Desprendimiento en la AP-66
Vuelta a 1983: el puerto de Pajares lleno de coches y camionesDesprendimiento en la AP-66
Vuelta a 1983: el puerto de Pajares lleno de coches y camionesEl proyecto fue adjudicado en 1975 y se inició su construcción en 1976, pero no fue hasta agosto de 1983 cuando se abrió al tráfico. Se trata de la autopista del Huerna, una maravillosa alternativa que hasta el domingo era la principal ruta de ... los conductores que viajan desde Asturias hacia León o Madrid. Sin embargo, un enorme argayo obligó a cortar la AP-66 en ambos sentidos. Con las toneladas de rocas y tierra los asturianos hemos retrocedido 41 años en el tiempo, ya que de nuevo la ruta por Pajares, la que ya teníamos olvidada, ha regresado a nuestras vidas. Y, por lo visto, para largo, lo que ha llevado al desánimo a los conductores. «Es una ruta más peligrosa y con peor visibilidad», afirmaban ayer los transportistas.
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Ese es el caso de Camilo Rivero, quien en Villamanín explicó que «voy a León casi todos los días y ahora al tener que desviarme por Pajares son 40 minutos más. Me preocupa cómo vamos a hacer cuando empiece a nevar porque van a cortar el paso y no nos van a dejar subir. Además conducir con nieve o niebla en una carretera que tiene tanta curva es un peligro para nosotros», explicó el asturiano.
A su lado se encontraba Christopher Jiménez, otro transportista afectado por el argayo. «Hoy el tráfico fue insoportable porque ya la subida a Pajares se colapsó un poco por la mañana. Es urgente que se pongan todos los medios posibles para abrir de nuevo la autopista, porque no sólo es más tiempo, sino que es peligroso y terminamos agotados», comentó.
Camilo Rivero
Transportista
Christopher Jiménez
Transportista
A pesar de que la Guardia Civil informó que el tráfico fue fluido durante toda la mañana, algunas incidencias puntuales retrasaron más de lo previsto a los conductores. Uno de los afectados fue Karin Martínez, quien indicó que «por la mañana cuando venía desde Oviedo los camiones iban cargados y a alguno se le rompió incluso la caja de cambios y se quedó parado en plena subida de Pajares y ni subíamos ni bajábamos», contó.
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Añadió que no es tanto un tema de tiempo porque hace 40 años el ir por Pajares era lo habitual. «El problema es el mal tiempo que afecta mucho porque empeora la visibilidad y colapsa todo. Sí es verdad que nos sentimos más inseguros, no tanto por nosotros, los que ya conocemos la vía de Pajares, sino precisamente por quien no la conoce y que puede causar un accidente», explicó el ovetense.
En Villamanín también hizo parada José Antonio Antuña, quien se dirigía desde Avilés hacia León. Afirmó que «no nos afectó a la hora de venir porque salimos a las cinco de la mañana, pero ahora empieza a haber mucho tráfico y para volver será un caos, seguramente tardaremos unos 40 minutos más de lo habitual», explicó el avilesino.
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Aunque no para todos los ciudadanos el argayo está representando un problema. De hecho, los hosteleros de Campomanes y del puerto de Pajares afirman estar «encantados» con la situación.
Para ellos, el corrimiento de tierras que mantiene bloqueada la autopista del Huerna se ha traducido en un mayor número de clientes. «Ha sido muy positivo. Hoy –por ayer– incluso hemos abierto un poco más temprano para servir pinchos y cafés porque desde primera hora ya había gente en la zona. Si esta situación se prolonga hasta diciembre nos vendría de maravilla», comentó Manuel Martínez, encargado del Bar Luan, en Campomanes.
En Villamanín, está Casa Ezequiel, parada casi obligada en la ruta a León por la N-630. Su encargado, Alberto Hevia, reconoce que aunque «no hay día en que tengamos poca gente, porque esto siempre está lleno, desde ayer ha habido un ligero aumento de clientes. Pero estamos acostumbrados a este volumen de trabajo y lo sacamos adelante sin problemas», aseguró.
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Alberto Hevia
Casa Ezequiel
Manuel Martínez
Bar Luan
También, Atenea González, de la cafetería La Báscula en Campomanes, comentó que desde el domingo «se ha duplicado la cantidad de gente que atendemos normalmente en el bar. Nosotros estamos contentos, pero también cansados porque sentimos que no damos abasto con tanta gente. Es complicado de manejar», subrayó la encargada del establecimiento.
Por su parte, Agatha Fernández, encargada del Bar D'Mary, también en Campomanes, destacó que han atendido más clientes de lo normal desde el domingo, «pero tampoco nada extraordinario. Habría que ver con el pasar de los días si se nota un mayor incremento», indicó.
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Lo cierto es que mientras para los conductores el desvío por Pajares está significando una molestia, para los hosteleros es algo positivo para sus negocios pues la mayoría ha visto multiplicada la cantidad de clientes.
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