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R. MUÑIZ
GIJÓN.
Lunes, 12 de febrero 2018, 02:19
En los últimos siete años Asturias es la segunda provincial donde la Dirección General de Tráfico (DGT) más ha incrementado su presión contra los excesos de velocidad. La red de radares fijos constaba en 2011 de nueve puntos de control, despliegue que se ha ... ido incrementando hasta los dieciséis cajetines. Así figura en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Miguel Ángel Heredia. Esos siete nuevos tramos controlados sitúan a la región en una posición especial. Analizadas el resto de provincias, solo Palencia recibió más instrumental para vigilar a los conductores, con nueve cajetines.
Existe otra particularidad. La respuesta explicita cuántos cinemómetros hay en cada tipo de vía. A 17 de enero, solo Asturias, Cantabria y Navarra carecían de radares de la DGT desplegados en vías de titularidad autonómica. El organismo sitúa estos aparatos sobre todo en autovías, lo que, de seguir las pautas del resto de comunidades, habría llevado algún aparato al menos a la AS-I o la AS-II.
Con todo, el actual despliegue está dando recientes muestras de su eficacia. Hasta finales de noviembre, la red de radares que la DGT tiene desplegados fuera de poblado venían 'cazando' infractores a un ritmo de 77 al día, lo que supone un 128% más que en 2016. En total se habían tramitado 25.158 sanciones, situándose la recaudación efectiva de esos primeros once meses pasaba sobre el millón de euros.
El resultado de los radares no depende en todo caso tanto del número de cajas, como de su efectivo uso. Cabe recordar que la DGT dispone del doble de cajetines de radar que de aparatos cinemómetros. Para maximizar el efecto disuasorio, lo que hace es ir rotando el instrumental entre los distintos territorios sin seguir ninguna regularidad. Se han dado momentos en Asturias en los que, pese a los dieciséis anuncios que advertían de un control fijo, en realidad la cámara solo estaba fotografiando a los infractores de un solo tramo.
Esa rotación aleatoria es la que al final determina la cosecha anual de multas. Existen tren 'puntos calientes': la 'Y' a la entrada de Gijón, el cajetín a la salida del túnel de la Bolgachina, o el de la subida de la A-66 en Soto de Ribera. Cuando el radar de esos cajetines funciona, las estadísticas de infractores sorprendidos se dispara.
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