La vida de Sabrina Ríos Astorga no ha sido nada fácil. Hace 10 años, el 29 de mayo de 2015, volvió a nacer. Ese día, está marcado en su calendario como uno muy oscuro, pero a la vez feliz, en el que intentó quitarse ... la vida lanzándose de la ventana de su piso. Aquella caída, afortunadamente no le arrebató la vida, pero sí le condicionó su manera de vivir hasta ahora. «El 29 de mayo de 2015 fue el día en el que no conseguí suicidarme y el día en que la cabeza me hizo clic, abrí los ojos y decidí que no quería morirme, así que, aunque mucha gente no lo entienda, para mí es un día feliz y lo festejo», explicó la nicaraguense, que vive desde hace 17 años en Asturias, actualmente en Oviedo con su madre y su hermana.
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A partir de entonces, Sabrina se ha tenido que someter a once cirugías en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), sobre todo, en su pierna derecha que fue la más afectada por la caída. Pero desde hace casi tres años, en mayo de 2022, otro problema se sumó a su vida. Fue el día en el que se enteró de que en una de las operaciones a las que se había sometido, una broca se quedó accidentalmente en su pierna derecha. «Lo que me molesta es que nadie en el HUCA me dijo nada. Fui yo quien observé la radiografía y vi que había algo muy extraño. Cuando se lo comenté al traumatólogo reconoció que había en mi pierna una broca, pero que no debía preocuparme si no me molestaba y que no iban a operarme para sacarla», contó Ríos.
El problema, según explica la afectada, es que «con el paso de los días la broca se ha ido moviendo y ahora está posicionada muy cerca del nervio ciático. Me canso mucho al estar sentada, y los dolores son insoportables», relató.
Pero lo peor de todo es que ahora que la broca se ha desplazado, «es inoperable». «A raíz de todo esto yo cambié de traumatólogo, y al que me está viendo ahora, le comenté toda la situación. Me hicieron otra radiografía y descubrieron que la broca se había movido y ya no me podían intervenir para sacarla», explicó la afectada.
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Añadió que «parece que estoy condenada a vivir con un cuerpo extraño en mi pierna y lo más terrible de todo es que esto me está afectando psicológicamente. Yo misma me he documentado, he buscado otras opiniones de profesionales de la salud y me han dicho que si la broca se sigue moviendo puedo dejar de caminar. Yo ya aprendí la lección, y me arrepiento de haber hecho lo que hice hace 10 años, pero ahora sólo quisiera terminar de recuperarme, que mi cuerpo sane y poder vivir una vida tranquila. Pero no puedo», destacó, con nostalgia, la joven nicaraguense.
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A raíz de toda esta situación, que Sabrina denomina claramente «negligencia médica», la afectada decidió denunciar al hospital asturiano. De hecho, el juicio se celebró el pasado 28 de enero. «Recuerdo que la última vez que tuve cita con el anterior traumatólogo, fue en enero de hace dos años. En esa consulta me dijo fríamente: 'Te recomiendo que te pagues un buen abogado, porque el HUCA no te soltará pasta'», contó Sabrina Ríos.
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Añadió que «ellos creen que lo que más me interesa es el dinero, y no es así. Yo lo único que quiero es recuperar mi vida y poder vivir en paz. Y olvidarme de todo esto», dijo.
Sabrina Ríos asegura que aquel intento de suicidio, el 29 de mayo de 2015, le cambió la vida por completo, pero afirma que «gracias a Dios he mejorado. Aprendí a valorar la vida», comenta.
Sin embargo, aseguró que en todo este proceso, «que tiene días más difíciles que otros», la ayuda profesional «ha sido fundamental para mi salud mental. Yo fui diagnosticada con un trastorno límite de la personalidad años atrás de intentar quitarme la vida. Todos estos años la ayuda de los psiquiatras del HUCA ha sido esencial para mí», dijo.
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Aclaró que «yo no estoy enfadada con el HUCA. De hecho, creo que tienen excelentes profesionales y hay muy buenos médicos y muy capaces. Yo estoy enfadada es con mi traumatólogo anterior, que me ocultó intencionalmente que habían dejado una broca en mi pierna, y no quiso hacerse responsable por ello», contó la afectada.
Por último. Sabrina Ríos añade que «no sé lo que vaya a pasar, lo único que quiero es que la broca no se siga moviendo y no me llegue a afectar más la movilidad. Solo quiero un poco de tranquilidad», concluyó.
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