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El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, se ha vuelto a referir a la polémica con la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, durante la inauguración esta mañana en Oviedo, de la Marianapolis. Sanz Montes, preguntado por la tensión intercambiada entre ambos en las redes sociales ... , ironizó: «será por la temperatura de este verano», pero Justo a continuación explicó que «estoy esperando a que me llame, porque ya yo hablé con ella antes de la toma de posesión. Yo me encontraba en Madrid en la Comisión ejecutiva y entonces con mucha amabilidad por ambas partes, quedamos en que yo no podría estar en la toma de posesión».
Así las cosas, el arzobispo dijo estar «esperando. Ha dicho que quiere verme institucionalmente, y ahí podremos hablar correctamente».
Cuestionado sobre el tono de los mensajes (él calificó a Lastra de «seño» y ella a los mensajes de Sanz Montes de «ultraderechistas y machistas») indicó que «no es la primera vez que doña Adriana Lastra se dirige al arzobispo de Oviedo no siempre con amabilidad. Podemos comprender que podamos tener posiciones distintas en temas discutibles y opinables, pero no el que el que te marquen la pauta y que te digan dónde cómo y cuándo, pues me parece que no es no es inteligente y no es, sobre todo respetuoso».
En el intercambio de críticas que ambos están teniendo en estos días, con implicación, por parte y parte de los partidos políticos, sobrevuela la cuestión de si en la mesa del día de Asturias, en Covadonga, habrá o no este año representación institucional. El arzobispo, sobre la posibilidad de que no sea así, indicó que «lo sentiría, porque como cuando yo voy a las convocatorias que me invitan bueno pues voy no solamente a título personal como ciudadano, que también lo soy, sino como representación de un colectivo de una comunidad importante, como es la iglesia de Asturias. Si yo dijera que no quiero ir por algún motivo que no se pueda comprender, habría que explicarlo».
Es más Sanz Montes explicó que «cuando invitamos a una cosa como es el día de la virgen de Covadonga yo no hablo desde unas tribunas y amparado en unas siglas políticas, sino que hablo del Evangelio. Lque ocurre que el Evangelio es muy concreto. Sigo la doctrina cristiana, que señala determinadas cosas, yno por hacer una especie de oposición política, porque no es la tribuna ni es tampoco el menester».
Dicho esto puntualizó que «entiendo que no es de recibo que te hagan una traducción que tenga justamente esa clave (la política) pues cuando hablamos de la verdad hablamos de la vida, de la familia, de la libertad y eso no son cuestiones políticas, aunque los políticos tengan que aplicarlas». Tras esa precisión, Sanz Montes aclaró que «yo hablo desde una perspectiva evangélica y cristiana».
La maternidad
Se le preguntó al arzobispo por las diferencias personales e ideológicas con Adriana Lastra, y él relató que «no lo sé, me he visto con ella la última vez físicamente el día del desfile de las fuerzas armadas, donde, cuando la vi, bajé desde la tribuna de autoridades para decirle 'enhorabuena por esa maternidad que acaba usted de tener, que crezca muy sana esa niña y que me alegro'. Fue un encuentro cordial y ella lo agradeció.»
Con todo, el arzobispo precisó que «si yo digo que la verdad nos hace libres estoy citando literalmente un texto del Evangelio de San Juan. Si alguien lo interpreta como un ataque a la mentira, yo no sé a qué mentiroso se puede estar refiriendo».
Y sobre los apelativos de ultraderechista y machista que le dedicó la delegada del gobierno, Sanz Montes lo negó: «Yo no soy machista y lamento el acoso y derribo que durante siglos que ha sufrido la mujer. Ahora, el machismo, que no es de recibo, no se redime con un feminismo que cae en la misma trampa: machismo, absolutamente no, y feminismo, cuando esté con las mismas diatribas, tampoco, porque estamos en el fondo impidiendo que haya una complementaria relación respetuosa del hombre y la mujer que somos una igualdad diferenciada. Y respecto al ultraderechismo que Lastra le atribuye, fue más directo: «Bueno, eso es una etiqueta, por cierto, sincronizada», dando a entender, así que este último ataque no es una cuestión personal de Lastra, sino que obedece a una estrategia de partido.
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