El 42% de los asturianos aseguran tener dificultades para llegar a final de mes

El Principado es la cuarta comunidad donde menos personas reconocen pasar apuros. Adecco cree que el crecimiento económico no llega a todos por igual

R. MUÑIZ

GIJÓN.

Jueves, 6 de febrero 2020, 02:03

En el 42,1% de los hogares asturianos se reconoce pasar algún tipo de dificultad para llegar a final de mes. Así se desprende de la Encuesta de Condiciones de Vida, un sondeo que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) ... haciendo entrevistas en 16.000 domicilios de todo el país. En el Principado los trabajadores del organismo lograron que les abrieran las puertas de 672. El protocolo que siguen les obliga a hacer preguntas a todos los que en ellos habitan y luego completar por teléfono los cuestionarios si hay algún dato que se escapó.

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Si se extrapolan a toda la población los resultados de esa muestra, resulta que en Asturias habría unos 190.755 hogares donde sus ocupantes dijeron pasar «mucha dificultad» para llegar a final de mes, «cierta» o «dificultades» a secas. La peor parte estaría en esos 41.232 casos que -se estima- son capaces de pasar mucho agobio para cuadrar las cuentas y además reconocerlo al trabajador del INE.

Hay situaciones dramáticas, pero aplicando la misma metodología el organismo hizo un dibujo del país bastante más alarmante en otras comunidades. En Murcia fueron el 69,2% los entrevistados que respondieron que pasaban penurias en su día a día, en Andalucía lo hicieron el 67% mientras que en la vecina Cantabria, el 65,4%. Asturias resulta ser la cuarta comunidad con menos proporción de habitantes que se quejaron de sus posibilidades económicas. Solo en País Vasco, Navarra y La Rioja hay menos gente lamentando su economía, con un 35,5%, 36,3% y 37,3% respectivamente.

La última Encuesta de Condiciones de Vida se conoció en verano, recoge los resultados del sondeo de 2018 y, si se chequea con los conocidos con anterioridad, la realidad asturiana también da síntomas de mejoría. Respecto al año precedente, la proporción de quienes se sitúan en el grupo de los que pasan «mucha dificultad» bajó un punto, mientras que el grupo de «con dificultad» retrocedió en tres y medio.

Si se suman las tres categorías, ese 42,1% de hogares donde se pasa algún tipo de apuro económico resulta la segunda menor proporción desde 2004. Es cierto que la progresión no es lineal y que los valores oscilan mucho de año a año. Vistas en perspectiva, se puede concluir que en los quince años que el INE preguntó en la región, detectó dificultades para llegar a final de mes en proporciones que van desde el 38,6% al 55% de los hogares asturianos.

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La Fundación Adecco, entidad sin ánimo de lucro constituida en 1999 por un grupo multinacional de empresas dedicadas al trabajo temporal, emitió ayer 'Un empleo contra la exclusión'. El informe escarba en la última encuesta del INE y extrae sus propias conclusiones. «El crecimiento de variables macroeconómicas como el Producto Interior Bruto (PIB) no conlleva necesariamente una reducción considerable de la pobreza, ya que dichas dimensiones no miden el bienestar social real», sostiene Francisco Mesonero, director general de la entidad.

En unas declaraciones por escrito, el representante de la Fundación apunta que «ciertos segmentos de la población tradicionalmente más vulnerables no se benefician a corto plazo del crecimiento económico y se convierten en víctimas de la brecha social».

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El «empleo sostenible», clave

Mesonero aboga por el «empleo sostenible» como «principal herramienta para combatir, no solo las dificultades económicas de las familias, sino también ola desigualdad social que de ella se deriva». El director general apuesta así por medir el crecimiento más en términos de «calidad de vida, la seguridad o la salud de las personas, que sí son indicadores de bienestar social».

El trabajo de la fundación se centra en parados de larga duración, personas con discapacidad, mujeres víctimas de violencia de género, otras con responsabilidades familiares que no logran repartir con alguien y desempleados que ya pasaron de los 45 años. En su comunicado de ayer, Mesonero sitúa como reto que «no solo accedan al mercado laboral, sino que tengan garantías de consolidarse en el mismo y tener una vida digna».

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«El tejido empresarial tiene mucho que decir en el marco de la Agenda 2030», afirmó el director general. «En los años venideros habrá de seguir avanzando para desarrollar acciones de inclusión sociolaboral que empoderen a los más vulnerables, así como otras iniciativas dirigidas a reducir las situaciones de desigualdad», razonó.

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