Los dos montañeros cántabros se encuentran «deshidratados y agotados» pero en buen estado

La búsqueda de los dos cántabros desaparecidos desde la tarde del domingo en los Picos de Europa continuaba este martes desde las 7.30 horas, tanto a pie como por aire, la zona donde se les perdió la pista, en el macizo central. Las tareas se vieron complicadas por la niebla, persistente en las cotas donde se cree que podrían hallarse.

Los dos montañeros se encuentran ya con su familia en Poncebos. «Están comiendo y bebiendo, porque lo necesitaban», informan sus familiares. Los dos presentan un buen estado de salud, según ha confirmado la Guardia Civil, una vez que han podido bajarles y entrevistarse con ellos. «Salvo la deshidratación y el agotamiento lógico después de haber pasado dos noches a la intemperie, su estado de salud, afortunadamente, es bueno», han confirmado desde el equipo de rescate.

El equipo de rescate del helicóptero del servicio de emergencias del Principado había escuchado gritos de auxilio en anteriores vuelos por la misma zona durante esta mañana. Un risco complicado donde hoy, poco antes de las dos de la tarde, han aparecido con vida Ramón González Gutiérrez y José Antonio García Pérez, los dos montañeros, vecinos de Los Corrales de Buelna, que llevaban perdidos en la zona desde la tarde del pasado domingo. Antes de las cuatro de la tarde se completó el rescate y fueron llevados hasta Poncebos.

Los dos amigos cántabros habían partido a primera hora del domingo de Poncebos, en Cabrales, para adentrarse en el macizo central. Ramón G. G. y José Antonio G. P., ambos vecinos del Valle de Buelna, con edades rondando los 40 años y experiencia en carreras de montaña, partieron a las 6.30 horas y estacionaron su coche en Poncebos, para comenzar desde allí la Ruta del Cares. Su intención era recorrer la Canal del Agua, pasar por el refugio de Jou de los Cabrones, Amuesa, Bulnes y regresar a Poncebos en el mismo día. Entre las cuatro y las cinco de la tarde fueron vistos en el refugio por la guardería, quien les observó partir en dirección descendente.

Visto que las horas avanzaban y no llegaban a casa, desde el propio entorno de los afectados dieron aviso a emergencias. Fue un amigo de los montañeros, vecino de Los Corrales de Buelna, en Cantabria, quien alertó de su ausencia a las 21.30 horas. Al COS de la Comandancia de Gijón trasladó que sus amigos habían dejado estacionada la furgoneta al inicio de la ruta y que tenían previsto regresar a su domicilio sobre las 18 horas. Sin embargo, ni habían vuelto ni contestaban al teléfono. En un primer momento se trasladó hasta Poncebos la patrulla de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, que pudo comprobar cómo a las 23.15 horas del domingo el vehículo se encontraba aún estacionado en el aparcamiento.

Ya a primera hora de la mañana del lunes comenzó una intensa búsqueda capitaneada por la Guardia Civil que se prolongó durante todo el día. La Sección de Rescate e Intervención en Montaña (SEREIM) de Cangas de Onís recorrió la canal de Amuesa tanto a pie como con apoyo desde el aire. Contó para ello con la inspección aérea de la Unidad de Vuelo de Helicóptero de Zona (UHEL) de Asturias. Pese a los esfuerzos, en toda la mañana no lograron dar con el paradero de los desaparecidos. Ya a primera hora de la tarde, fue el helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) el que tomó el relevo en la búsqueda. El Grupo de Rescate permaneció en la zona hasta las 17.30, cuando regresó de nuevo el helicóptero de la Guardia Civil.

Las labores se vieron además complicadas por la niebla. Finalmente, la búsqueda cesó en torno a las 20.30 horas, sin rastro de los dos cántabros. También la guardería del refugio de Jou de los Cabrones colaboró en las tareas a pie, peinando las inmediaciones de la instalación hasta Orandi.

Los desaparecidos son expertos corredores de montaña y habían acudido con material adecuado. No es su primera vez en esa zona de los Picos y de hecho ya habían pasado en más ocasiones por el refugio. Ramón G. G. es quien más trayectoria atesora como corredor de pruebas de montaña, incluso con victorias en citas de gran exigencia técnica. José Antonio G. P. le acompaña desde tiempo atrás y quienes les conocen aseguran que ambos son «potentes a nivel físico». La zona en la que se perdió su rastro es «muy técnica», «escarpada» y no permite errores, indican conocedores de ese área.