Asturias modera su debacle poblacional y pierde 4.016 habitantes en doce meses

El Instituto Nacional de Estadística acaba de actualizar las cifras del padrón municipal a fecha de 1 de enero de 2020. Es decir, justo antes del inicio de la pandemia. Durante 2019, el ritmo de pérdida de población se atenuó ligeramente respecto a los años anteriores, y la región perdió 4.016 habitantes para situarse en un total de 1.018.784.

Siendo malas, las cifras son algo mejores que las de los años inmediatamente anteriores. Así, desde el 1 de enero de 2015 la región perdió 32.445 habitantes, a un ritmo de algo más de 6.400 personas al año, incluyendo 2019. De 2015 a 2016 fue el año con peor comportamiento demográfico del último lustro, con la pérdida de 8.621 habitantes en un solo año.

Y las previsiones para 2020 no son buenas. Los datos oficiales hasta octubre (un descenso por causas vegetativas de 7.293 habitantes) indican que el descenso poblacional por causas vegetativas será, cuando dentro de un año se conozcan las cifras oficiales a fecha de ayer, 1 de enero de 2021, rondará un descenso de unas 10.000 personas en el año, situando ya en 2022 el significativo momento de la pérdida del nivel 'un millón' de habitantes.

Con todo, hay algunos datos para la esperanza dentro de un panorama ciertamente desolador, en particular en las zonas de las alas de la región. Así, si durante 2018 todos los municipios de Asturias, salvo el pequeño Santo Adriano, habían perdido población, la evolución entre el 1 de enero de 2019 y la misma fecha de 2020 fue algo mejor: Hasta 14 concejos, entre ellos Oviedo, con 224 personas más, volvieron a ganar población tras años de bajada. Curiosamente, Vegadeo mantuvo exactamente la misma población, 3.926 personas, si bien muy alejada de las 5.030 personas que vivían en el municipio veigueño en 1996.

Gijón perdió apenas 63 habitantes a lo largo de 2019 para situarse en una cifra fácil de recordar: 271.717, lo que en términos relativos apenas es perceptible (es una bajada del 0,02%), pero en el centro de la región se comienzan a notar algunos signos preocupantes. Al frenazo poblacional de Gijón se suman los de Llanera y, sobre todo, el de Siero, concejos ambos que en las últimas dos décadas habían ejercido de imanes de población, experimentado notables crecimientos a expensas, por una parte, de las cuencas mineras centrales (donde la deblacle poblacional sigue, con intensas bajadas en Langreo, Mieres, Caso, Aller, Lena y algo menor en Laviana), y, por otra, de los trabajadores de Gijón y Oviedo.

El caso de Avilés es significativamente negativo. Sigue perdiendo población a un ritmo elevado, por encima de su media desde 2000. Los avilesinos eran hoy hace un año 77.791, nada menos que 391 menos que un año antes y 6.139 menos que el 1 de enero de 2000. Y eso no lo compensan ni Castrillón, ni Corvera, ni Gozón, ni Carreño, ya que todos ellos ven bajar su población, mientras que el pequeño municipio de Illas apenas la incrementa en 9 personas.

Tampoco es buena la deriva que mantiene el suroccidente en su práctica totalidad, más allá de los casos excepcionales de Quirós, Yernes, Pesoz y San Tirso. Ibias y Degaña tienen hoy la mitad de población que hace apenas 25 años y Cangas del Narcea se va hundiendo cada vez más. Con 18 veces menos población que Oviedo, durante 2019 casi calcó en negativo la ganancia de habitantes de la capital, al perder 223 vecinos.

En la parte positiva, además de Illas (9 de crecimiento y 1.023 habitantes en total) y Oviedo (224 y 219.910) subieron Cangas de Onís, Villaviciosa, Quirós, Cabranes, Candamo, Muros de Nalón, Las Regueras, Sobrescobio, Sariego y tres concejos ganaron un habitantes cada uno, Peñamellera Baja, que se queda en 1.227 habitantes, y los dos municipios con menos población de Asturias, Pesoz, que pasa de 147 a 148 vecinos, y Yernes y Tameza, con 133.