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MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Miércoles, 4 de marzo 2020, 01:52
El calentamiento global ya está afectando a Asturias y el Gobierno del Principado lo sabe. Por eso, el consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, anunció ayer en la Junta General que el Ejecutivo asturiano tiene la intención de llevar al Parlamento ... regional una declaración de emergencia climática en la región, aunque «detrás tiene que haber una articulación, un proyecto y una estrategia», apuntó. El objetivo es promover la integración de las actuaciones que se impulsen de forma transversal en todas las políticas y planes regionales. Para llevarlo a cabo, se elaborará un decreto para crear una Comisión de Coordinación de Acción por el Clima, que estará integrada no solo por numerosos departamentos del Gobierno asturiano, sino también por otras administraciones públicas que tienen que ver con el territorio e, incluso, con la colaboración de la Universidad de Oviedo. De ese modo, se pretende abordar este problema «de forma coordinada», explicó el consejero.
Esta declaración asturiana no será algo excepcional, ya que el Ejecutivo central ya declaró a mediados de enero la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica, que reclama una acción urgente para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la seguridad de los ciudadanos.
De forma paralela, el Gobierno asturiano elaborará un Plan de Adaptación al Cambio Climático que pretende prevenir y responder ante las consecuencias de las cada vez más fuertes inclemencias meteorológicas en los ecosistemas, los sectores económicos, la salud y el bienestar de las personas. El Principado ya ha puesto en marcha numerosas medidas, pero ahora, según Juan Cofiño, «tenemos que seguir avanzando en materia de prevención de los riesgos».
Este plan, que se desarrollará a lo largo de esta legislatura, integrará actuaciones de adaptación y protección ante el cambio climático de los terrenos de dominio público marítimo-terrestre adscritos al Principado y de las estructuras construidas sobre ellos. Los estudios correspondientes los está elaborando ya el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, gracias a un convenio firmado en su día con el Ejecutivo regional.
La planificación tendrá más ámbitos de actuación, como el agroforestal, en el que se promoverán medidas de concentración parcelaria y puesta en producción suelos de las vegas de los ríos por su alto valor en producción, preservación de la biodiversidad y defensa del terreno frente a las posibles inundaciones. En esta materia, al igual que en otras, se pretende aplicar la economía circular y para ello se quiere poner en marcha un fondo de carbono regional que permita que las absorciones de los bosques y suelos agrarios puedan ser aprovechadas por las empresas asturianas para reducir su huella de carbono. Que el cambio climático también tiene una gran influencia sobre los fuegos que se registran en los montes de la región ya nadie lo duda y por eso se incluirá esta perspectiva en la 'Estrategia de prevención y extinción de incendios forestales'.
El agua es otro de los pilares de la lucha contra el cambio climático o, más bien, su preservación y control. El plan de abastecimiento que está elaborando la Consejería de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático también tendrá en cuenta la variable climática con el fin de garantizar el suministro del recurso tanto a empresas como a particulares. Lo será en línea con lo previsto en el Plan Hidrológico Nacional, que actualmente está a información pública. Pero además se deberá tener en cuenta el riesgo de los efectos de las inundaciones, como muy bien saben los residentes en las vegas bajas de los principales ríos de la región. Esta circunstancia será muy tenida en cuenta en la planificación urbanística y para ello serán básicos los mapas de peligrosidad de las áreas con riesgo potencial significativo de inundación, así como actuaciones preventivas como la limpieza de los cauces de los ríos, labor que se realizará en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.
El Plan de Salud y Medio Ambiente también se ajustará al cambio climático con un plan integral multisectorial de adaptación y disminución de la exposición a sus efectos en Asturias, incluyendo planes de contingencia ante eventos extremos y mecanismos de apoyo y prevención a la población vulnerable.
Durante su comparecencia ante el Pleno de la Junta General, el consejero indicó que la transición hacia una economía de bajas emisiones «representa uno de los desafíos más importantes a los que nos enfrentamos en todos los ámbitos sociales, medioambientales y económicos», por lo que las conclusiones de la comisión para adoptar las medidas de adaptación cobran mayor importancia al respecto.
Impulsar actuaciones de investigación, desarrollo e innovación es, según el consejero, imprescindible para mejorar el conocimiento sobre el impacto de la crisis climática, por lo que Cofiño anunció que su departamento encargará un nuevo estudio que se base en la información científica obtenida en los últimos años.
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