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clara vega
Lunes, 19 de julio 2021, 15:18
Esta mañana se daban cita en el salón de plenos de la cámara de Comercio en Oviedo el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, el presidentes de la Fundación Oso de Asturias, Nicanor Fernandez, y el presidente de Otea, Jose Luis Álvarez Almeida, ... para presentar las nuevas publicaciones, guía didáctica y decálogo, sobre «Turismo responsable en territorios oseros».
Entre los datos tratados en esta reunión, destaca una cifra que lanzó al aire Palomero, que afirmaba que la población de osos actual en la Cordillera Cantábrica se sitúa por encima de los 300 ejemplares. «Las administraciones han contribuido, pero los territorios, los cazadores, y los líderes locales han contribuido a que se revirtiera una situación de una especie que se nos iba de las manos, que estaba en peligro de extinción, a una demostración clara e incuestionable. A través de datos recopilados en el censo 2016/2018 estimábamos con técnicas genéticas que actualmente andaríamos en torno a los 350 osos. Ahora ya se ha ultimado un nuevo censo genético, prevemos un crecimiento mayor al comprobar que la población continúa en líneas de ascenso», ha explicado.
Los expertos han explicado que la población de osos no es como la de otras especies, va subiendo lentamente, y no es común encontrar grandes cambios entre las cifras de unos y otros años. A pesar de esto, ya se prevé ese aumento gracias A las muestras de ADN que recogen los guardas, Aunque habrá que esperar a que los expertos estadísticos manejen los resultados de las mismas para confirmar una cifra.
En dicho encuentro con la prensa, los presidentes de la Fundación Oso Pardo y de la Fundación Oso de Asturias también han querido hacer referencia a la cría encontrada muerta el pasado sábado en Boal. Se trata de la quinta cría encontrado este año, y a pesar de que el número es alto en comparación con años anteriores, los expertos creen que este aumento se debe, probablemente, a que las crías han sido encontradas más cerca de las poblaciones. «Es probable que otros años fallecidos en el mismo número de crías, aunque no fueron encontradas por no estar tan cercanas a los núcleos urbanos», explicó Nicanor Fernández.
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