el pago, pero será el cliente quien se caliente el bocadillo en el horno industrial o accione las dos cafeteras. La nueva disposición deja un hueco acristalado a un lado donde charlar, y al otro una pequeña zona infantil, acolchada y con una pantalla, pensada para que los críos se distraigan mientras sus padres toman algo.

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Si hay afluencia el coche se queda justo, pero las opciones de alimentación se completan con dos máquinas expendedoras repartidas por el tren. Los billetes Prémium y Confort disponen de la opción de restauración a la plaza.

El S-106 tiene cinco espacios para bicicletas y uno para cochecitos de bebé. Hay diez baños, uno de ellos para personas con movilidad reducida y cuatro equipados con cambiador para bebés. Sale a un promedio de un aseo cada 50,7 plazas; en el Alvia hay un baño cada 40.

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El 12 es un «coche en silencio», donde está prohibido hablar por el móvil, no se vende plaza a menores de 14 años ni a grupos, la megafonía sólo emite mensajes imprescindibles, la luz se atenúa y se pide hablar bajo «y evitar conversaciones largas».

Para llegar a su fase comercial el modelo ha tenido que pasar severas pruebas para garantizar sus prestaciones y calidad. En los ensayos de rodaje del último año se acumularon 300.000 kilómetros recorridos, la mitad de ellos entre enero y abril. En la fase final de afinado participaron 200 especialistas de Talgo; dos universidades y una decena de empresas del sector prestaron apoyo en estos trabajos.

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