Asturias puede ser la región más afectada por la transición energética

En su respuesta a una interpelación de Ciudadanos en el pleno del parlamento regional, Pola ha reiterado que la postura del Gobierno regional para por defender una transición «equilibrada» para cumplir con los requisitos fijados por la UE en la que se diseñe un camino «adaptado a cada territorio».

Según el consejero, la UE ha fijado unos criterios a largo plazo y unos objetivos que es necesario alcanzar pero, a nivel nacional, debe definirse un camino a seguir que debe ser «necesariamente diferente entre los distintos territorios» dado que se parte de perfiles «absolutamente distintos».

Asturias, ha subrayado, constituye un caso «especialmente singular» dentro de España dado que la aportación de la industria representa ya 23,8 por ciento de su Valor Añadido Bruto -muy por encima de la media nacional- y cuenta con la presencia de empresas electrointensivas de sectores como el aluminio o la siderurgia.

A esta circunstancia se añada que, en su estructura primaria de generación eléctrica, el 75 procede del carbón y que, en la cuenta del consumo final de energía en la comunidad, el 69 por ciento corresponde a la actividad industrial.

«El camino tiene que adaptarse a esa singularidad que no concurre en ningún otro lugar», ha apuntado tras recordar que el Principado ha planteado mediante alegaciones su oposición a medidas como el denominado 'euskopeaje', la reducción de la factura de la luz a empresas en determinados territorios -especialmente en Euskadi- por la diferenciación en tarifas con similares tramos de tensión.

A su juicio, esa medida -puesta en marcha en 2017 y «agravada» después- puede generar diferencias de hasta el 20 por ciento en los costes energéticos de las empresas, plantea «un agravio territorial» que puede afectar a la garantía de la unidad de mercado y carece de soporte técnico para argumentar ese fraccionamiento.

Para el diputado autor de la interpelación, Armando Fernández Bartolomé, el proceso de globalización es «imparable» y es necesario «mirarlo de frente» en lugar de refugiarse «en el populismo o el nacionalismo ante una realidad que no tiene marcha atrás».

«Asturias tiene futuro si mira al futuro y deja de mirar atrás. Si no, corre el riesgo de quedar carbonizada», ha señalado tras incidir en que el proceso de transición energética le afecta en doble medida al ser una región productora de electriciad y contar con la presencia de instalaciones industriales electrointensivas.

A su juicio, a la «oportunidad perdida» para modernizar su sector industrial que supusieron los fondos mineros se añaden ahora las declaraciones «imprudentes» del Gobierno central sobre el futuro del sector del automóvil, uno de los principales mercados de empresas radicadas en Asturias como la siderúrgica ArcelorMittal.