Asturias registra 26 casos de maltrato y diez de abusos sexuales a menores en seis meses

Así lo indica el último balance del Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias, organismo dependiente de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar. En seis meses recibieron los equipos de infancia 427 notificaciones sobre supuestas situaciones de desprotección a 402 menores. Tras el trabajo de los profesionales, se abrieron expediente de protección a 188 menores. Explican desde el Instituto que expediente de protección no es sinónimo de tutela, sino que un expediente se puede convertir en «declaración de riesgo, guarda, tutela o, simplemente, que estamos valorando».

En los datos del primer semestre se percibe un cambio sobre lo que viene ocurriendo en los últimos años. Al menos, en los primeros seis meses de 2023, el motivo mayoritario para que la Administración regional tenga que intervenir en la tutela de un menor no ha sido el trato negligente. Aún siendo abultado el volumen de expedientes abiertos por ese motivo, son 96 las familias las que están siendo investigadas. Con otras 97 familias, el Principado ha tenido que mediar por sufrir «circunstancias sobrevenidas» que han impedido que puedan ofrecer a sus vástagos la atención necesaria.

En lo que sí continúa la tendencia a la baja sobre la Memoria 2022, adelantada por EL COMERCIO, es en los casos abiertos a familias que renuncian a la custodia de sus hijos o hijas adolescentes al no poder controlar su conducta. El año pasado cerró con 133 casos y este arranca, hasta junio, con 27. Son 63 casos menos que el total alcanzado en el mismo periodo, pero del año pasado. Abrió el Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia 90 expedientes en el primer semestre de 2022.

Una disminución de casos que no reduce la gravedad de los casos detectados. Porque de enero a junio veintisiete menores sufrieron maltrato físico. Y otros diez sufrieron abuso sexual. Confirmado. Unas tipologías de desprotección que motivaron la actuación inmediata. De los primeros, siempre garantizando la total privacidad de las víctimas, se sabe que la mayoría de casos se registraron en febrero. Son los adolescentes, de entre 15 y 17 años, los que protagonizan la mayoría de los expedientes, aunque también hay casos de entre 0 y 3 años.

Como también hay el otro maltrato, el que no deja huella en la piel, pero que daña tanto o más. Hay constancia de once menores que han sufrido abandono emocional. Aunque hay víctimas de todas las edades, sí parece que hay un grupo en el que saltan antes las alarmas: los menores de entre 7 y 11 años, sin diferencia de sexo.

No ocurre lo mismo con las víctimas de abuso sexual. La radiografía que realiza el Instituto Asturiano de Atención Integral a la Infancia y a las Familias muestra una niña, con edades que van desde los 7 a los 17 años. Entre los adolescentes, de 12 a 14 años, también se han registrado casos de abuso sexual en varones.

El único rasgo positivo que presenta la estadística es que los diez casos de los que se ha tenido constancia en el primer semestre del año suponen una cifra inferior a los trece que sobre los que ya se había actuado el año pasado. Aparecen abusos en todos los meses, salvo en marzo. Este año, no se constató ningún ataque sexual a menores se siete años, al menos de los que haya llegado notificación a los equipos de infancia de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar.

El suma y sigue de desprotección a menores continúa con los expedientes abiertos por abandono. En su doble vertiente, tanto el físico, el de los bebés recién nacidos, como el emocional, que tiene a los adolescentes como diana, cuando la conducta disruptiva rompe una armonía familiar que, quizá, no tenía fuertes cimientos.

Los equipos de infancia se han encontrado en los primeros seis meses del año con que tenian que proteger a siete menores que habían sufrido lo que denominan 'abandono literal'. Sin familia que quiera o pueda hacerse cargo de ellos. La mirada optimista a los datos es que la cifra es muy inferior a la registrada en el mismo periodo, pero de 2022. En aquel momento, eran 18 los menores en esa situación. Este año ha habido meses sin ningún caso: abril y mayo.

Más abultado es el descenso de los expedientes abiertos a familias por no poder controlar la conducta de su hijo o hija adolescente. El año pasado, en seis meses se habían registrado 90 casos. Este año, son 26. La directora del Instituto Asturiano de Atención Integral a la Infancia a las Familias, Marta del Arco, siempre ha defendido que los problemas de conducta disruptiva de los adolescentes «tienen que ver con los cambios sociales y familiares» y plantea la necesidad de «hacer competentes a los padres de otra forma. Hay que capacitar a los padres para este resurgir adolescent