Asturias se postula como «refugio climático» para revertir la sangría demográfica

La diputada de la formación morada instó a la Junta General a aprovechar el incremento de temperaturas consecuencia del cambio climático en beneficio de Asturias, presentando a esta comunidad como un lugar atractivo para vivir. Incluso llegó a aventurar que, precisamente por las condiciones climáticas de esta región, la pérdida de habitantes podría revertirse «en un periodo de cinco años». El presidente autonómico puso en valor esta capacidad de Asturias para atraer a ciudadanos que busquen unas mejores condiciones climáticas para vivir, pero evitó entrar en predicciones. Celebró, eso sí, la aprobación prácticamente por unanimidad -con el único voto en contra de Vox, que presentó un voto particular- del citado dictamen y explicó que, de sus conclusiones, deberá «beber» ahora la futura ley de reto demográfico que, se comprometió, el Gobierno regional llevará a la Cámara antes de que acabe esta legislatura, si bien no se prevé que dé tiempo a su tramitación parlamentaria antes de las elecciones.

Lo que pidieron la mayoría de los grupos parlamentarios fue, en todo caso, que este dictamen pudiera tener ya reflejo en los presupuestos de 2023, un guante que también cogió el jefe del Ejecutivo autonómico quien, por respeto a la propia negociación presupuestaria, evitó avanzar posibles medidas. Eso sí, admitió que «las deducciones fiscales para la fijación de población es una música que nos suena bien».

El presidente del Principado hacía estas declaraciones al término de la sesión plenaria en la que se aprobó el citado dictamen entre aplausos, y con varias referencias a la capacidad de negociación por parte de la presidenta de la comisión, la socialista Gimena Llamado, hasta el punto de que en los pasillos de la Junta Barbón se refirió al documento como 'dictamen Llamedo'. Un trabajo fruto de una comisión constituida a finales de 2019 para analizar la caída de la población y fijar propuestas políticas e iniciativas que permitan contrarrestar esta tendencia, y que aglutina más de 200 medidas que se espera que puedan servir para sentar los cimientos de la futura ley.

La propia Llamedo celebraba esta mañana el alto nivel de «consenso y acuerdo« logrado en este dictamen pero, ante las críticas de la oposición, que pidió al Gobierno regional pasar de las palabras a los hechos, recordó que el Ejecutivo socialista lleva años afrontando este reto con medidas que van desde la fiscalidad diferenciada al refuerzo de servicios sanitarios y educativos en la zona rural y que, más recientemente, incluyen ayudas a la natalidad. Igual que Barbón, advirtió de que «no hay varitas mágicas» y que se trata de un reto que debe afrontarse desde el «trabajo constante».

Previamente, el resto de los grupos de la oposición celebraron igualmente el consenso en torno a este dictamen, pero se quejaron del retraso en la tramitación de la ley y en la puesta en marcha de medidas concretas. Desde el PP, el portavoz adjunto, Pablo González, reprochó al Principado que hubiera «perdido el tiempo» en debates estériles, como el de la oficialidad de la Llingua, y en la creación de un comisionado para el reto demográfico para que, finalmente, fueran los grupos políticos a través de una comisión quienes pusieran negro sobre blanco las propuestas. El diputado popular pidió pasar del discurso a los hechos y utilizar los presupuestos de 2023 para «aplicar medidas de choque» capaces de cambiar la inercia y de permitir a los asturianos «poder desarrollar su proyecto de vida en Asturias». Desde Ciudadanos, el diputado Sergio García también se quejó de la «abundancia de teoría» e hizo un llamamiento a la Cámara asturiana para que este dictamen, que incluye propuestas en materia fiscal, tenga realmente reflejo en las cuenta de 2023.

La diputada de Podemos Nuria Rodríguez centró su discurso en la oportunidad que el cambio climático y «la soberanía alimentaria» pueden suponer a Asturias como destino para vivir, si bien alertó a la Cámara que para ello es necesario «no destruir la biodiversidad asturiana». Además, quiso destacar de forma insistente el trabajo de la presidenta de la comisión, Gimena Llamedo, y su capacidad para alcanzar consensos, algo que vinculó a su condición de mujer y feminista. Ángela Vallina, portavoz de IU, también hizo un llamamiento a la Junta para dar un paso más y alcanzar un «gran pacto político» que dote al Gobierno regional de herramientas para luchar contra la «decadencia económica» y la «decadencia demográfica» de la región que, en su opinión, tiene que empezar con la aprobación de los presupuestos del próximo ejercicio.

Su homólogo en Foro, Adrián Pumares, asumió que no existen «recetas mágicas» contra la despoblación, pero denunció que, por ahora, se trata de «recetas fantasma» ya que «aún no se han puesto en marcha». También urgió la aprobación de la ley integral del reto demográfico «que llevamos diez años reclamando», sin ocultar su «escepticismo« acerca de la capacidad del Gobierno regional de llevarlo a la Junta antes de que concluya la legislatura. Sara Álvarez Rouco, diputada de Vox, calificó el dictamen de «cortina de humo» y reprochó que »no se actúa en la raíz del problema, la ausencia de nacimientos». Además, para justificar su rechazo al dictamen y la presentación del voto particular, apostó por un enfoque distinto del problema en el que se situé a la familia como «centro» de todas las iniciativas políticas.