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Se supone que eran charlas para aconsejarles ante su periodo de prácticas más importante, a unos meses de convertirse en maestros. Pero lo que escucharon ayer los alumnos de cuarto de la Facultad de Formación del Profesorado fueron auténticas clases magistrales sobre la realidad de las aulas y los colegios asturianos. Unos coles en los que hay «siempre algún gigante, buscadlo y fijaos en él», esos que «cuando entran en un aula se crea magia». Pero también la cara contraria: «33 años de experiencia me dicen que hay entre un 5% y un 10% de gente que no está capacitada para ser docente, pero los filtros no siempre funcionan».
Daniel Fernández Montes, del CRA número 2 de Llanes, se dirigía al alumnado de los grados de Infantil y Primaria. Era una de la decena de charlas previstas en la facultad dentro de las Jornadas de Buenas Prácticas Educativas que el centro organiza con gran éxito todos los años. Los alumnos están a las puertas de su practicum más importante, en el que pasarán tres meses en un centro y la facultad trata de prepararles lo mejor posible, encontrándose con profesionales que les «muestren la realidad», explicaba el decano, Celestino Rodríguez, que abrió las jornadas cjunto con la vicedecana Carmen Rodríguez y el coordinadora de prácticas, José Antonio Álvarez.
Durante dos días los estudiantes tendrán oportunidad de acercarse a la realidad de un CRA, de conocer los problemas de comunicación que pueden tener los más pequeños, de aprender de experiencias en contra de la violencia de género y de coeducación, de ver cómo el teatro sirve para aprender asturiano, de saber más sobre las Aulas Abiertas, sobre la enseñanza de la Educación Física...
Pero todo, desde la realidad. La que ha enseñado a Daniel Montes que hay que ser m uy estricto con el uso de las redes sociales en los centros. «Al contrario de lo que algunos piensen, los colegios son un servicio público, no tienen que venderse, no hay que buscar clientes en las redes. Porque por tratar de convencer de que su colegios es el mejor, el precio que se está pagando son las caras de los niños, se les ha convertido en mercancía», aseguró el docente.
Animó Montes a todos los jóvenes a probar la experiencia de un colegio rural agrupado, algo que a «algunos nos cambió la vida». Como a aquella familia de Madrid que se emocionaba al comprobar que el cole de Pendueles «no tenía rejas en las ventanas».
Una realidad que también tiene una cara B, «la menos amable», la de «la burocracia, las reuniones, la coordinación, el trabajo que te tienes que llevar a casa», que les explicó Ana Peláez Fontela, del colegio público Parque Infantil de Oviedo. Esta maestra, ahora también jefa de estudios, presentó a los alumnos el proyecto 'Tirando de la lengua', que pusieron en marcha tras comprobar el bajo nivel lingüístico que tenían los más pequeños tras la pandemia. La falta de socialización y las mascarillas habían retrasado casi un año los aprendizajes. A partir de ahí, el centro se implicó en «hacer mejor lo que ya hacíamos», en dar más protagonismo a la biblioteca, acercarse a los medios de comunicación, trasladar mejor los valores educativos... y el resultado fue muy bueno. El siguiente paso será poner en marcha su radio escolar. Entusiasta de la educación, Peláez lo dice claro: «En los centros podemos hacer muchas cosas, que la Administración nos lo facilite».
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