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España amaneció ayer como el país más contaminado del mundo. El motivo, 'Celia'. Una borrasca que trajo consigo el polvo mineral en suspensión procedente del Sáhara arrastrado a la península a causa del viento. La calima -como se conoce a este fenómeno- entró el ... lunes en la penísula por Murcia y Baleares y a primera hora de la mañana del martes ya había llegado a Asturias, donde dejó un ambiente turbio y cielos teñidos de todas las tonalidades de naranja que permite la paleta. Este fenómeno se debe a que la alta densidad de polvo y arena filtra los rayos de luz y solo deja colarse los tonos más cálidos.
La calidad del aire fue durante la jornada «desfavorable» o «extremadamente desfavorable» en diferentes provincias españolas por las partículas PM10 en suspensión, según los datos del propio Índice de Calidad del Aire en España (ICA). La red mide, entre otras cosas, PM10 y P2.5, material particulado en suspensión de menos de 10 micrómetros y menos de 2.5 micrómetros, respectivamente.
Ciudades como Ávila, Salamanca o Segovia registraron concentraciones de partículas PM10 cercanas a los 1.000 microgramos por metro cúbico, superiores a los que se observan en China o India. Por comparar, los datos que la Organización Mundial de la Salud entiende como saludable no más de 45 microgramos por metro cúbico.
Los efectos de la calima se empezaron a notar en Asturias durante la mañana en todas las estaciones de la red. Los peores datos se registraron en la zona de las cuencas y en el área de Oviedo, donde alcanzaron valores por encima de 200 microgramos por metro cúbico. En el área Gijón se superaron los 100 y en la zona Avilés se detectó la menor incidencia. Anoche, los valores empezaron a remitir, aunque registraban todavía valores elevados por debajo de los 100 micrómetros, a excepción de las cuencas. «Previsiblemente, todas las estaciones, menos la de Avilés, superarán el valor medio diario de partículas PM10 de 50 microgramos, si bien los datos son aún temporales», se avanzó desde la Viceconsejería de Medio Ambiente.
La situación hoy empezará a remitir. «Se espera que aún haya calima, pero la llegada de un frente frío débil durante la tarde hará que tienda a remitir», explicaba a última hora de la tarde de ayer Ángel Jesús Gómez Peláez, responsable de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Asturias. Se refería a la deposición húmeda de la calima debido a la lluvia, que arrastra el polvo en suspensión al suelo y a la entrada de una masa de aire más fría y limpia.
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Las precipitaciones irán acompañadas de polvo, lo que se conoce como lluvia de barro, que ensucia las calles y tiñe los vehículos. Este inusual fenómeno ya se empezó a notar en diferentes puntos del país ayer, principalmente en Andalucía y el sur de Extremadura y Castilla-La Mancha.
La borrasca 'Celia' está provocando fuertes rachas de viento, lluvia e, incluso, nevadas en cotas altas del interior peninsular y oleaje en la vertiente mediterránea y en el archipiélago canario. Pero el fenómeno más llamativo ha sido la calima, que ha llegado con una intensidad inusual dejando estampas en Murcia o Comunidad Valenciana más parecidas a paisajes marcianos.
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En Asturias no fue tal, pero sí que se notó una subida generalizada de las temperaturas, llegando a superar los 20 grados centígrados en algunos puntos. Se estabilizarán hoy.
La nube de polvo del Sáhara llegará hasta el Atlántico tropical. Lo transportará un sistema de altas presiones. Este anticiclón cuenta con presión más alta de lo habitual, lo que le da más fuerza y empuja alisios más intensos. A mitad de semana, la calima estará presente tierra adentro sobre América del Sur y las Antillas menores.
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