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Nunca un gobierno de Asturias tuvo tanto dinero para gastar ni tantas facturas que atender. Los datos provisionales del cierre contable de 2024 confirman ... que la Administración autonómica batió todos sus récords de ingresos y gastos. A las arcas entraron 5.733 millones, un 3% más que en 2023. Con ellos se atendieron pagos por importe de 5.773 millones, un 6,2% más que el ejercicio anterior. Primera impresión: la Consejería de Hacienda hizo su trabajo, si se asume que uno de sus cometidos es que las finanzas alcancen cierto equilibrio. A falta de las últimas correcciones contables, el Principado, de nuevo, será de las comunidades con escaso déficit.
Segundo dato: hay una tendencia que se consolida. El de 2022 fue año récord en gastos, el de 2023 batió los registros en ingresos y gastos, el de 2024 marca un nuevo máximo en ambas partes del balance. Si se echa la vista atrás, al 2019, el año anterior a la pandemia, resulta que el Principado ha crecido. Hoy tiene un 42,5% más de ingresos y atiende un 36,2% más de pagos.
La ola es expansiva en todas las comunidades y por ello la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (Airef) viene repitiendo el mismo mantra. Están siendo años donde una parte de los ingresos tienen carácter extraordinario, conviene no fiarse. El aviso suele relacionarse en ocasiones con el dinero que llega de Europa con el Plan de Recuperación cesará. Su consejo es no aprovechar ahora que hay margen para asumir compromisos de gasto de esos que luego cueste ajustar. Léase incrementos de plantilla o salariales.
Pero, ¿eso lo explica todo? No.
Cuatro son las principales vías de ingresos del Principado: lo que el Gobierno central le entrega sobre el Impuesto de la Renta (IRPF) y el IVA recaudado en Asturias, lo que le corresponde del sistema de reparto de la financiación autonómica y los créditos que solicita. En 2023 y 2024, los dos ejercicios consecutivos con récord de ingresos, llegaron más fondos de origen tributario, permitiendo acudir menos a la deuda.
Matiz importante: el dinero que entrega el ministerio entra después de que el asturiano haya pagado los impuestos, y siguiendo mecanismos de previsión y corrección posterior que altera la imagen. Es decir, el dinero que llega por el impuesto de la renta lo pagaron en origen los asturianos, pero a un ritmo condicionado por el sistema que aplica el ministerio, lo que puede dar a sobreaportaciones unos ejercicios y correcciones a la baja los siguientes.
En 2024 el Principado obtuvo 1.595 millones gracias al IRPF que en su momento pagaron los asturianos, lo que supuso 512 millones más de lo que la Agencia Tributaria le liquidó dos años antes. Es decir, la contribución por esta vía mejoró un 47,4%. Si se divide esa parte de la recaudación entre la población asturiana, resulta que en 2022 al erario autonómico entraba un IRPF de 1.077 euros por habitante y el pasado año era de 1.580. Eso centra el debate político en Asturias.
Hay una parte de ese incremento de recaudación que se corresponde a que Asturias tiene ahora más trabajadores (hay 15.200 cotizantes más que hace dos años) y los salarios suben.
Otra parte de la oscilación obedece, queda dicho, a los mecanismos que aplica el Ministerio de Hacienda para condicionar las liquidaciones. Una parte del dinero que entrega cada ejercicio se corresponde con lo que prevé que va a recaudar ese año del bolsillo de los asturianos; otra parte supone una corrección sobre el desfase que tuvo en su estimación dos años antes.
Por ejemplo, en 2022 las entregas a cuenta, lo que se adelantó en base a la recaudación del IRPF esperada, fueron 1.122,39 millones; a esa suma se le descontaron 40,22 millones porque dos ejercicios antes la entrega a cuenta fue superior a lo que realmente pagaron los asturianos. Del saldo de las dos cifras salen esos 1.082,17 millones.
De ahí se salta a los 1.595,01 millones del pasado año. De esa suma 1.459,71 corresponden a lo que el fisco esperaba recaudar efectivamente, y 135,29 más obedecen a que sus cálculos de hace dos años fueron especialmente cicateros.
Con los datos que hay hoy sobre la mesa, una imagen más fidedigna de lo que pagan cada año los asturianos apuntaría a que en 2022 aportaron por esta vía 1.257 millones, y que en 2024, si la previsión del fisco no se desvía de la realidad, estaría en unos 202,03 millones más.
El dato anual de ingresos incurre, por los motivos expuestos, en desviaciones que no reflejan al 100% lo que pagan los asturianos, pero la tendencia está ahí. En 2015 el IRPF, con esas particularidades, aportaba 886,6 millones. En 2018 se quedaba en 959 millones. Entre 2019 y 2022 el flujo ha oscilado entre los 1.000 y los 1.100 millones. En 2023 llegó a los 1.360 millones y ahora cerró el pasado curso en 1.595.
Al margen del crecimiento de empleo, y los decalajes del sistema, existe otro factor: la inflación. Ante esa mejora de los ingresos hay comunidades que están aplicando una deflactación, que consiste en asumir que la inflación está comiéndose poder adquisitivo del contribuyente y para paliarlo se rebaja lo que paga de IRPF.
El Principado rechaza avanzar por esa senda como le piden los partidos de derecha, argumentando que la mejora de ingresos le permite fortalecer los servicios públicos y que resulta mejor el ciudadano medio la llamada «vía fiscal asturiana». Ese es el nombre que ha puesto a un conjunto de deducciones y desgravaciones la mayoría de las cuales se aplican solo a quienes no llegan a un determinado nivel de renta. Con la «vía fiscal asturiana». Según sus estimaciones, con estas soluciones habría ayudado a los beneficiados con 34 millones en el IRPF que liquidaron en 2023 y 54 en el del pasado ejercicio. El PP mantiene que hay margen recaudatorio para mucho más. El Principado prepara una potente campaña para explicar los beneficios de su vía fiscal.
Los ingresos que primero condiciona la inflación son los del IVA, impuesto no progresivo que perjudica más a las clases bajas y medias. El Principado pasa aquí de una captación de 700,1 millones en 2022 a otra de 1.042 el pasado curso, un 48,9% más. Supone saltar de una captación media de 697 euros por habitante a otra de 1.033 en solo dos años. A diferencia del IRPF, aquí no hay debate, pues el Principado no tiene capacidad para alterar el IVA. Es el Gobierno central quien lo fija para todo el país, pero limitado por normativa de la UE.
Por la financiación autonómica llegaron 1.032 millones, un 48,7% más que en 2022.
Gracias a esta mejora de recursos conjunta Hacienda rebajó a 400 millones los créditos solicitados para atender momentos puntuales. La menor cifra en, al menos, seis años.
No necesitaba más.
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