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La playa castrillonense de Arnao es la única que se suma a la lista de arenales asturianos que este año lucirán la bandera azul. Las 12 que ya la tenían renuevan dicha distinción, por lo que este verano ondeará el trapo azul además de en el citado en los arenales de Peñarronda (Tapia), Arnao (Castropol), Frejulfe (Navia), Otur y Cadavedo (Valdés), San Pedro Bocamar y La Concha de Artedo (Cudillero), Aguilar (Muros de Nalón), Santa María del Mar y Salinas (Castrillón) y La Ñora y Rodiles (Villaviciosa).
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José Ramón Sánchez, presidente de Bandera Azul, indicó que un concejo más trató de certificar la calidad de otras tres playas, sin lograrlo. Sobre el litoral asturiano, dijo que «tiene cosas buenas, como la Ley de Costas que se aplica a más territorio al interior y menos masificación, pero creo que todavía no hemos dado ese salto cualitativo que dimos en Galicia con el 'Prestige'». Entre las dificultades señaló que lograr un agua excelente en todas las playas «es más difícil, por las rías y agricultura, pero es posible».
En la categoría de puertos, el deportivo de Gijón mantiene su distinción. En la de senderos azules, la novedad también la logra Castrillón, al sumar la senda costa norte a un listado en el que renuevan la senda peatonal de Artedo (Cudillero), Cabo Peñas (Gozón) y la de los Miradores (en Muros del Nalón).
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La pandemia no ha afectado al número de municipios candidatos al galardón, 244 en todo el país. Las 688 banderas entregadas sitúan a España de nuevo como el país con más banderas azules pero el coronavirus obliga a repensar el uso y gestión de los arenales. «Tendremos que pensar en más 'smart beaches', renunciar a poseer las cosas, a ser el primero que planta su historia, sino a compartir el lugar; son espacios vulnerables, cada vez más escasos, en compartir el modo y tiempo de uso», indicó José Ramón Sánchez, presidente de Bandera Azul desde hace 33 años. «Este año no va a bastar con tener equipos de primeros auxilios, tenemos que ofrecer un plus de seguridad a turistas y residentes», instó Isabel María Oliver, secretaria de Estado de Turismo.
En la rueda de prensa, Dirk Glaesser, director del Programa de Desarrollo Sostenible en la Organización Mundial del Turismo, aseguró que el sector «está preparado para reanudar la actividad con las lecciones aprendidas de la pandemia». José Palacio, vicepresidente de Adeac, se mostró confiando en que si los españoles han sido capaces de estar «dos meses confinados, también lo serán en cumplir con la palabra prevención». Su equipo ha hecho una guía específica para los socorristas, unos profesionales que «nunca antes se habían enfrentado a una situación como el Covid 19», y a los que aconseja «no meterse en el agua» y «evitar al 100% el cuerpo a cuerpo», utilizando para ellos «drones que puedan acercar materiales a la víctima» y tablas de padel surf.
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El distintivo es otorgado en España por la Asociación de educación ambiental y del consumidor (Adeac), si bien el origen de la iniciativa está en Francia, en 1985. La idea de destacar las playas por su valor ambiental fue luego expandiéndose por los cinco continentes. El coste que supone para cada municipio ser auditado por la organización y el resultado obtenido ha provocado no pocas discusiones y explica en parte el descenso que ha experimentado el Principado en su número de playas galardonadas. En 2014 ondeaba el trapo azul en 17 arenales, bajó un año después a 15, remontó en 2016 hasta los 19, para bajar de nuevo a 15. En 2018 y 2019 consiguieron el reconocimiento las mismas doce playas de la región.
El enfrentamiento más conocido ocurrió precisamente entre 2016 y 2017, y terminó con la decisión del consistorio llanisco de renunciar a este sistema y contentarse con las auditorías que la Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) organiza para decidir a quién da el distintivo Q de Calidad. El motivo del enfado estriba en que los vertidos de la depuradora reflejaron que el agua había perdido su habitual calidad. Aunque todo se solucionó, la Adeac exigió la retirada de su bandera, provocando el enojo del Consistorio que renunció a la certificación para todas sus playas. Hasta entonces, las llaniscas de Barro, Palombina, Toró y El Sablón eran habituales en la lista, que este año finaliza por el Este en Rodiles, obviando otros arenales del oriente asturiano.
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