El aumento de las notas de corte presiona a los alumnos en la EBAU

Defendía ayer el vicerrector de Estudiantes, Alfonso López Muñiz, el nivel de dificultad de la prueba. Los alumnos vienen muy preparados y que aprueben es lo lógico. No se ha bajado el nivel de dificultad, se ha flexibilizado el modelo de examen para compensar las dificultades añadidas que trajo la pandemia», zanjó. «Han cursado parte del Bachillerato de forma telemática, y es normal que exista una consideración especial por la situación excepcional que han vivido», añadió.

Es cierto que este modelo les ha «beneficiado», admitía Silvia Batalla, tutora y profesora de Matemáticas en el IES Mata Jove de Gijón. Pero, por otro lado, lamenta, «la subida de notas perjudica a quienes necesitan una calificación alta». Hacía un buen resumen de la situación la estudiante Saray Victoria Álvarez, de Oviedo: «Antes, un 8 te habilitaba para entrar en la mayoría de grados; ahora menos de un 11 es haber tirado el año a la basura». Ella duda aún entre Administración y Dirección de Empresas o Magisterio.

Por eso, estudiantes como Lorena García y María Alonso, ambas alumnas de La Corolla, de Gijón, no podían evitar la preocupación. Llegan a la EBAU con muy buenos expedientes, pero necesitan mantener la excelencia para entrar en Psicología, que el año pasado se quedó por encima del 11. Muy nervioso estaba Christian Díaz, del Mata Jove, que necesita aproximarse al 10 para poder estudiar Educación Primaria. En similar situación se encuentran varios alumnos del IES Víctor García de la Concha, de Villaviciosa, que mientras esperaban a entrar en su aula de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, comentaban la dificultad de estudiar Farmacia o Veterinaria. La Universidad de Oviedo espera, por su parte, un alto nivel de prematrícula este curso.

Al menos esta vez no había restricciones que complicaran más el ambiente. No había distancias ni sillas vacías entre alumnos. Ni siquiera hubo apenas mascarillas, que ya no son obligatorias, pero sí estaban aconsejadas. Tampoco hubo positivos covid que tuvieran que desplazarse al Aula Hospitalaria del HUCA, algo que sí ocurrió el año pasado. Hicieron en el hospital el examen dos jóvenes que permanecen ingresados por otras dolencias.

Con todo, la primera jornada discurrió con normalidad en las 16 sedes de Oviedo, Gijón Avilés, Mieres, Langreo, Ribadesella, Cangas del Narcea, Tapia y Luarca. En el campus de El Milán, en Oviedo, el vicerrector de Estudiantes trataba de transmitir a los estudiantes tranquilidad, porque «hoy es el día para recoger los frutos. El trabajo ya lo llevan haciendo ellos durante años y no van a tener ningún problema».

Por el momento, su preocupación pasa por acabar con éxito las tres jornadas de exámenes. Ayer se estrenaron con Lengua e Historia de España, una de las materias más temidas por la extensión del temario. Precisamente en esa prueba, los estudiantes se encontraron preguntas sobre el área ibérica en vísperas de la conquista romana, la invasión islámica, la rebelión de Cataluña de 1640, el nuevo orden europeo tras la Paz de Utrecht, las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, las repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa en España, la guerra civil española y el contexto internacional, las transformaciones de la sociedad española en el franquismo, las preautonomías de Cataluña y el País Vasco y un comentario de texto sobre la Constitución de 1845.

En Lengua, los alumnos se han encontrado con preguntas referentes a un texto periodístico de Rosa Montero de 2010, la obra 'La tiranía sin tiranos' de David Trueba y 'El chico de la última fila' de Juan Mayorga, recientemente elegido Premio Princesa de Asturias las Letras.

A la Universidad, por su parte, le preocupa el futuro. En concreto, el nuevo modelo de EBAU. «Nos preocupa enormemente que la nueva prueba acentúe aún más las diferencias entre unas comunidades y otras», explicó López Muñiz, que confía en que el ministerio presente pronto su propuesta.