«La prostitución es una violación en la que el violador paga. Es un escándalo que no se vea como delito»

El miércoles ella, junto a Graciela Atencio, también periodista y directora de la Escuela Abolicionista Internacional, y junto a Amelia Tiganus, superviviente de la prostitución, activista y formadora de la Escuela Abolicionista Internacional, inauguró la serie de tres jornadas que el Principado desarrollará hasta diciembre para posicionar a Asturias como región impulsora de la abolición de la prostitución en España.

La jornada fue inaugurada por la directora general de Igualdad, Nuria Varela, quien recordó los pasos dados de forma pionera en Asturias, «como el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, que el mes que viene cumple dos años, hemos atendido ya 283 mujeres, de las que 52 son menores , con una media de edad de 15 años».

También destacó que «el Gobierno del Principado es abolicionista, porque las mujeres ni se compran ni se venden ni se alquilan», y mostró su esperanza de «llegar a fin de año con el borrador del Foro Asturiano contra la Trata y la Prostitución, que nos ayudará a sensibilizar, generar políticas y acompañar al proceso abolicionista en Asturias».

«El putero es invisible»

Antes de que se ponga en marcha ese foro, en octubre llegarán a Asturias «supervivientes de la trata» para contar su experiencia. En diciembre, el Principado analizará «el ámbito de la Justicia, porque pensamos que, esperando esa ley estatal abolicionista, podemos reflexionar».

Como reflexionaron las tres expertas. «Nadie quiere ser puta. Nadie quiere estar desnuda en una carretera o en un club y aguantar que los hombres suden sobre ellas», sentenció Amelia Tiganus. «La prostitución es una violación en la que el violador paga. Es un escándalo que no se vea como delito», apuntó Kajsa Ekis Ekman, quien dejó claro que «no se persigue a la mujer prostituida. Se castiga al putero. A ella se le ofrecen recursos para recuperar su vida».

Algo que busca la ley abolicionista española. «Somos el burdel de Europa. Llevamos 30 años intentando conseguir esta ley. Creemos que ha llegado el momento», abogó Graciela Atencio.