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La natalidad en Asturias repuntó ligeramente en 2024, creciendo en 120 bebés respecto a 2023 y cerrando el año en 4.665 nacimientos. Es el quinto año consecutivo en el que Asturias se sitúa por debajo de los 5.000 nacimientos anuales, y ... la segunda peor cifra histórica, sólo por delante, obviamente, de los 4.545 bebés de 2023.
En cuanto a los fallecimientos, el otro componente fundamental del movimiento vegetativo de la población, estos siguen en cifras altas, si bien lejos del récord negativo, que coincidió con el año del inicio de la pandemia de covid, en 2020, cuando la sobremortalidad que generó el virus llevó la cifra hasta los 14.550 decesos. En 2024 se volvió a una cifra similar a la de la segunda mitad del decenio anterior, cuando se rondaban las 13.200 muertes cada año. En 2023 fueron 13.150 los asturianos que dieron el definitivo adiós, según publicó ayer la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei).
La diferencia, pues, entre nacimientos y fallecimientos arroja una cifra negativa de 8.484 vecinos menos para la región, en lo que es el cuarto registro más negativo de toda la serie histórica (sólo fueron peores 2020, 2021 y 2022). Ello no conlleva un descenso del nivel de población absoluto gracias a que la región viene manteniendo en los últimos años un balance muy positivo con el resto de España y con el extranjero en cuanto a salidas y entradas de migrantes.
Matrimonios
A principio de siglo, en Asturias se celebraban anualmente casi 5.000 matrimonios (en 2003 se llegó a 4.999), pero desde entonces se ha ido registrando un descenso paulatino en las formalizaciones administrativas de las relaciones de pareja , llegando a marcar un mínimo de 3.334 matrimonios (79 de ellos, entre personas del mismo sexo, esta cifra en crecimiento desde 2005, año en el que se aprobó la Ley del Matrimonio Entre Personas del Mismo Sexo).
La covid fue un gran impacto también para los matrimonios. Los confinamientos obligaron a posponer muchas celebraciones. La repentina inseguridad que la pandemia generó también estuvo detrás de muchas cancelaciones temporales –y hasta definitivas– de las bodas previstas. Fue un desastre para las parejas ilusionadas –las bodas actuales conllevan unos preparativos que en muchas ocasiones sobrepasan el año de duración–, del mismo modo que lo fue para muchos negocios hosteleros y del ámbito de las bodas. La cifra se quedó en unos escuálidos 1.850 matrimonios, lo que vino a representar alrededor de 1.500 cancelaciones o aplazamientos. El año siguiente, aún con la covid muy amenazante y el estado de alarma vigente, las ceremonias se recuperaron un tanto, pero aún no llegaron a la media de los años previos a la covid. Sumaron 2.954, lo que en la práctica supuso la acumulación de un nuevo déficit. De hecho, en 2022 y 2023 hubo más bodas de las que hubiesen correspondido si la pandemia no se hubiera cruzado en nuestras vidas. 3.615 en 2022 y 3.492 en 2023, enjugando ligeramente el déficit de 2020 y 2021. En cambio, en 2024 esa recuperación fue más intensa, y se alcanzó, con 3.816 matrimonios, la cifra de bodas más alta desde que en 2012 se superarse por última vez la barrera de las 4.000, con 4.012.
Máximo histórico
Si hay una cifra que contrasta con las demás, por su evolución en positivo, es la de matrimonios entre personas del mismo sexo. A lo largo de 2024 se marcó en Asturias el récord en los veinte años que lleva vigente la Ley que en 2005, en medio de una considerable polémica política, dio paso a esta normalización social. En 2005 apenas fueron 31, pero los años siguientes las cifras se elevaron hasta los 72 de 2006 y de 2008. Posteriormente las cifras se redujeron, al habérsele dado salida a las bodas que antes de 2005 no se habían podido realizar.
Con todo, en los últimos años, y también gracias a una normalización social, las cifras mostraron una evolución muy parecida a las de las bodas entre personas de distinto sexo, incluida la notabilísima bajada de 2020, año en que se pasó de las 79 del año anterior a apenas 43. Y en la recuperación y compensación de 2020, que ha llevado a que en 2024 la cifra haya llegado a 112.
La maternidad se retrasa
Si baja la natalidad, lo más indicativo es que las mujeres que viven en Asturias tienen un promedio de menos de un hijo, una cifra muy alejada de la necesaria para compensar la mortalidad. Y, en consonancia, la edad media de las asturianas al tener ese hijo sigue creciendo. El tramo de edad en el que más nacimientos se producen (alrededor de un tercio) es el de mujeres de entre 35 y 39 años. Pero destaca el hecho de que más del 10% de los nacimientos son de madres mayores de 40 años, y ya no son inéditos los de mayores de 50.
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