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El historiador asturiano Pablo García Varela, autor del libro 'ETA y la conspiración de la heroína'. p 'ETA y la conspiración de la heroína' es el resultado de tres años de investigación concebida originalmente como una tesis. E. C.
El asturiano que desmontó a ETA

El asturiano que desmontó a ETA

Conspiración de la heroína. El historiador Pablo García Varela investiga los atentados en los que la banda asesinó a más de cuarenta personas con la excusa de luchar contra las drogas

Lunes, 5 de octubre 2020, 01:13

Lo suyo era la historia antigua. Y lo sigue siendo. De hecho, Pablo García Varela (Oviedo, 1992) cree que, en muchos aspectos, no hay tantas diferencias. «Cuando tocamos temas de violencia, el relato ideológico tiene puntos comunes aún siendo sociedades diferentes; por ejemplo, el discurso sobre el enemigo de la Antigua Roma tiene elementos que no cambian», señala.

Él mismo reconoce que llegó a su tesis, ahora convertida en la publicación 'ETA y la conspiración de la heroína', por «casualidad» y animado por su pareja. «Tenía que escoger un trabajo fin de Máster -que cursó tras los estudios de historia en la Universidad de Oviedo-, y dado mi interés por los temas de violencia opté por hacer algo sobre terrorismo en España». Pronto se topó con un tema sobre el que no se había profundizado, la campaña que la banda terrorista había hecho contra el mundo del narcotráfico. Y todavía, por aquel entonces, en ningún caso se planteaba que pudiera dar el salto a las librerías. «Solo era una tesis, ni siquiera sabía qué acogida iba a tener, aunque, según la estaba haciendo, mis tutores me comentaron que sería interesante poder publicarla; pero, en aquel momento, no le di mucha importancia, solo estaba preocupado en terminarla», explica.

Con la banda terrorista en pleno proceso de descomposición, quizá este libro es posible ahora y no unos cuantos años antes, cuando ETA seguía matando. Porque, aunque el grueso de la investigación se remonta a principios de la década de los años 80, posiblemente hubiera generado cierta inquietud e incluso haber colocado al autor en objetivo de la banda. De hecho, y todavía en 2020, Pablo García Varela reconoce que «no he recibido presiones ni amenazas pero leo en los foros cómo personas de la izquierda abertzale insultan e intentan deslegitimar la información; no obstante, estoy seguro que, durante los próximos años, veremos una mayor reflexión crítica de ese sector con lo que ha sucedido durante décadas en el País Vasco».

'ETA y la conspiración de la heroína' desmonta la campaña defendida por la banda terrorista desde los años 80 acusando al Estado de introducir heroína para desmovilizar y destruir a la juventud vasca. «ETA vendió la imagen de que era la única que se preocupaba de luchar contra esta lacra de tal forma que calase el mensaje de que ellos por lo menos estaban haciendo alto, matando a los narcotraficantes». Según se puede leer en el libro, esta estrategia se desplegó en dos fases. La primera entre 1980 y 1985, cuando ETA fue sembrando la semilla de la conspiración y, a partir de 1988, cuando movilizó al entorno de la izquierda abertzale para contar con apoyos, como el de Herri Batasuna y su entorno social», apunta Varela.

La estrategia de la banda era clara: la búsqueda de determinados elementos de la sociedad vasca a los que se pudiera acusar de estar detrás de la introducción de la heroína. Después, y tras cada atentado, ETA emitía un comunicado presentando pruebas, buscando la movilización de su entorno social para conseguir el respaldo de los barrios que tenían problemas con esta droga e intentando mostrar a la banda como el único elemento de la sociedad vasca que realmente los estaba protegiendo de este infierno. «Un ejemplo fue su ataque a la familia Bañuelos, un clan de mercheros a los que atacó para mostrar su mensaje de 'a estos la policía no los toca y no están haciendo nada, nosotros sí'». En todo este tiempo, la única investigación fue el polémico 'Informe Navajas', que trató de determinar la corrupción policial, ante una presunta vinculación de la Guardia Civil y el contrabando en Intxaurrondo. Fue desestimado sin que nunca llegase a probarse nada. «No hay ninguna prueba veraz y judicialmente probada que defienda esta teoría defendida desde la izquierda abertzale», señala García Varela.

El libro es prolijo en detalles y, aunque es bastante más reducido en su extensión que la tesis que fue su germen, permite profundizar en datos y hechos de este mito defendido por ETA. Una conspiración que, todavía a día de hoy, tiene sus acólitos. «Sigue estando muy extendida, durante mi investigación me he encontrado gente muy reacia a plantearse un autocrítica de esta teoría», cuenta.

Aquí es donde está 'Patria', (Fernando Aramburu) y lo que trae consigo, como palanca para que la gente tenga una mayor empatía con lo sucedido en el País Vasco durante décadas. «Hay muchas historias que necesitan ser contadas, tenemos que tener esa capacidad para entender el dolor que pasaron muchas personas, y ver que detrás de toda esa conspiración de la heroína hay mucho sufrimiento, todavía a día de hoy», recalca Varela.

En sus planes, ahora, está contar esas historias de personas que logren superar el miedo y explicar qué pasó. Pero, además, tiene en mente una investigación sobre las mujeres víctimas de la violencia machista desde 1980 hasta 2003. También las asesinadas por ETA y por movimientos de ultraderecha. Y, entre tanto, desde su residencia actual en Santiago de Compostela, prepara el CAP al tiempo que aspira a una plaza de ayudante de Doctor en una universidad.

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