«Le llamamos del colegio. Tiene que venir a buscar a su hijo, hay un caso positivo de covid en el aula». Miles de familias asturianas recibieron durante noviembre y diciembre llamadas similares. Y, a partir de ahí, comenzaba la espera por una PCR inicial. Diez días de confinamiento y segunda PCR para poder salir. Eso, y la cuadratura del círculo para poder seguir trabajando con un menor confinado que, en la mayoría de las ocasiones, era negativo en ambas pruebas. La situación cambiará a partir de mañana, cuando los colegios e institutos asturianos reabran las puertas para recuperar las clases presenciales. Solo se cerrarán aulas de Infantil y Primaria cuando haya al menos cinco casos positivos. Sin PCR a todo el aula.
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Es el principal cambio, pero no el único acordado para este regreso. Así, la mascarilla vuelve a ser obligatoria siempre, también en el exterior tal y como obliga la norma estatal. En Asturias se había dado la posibilidad, en octubre, de poder quitarla en el recreo, principalmente, siempre que se mantuviera la distancia de seguridad. En la práctica, la mayoría de centros optó por mantener su uso, ya que era complicado asegurar la distancia.
La segunda medida de refuerzo que se ha planteado es la restricción de acceso a los centros educativos. Las reuniones con las familias volverán a ser principalmente telemáticas (las grupales, sin duda; las individuales podrían ser presenciales en algunos casos) y la entrada estará limitada a las directivas de AMPAS, profesores de extraescolares y encargados de actividades complementarias y también a los representantes sindicales. En cuanto a las reuniones de profesorado, también serán telemáticas de nuevo.
Una de las nuevas recomendaciones es que no se organicen actividades extraescolares o complementarias que impliquen la pernocta, lo que podría suponer la suspensión de la Semana Blanca y, por lo tanto, un grave perjuicio para las estaciones de esquí. Esta recomendación se mantiene hasta el 8 de abril, final del segundo trimestre, con la esperanza de que en el último sí se puedan llevar a cabo los tradicionales viajes de fin de curso.
Finalmente, la Consejería de Educación ha optado por incluir en el protocolo, aunque ya era una instrucción, la obligatoriedad de contar con un medidor de C02 en cada aula. La ventilación cruzada seguirá siendo esencial.
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Dicen algunos directores que solo queda «cruzar los dedos». Porque las medidas de seguridad se las saben «al dedillo». Porque durante un curso entero fueron de los lugares más seguros. Y porque, pese a que la sexta ola les ha castigado duramente, confían en poder trabajar con cierta normalidad en este segundo trimestre. Unos 120.000 alumnos asturianos se reincorporan mañana a las aulas en los niveles no universitarios (Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional) y lo harán de forma presencial, con medidas de seguridad reforzadas y con una importantísima novedad que centros y familias reclamaban: el fin de las cuarentenas generales. Mientras los protocolos cambiaban para los adultos, sin rastreo de contactos estrechos, a muchos se les hacía difícil entender que aulas enteras tuvieran que confinarse por un caso positivo. Advertían los directores que, con el actual nivel de contagios, iba a ser complicado mantener la actividad, ya que se preveía un escalada de cierres de unidades.
Y así, en tan solo tres días, la postura oficial cambió. Si el martes se defendía un regreso sin cambios en este sentido, el viernes ya fue todo lo contrario. Infantil y Primaria vuelven, por tanto, con una situación completamente nueva. Tan solo se confinarán las clases cuando se detecten más de cuatro casos positivos en el grupo o un 20% de los alumnos en un periodo igual o inferior a siete días. Además, en principio no se realizarán PCR a todos los alumnos tras el primer positivo, al contrario de lo que venía sucediendo hasta ahora, ya que todos los compañeros eran considerados contactos estrechos. Quienes sí sean confinados lo serán, además, durante 7 días y no 10, tras el cambio aprobado en este sentido durante la Navidad para toda la población.
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La situación afecta a Infantil y Primaria, que son las que funcionan como grupos burbuja. En Secundaria ya no había confinamientos generales por estar los alumnos vacunados.
Con todo ello, los centros asturianos confían en mejorar la situación sufrida durante las semanas previas a las vacaciones, cuando se batió el récord de toda la pandemia, llegando a contabilizar 2.860 alumnos confinados y 204 aulas cerradas. En una sola semana llegó a haber 251 centros con incidencias en al región, y más de 800 positivos en la comunidad educativa, de los que más de 700 eran de alumnos y 98 de docentes. Y esta es otra de las cuestiones que podrían marcar este regreso: cuántos profesores faltarán estos primeros días por ser positivos tras unas jornadas en las que Asturias sigue batiendo sus propios récords, con 2.700 el día 5 de enero. El martes 11 se publicará una convocatoria de interinos para cubrir las bajas notificadas.
Una de las cuestiones en las que Asturias tiene puesta mayor confianza es en el ritmo de la vacunación infantil. Las últimas cifras oficiales hablan de un 38% de niños de entre 5 y 12 años vacunados, lo que supone diez puntos más que la media del país. De hecho, en los últimos días el servicio de Salud ya está citando a los nacidos en 2016, es decir, a los más pequeños del grupo. En el rango total de los menores de 12 años (de 0 a 11), tienen la primera dosis el 33,71% y la pauta completa el 4,53%. También se empiezan a 'rescatar' a los menores que habían sido contactados en las últimas semanas y que no pudieron acudir a la cita por estar confinados, situación que se ha repetidos infinidad de veces durante la Navidad.
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Por su parte, también la Universidad de Oviedo reabre las puertas para sus cerca de 20.000 alumnos. Aunque ellos no vuelven por el momento a clase, sino que retoman el periodo de exámenes, que comenzó el día 20 de diciembre, al igual que el periodo de defensa de los trabajos fin de grado y fin de máster. El segundo semestre arrancará, según el calendario lectivo oficial, el día 26 de enero.
Las universidades españolas, como el resto de etapas educativas, habían defendido también una vuelta presencial. En el caso de la institución asturiana se mantiene en su 'escenario verde', de los tres previstos, que permite una «plena presencialidad con cautelas».
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