Asturias disfruta por fin de la nieve

Había muchísimas ganas. La afluencia tanto en Pajares como en la allerana de Fuentes de Invierno fue alta, con un total de 3.480 esquiadores en la suma de ambas estaciones, que ofrecían 13 kilómetros esquiables en el caso de Pajares y 7,2 en el de Fuentes. Los amantes de los deportes de invierno tenían muchas ganas y se notó. A las nueve de la mañana los remontes ya contaban con usuarios dispuestos a realizar la primera bajada de la temporada, la nieve estaba algo dura por las temperaturas muy por debajo de cero que se registraron de noche, pero con el sol que tímidamente se fue haciendo con el cielo la nieve mejoró notablemente.

Sol, frío, nieve polvo y largas colas en los remontes fueron la tónica de esta primera jornada en las estaciones asturianas, donde se vieron grupos de escolares disfrutando de la Semana Blanca, cursillos de todos los niveles, esquiadores disfrutando de las pistas y, fuera del entorno esquiable, familias que llenaban los espacios de trineos y bolas de nieve que volaban entre risas y caídas inesperadas.

De una subida de 20 minutos a menos de diez. La nueva telecabina fue la protagonista de Valgrande-Pajares, pocos se resistieron a hacerse una foto dentro del nuevo remonte, así como inmortalizar el paisaje desde las alturas. Los esquiadores deben quitarse los esquís o las tablas de snow para acceder a ella. «Es un poco engorroso, pero habrá que acostumbrarse», explicaba el gijonés Jorge Martínez, que apostillaba que «se ahorra mucho tiempo de subida, y no pasas ni gota de frío, así que al final lo de quitar los esquís se puede llevar». «Se sube y se baja de ella muy bien, es cómoda», sentenciaba el leonés Pablo García, que había llegado con ganas de probar el nuevo remonte. Junto a los esquiadores había familiares que aprovechaban la telecabina para subir a lo más alto de la estación, como Georgina Llaneza, que apuntaba sonriente que «mis hijos y nietos esquían y me gusta venir con ellos cuando hace sol, pero es la primera vez que subo a la parte de arriba». Llaneza ha cumplido los 73 años y gracias a la telecabina ya presume de conocer toda la estación lenense: «antes tenía miedo a subir pero ahora voy cómoda. Los paisajes son preciosos. Solo me cansó esperar la cola, estuve un buen rato de píe», apuntaba en el viaje de descenso.

Y es que ese fue el principal inconveniente con el que se encontraron los esquiadores en Pajares, esperar la cola de la telecabina para acceder a la parte alta de la estación.

En Aller la apertura de Fuentes de Invierno llenó de turistas no solo la estación, sino que las localidades alleranas como Cuevas, Felechosa y El Pino se llenaron de coches y su hostelería colgaba el cartel de completo a la hora de la comida.

Los usuarios valoraron mucho el trabajo de los empleados de la estación, gracias al cual se amplió el espacio esquiable pronosticado. Así, a media mañana se pudo abrir la zona de La Llomba ampliando el dominio esquiable a más de siete kilómetros. «Había bastante nieve y las pistas bien pisadas, y pudimos esquiar hasta las cinco de la tarde», explicaba el gijonés José Carlos Loredo, satisfecho con la jornada.

Manuel Gutiérrez subió desde Langreo junto a su pareja Juan Pérez, se declaran adictos a la nieve y a la estación allerana, explicaban que «este año se hizo esperar un poco pero Fuentes nunca defrauda y todo esta perfecto y bien pisado». «Lo único que falla son las piernas que tras varias bajadas ya las notamos cansadas», explicaba Gutiérrez mientras se retiraba a la cafetería a tomar «algo caliente para recuperar y seguir un poco más».