Asturias estrena protocolo anti agresiones sexuales en la hostelería

La impulsora del proyecto, la directora general de Igualdad, Nuria Varela, dejó claro que «ninguna agresión sexista, de la gravedad que sea, puede ser tolerada». Lo dijo en la rueda de prensa de presentación del convenio, firmado con el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida; el vicepresidente, Javier Martínez, y la gerente de la entidad, Eva Coppen. Martínez animó «a todos los locales a sumarse al protocolo», ya que, como ya señaló reiteradamente el presidente de Otea, «queremos trabajar en conjunto» en la lucha contra la violencia sobre las mujeres. Álvarez Almeida afirmó que «como dice el cartel, basta ya de violencia, no vamos a tener excusas ni miramientos».

¿Qué supone el protocolo, más allá de instalar carteles informativos en los locales? El documento firmado entre el Principado y Otea dice que los hosteleros que se adhieran al protocolo deben «evitar cualquier tipo de criterio sexista o discriminatorio« tanto en el control y acceso a la sala como en las actividades que desarrollen o las campañas de promoción. Es decir, no habrá precios diferenciados entre hombres ni mujeres ni se dará prioridad para acceder según »aspecto, ropa o cualquier otra«.

Además, desde cada local «se mostrará el rechazo expreso a las actitudes y agresiones sexistas» con la colocación del cartel y «dispondrán en el local de material de información y sensibilización», especialmente del Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales. El dispositivo, pionero en España, «es la clave de este protocolo. Está para atender a la víctima, pero siempre escuchándola».

Entre las obligaciones de los locales que firmen este protocolo está «reforzar la seguridad en zonas potencialmente más peligrosas» de cada local, «respetando siempre la intimidad de las personas». Esa vigilancia se hará mediante cámaras cuyas imágenes «deberán guardarse durante tres meses».

Y, como paso previo a todo ello, las plantillas serán formadas en igualdad. Los profesionales serán formados en el protocolo, cómo aplicarlo y las diferentes tipologías de agresiones en el Instituto Asturiano de la Mujer.

¿Y qué hacer en caso de agresión? «La prioridad es atender a la víctima y proporcionarle un espacio de seguridad. Que no se quede sola, salvo que lo pida, y dándole información objetiva y fiable».

Una información que llegará de mano de las profesionales del Centro de Crisis, al que llamarán de forma inmediata. Si la víctima necesita asistencia sanitaria, el primer teléfono a marcar será el 112. La plantilla garantizará «que no abandonará el local hasta que no se encuentre en buen estado y acompañada».

La atención a la víctima «es prioritaria a la persecución del agresor». No obstante, podrá ser «detenido y puesto a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del estado».

Antes de que todo esto ocurra, «si se detectan situaciones de incomodidad y malestar», la plantilla deberá dirigirse a la mujer y preguntarse si necesita ayuda. Si dice que no «se le explicará que esa intervención forma parte del protocolo del local, respetando su decisión y quedando a su disposición».

¿Y si dice que sí? «No se la dejará sola y se le creará un espacio de seguridad». La oferta de hablar con el Centro de Crisis, donde las 24 horas de los 365 días del año hay atención de las siete abogadas y siete psicólogas que conforman la plantilla, sigue siendo la prioridad, así como buscar a sus amigas y no dejar que se vaya del local sin compañía.

Al agresor «se le recriminará la conducta» y, si persiste, «se le obligará a abandonar el local, garantizando en la medida de lo posible que no se queda en los alrededores». En función del tipo de agresión, «se llamará a la Policía y se tratará de identificar al agresor, así como a los posibles testigos». Desde ya, en Asturias ya no hay excusas para las agresiones sexuales.