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E. RODRÍGUEZ
villaviciosa.
Sábado, 15 de febrero 2020, 01:56
Llegaron hace más de tres años con la ilusión de hacer del monasterio de Valdediós su hogar y anteayer las carmelitas samaritanas anunciaron que el próximo 16 de julio darán por finalizada su actividad en el cenobio. Lo hacen, dicen, «muy tristes y ... con mucha pena», pero tras un tiempo de reflexión, así lo han decidido al entender que «Valdediós no es el lugar adecuado para el tipo de vida al que está llamada la congregación», que busca estar «más cerca de la gente».
La situación no es nueva en absoluto para el Arzobispado de Oviedo, que regresa al mismo punto de partida de hace ocho años, cuando en 2012 los hermanos de la comunidad de San Juan tomaron una decisión similar al considerar que la ubicación dificultaba su labor apostólica, dirigida a los jóvenes.
Jesús Sanz Montes ya era entonces arzobispo de Asturias. Según explicó tiempo después, en esos cuatro años en los que el cenobio estuvo vacío hasta la llegada de las religiosas, contactó con hasta doce congregaciones, nueve de hombres y tres de mujeres, en Francia, Suiza, Austria, Italia y España. Todas mostraron su agradecimiento, pero ninguna estaba en condiciones de hacerse cargo.
Hasta que llegaron en julio de 2016 las religiosas (las primeras mujeres en ocupar el cenobio), procedentes de Valladolid. Muy jóvenes -la media de edad está en los treinta- y muy activas no solo en su actividad diaria sino también internet, se instalaron con la principal misión de orar y acoger al peregrino.
Después de más de tres años en los que volvieron a abrir la hospedería, una tienda con productos elaborados artesanalmente, fundaron su propia editorial y hasta impulsaron la candidatura de Valdediós al Pueblo Ejemplar, ahora buscan iniciar una nueva andadura. Pero, a ser posible, en Asturias. Lo decía la propia madre Olga María anteayer: «Amamos Asturias y no deseamos irnos del Principado. Estamos a disposición del Arzobispado para servir en lo que podamos y así lo hemos manifestado».
El Arzobispado -que agradece «estos años de presencia en Valdediós, su testimonio de vida, su labor apostólica y la cercanía a cuantos se han acercado al monasterio- quiere ayudarlas en su deseo de continuar en la región y buscará, en colaboración con la comunidad, destinos en los que puedan ubicarse y respondan a sus necesidades.
Mientras tanto, como sucedió hace ocho años, volverá de nuevo a buscar «congregaciones de vida contemplativa» para habitar Valdediós, pues su deseo es que haya vida en el monasterio. Sí avanzó el jueves que «el conjunto histórico seguirá disponible, como hasta ahora, para las visitas turísticas que deseen conocer estas joya del patrimonio asturiano. El Arzobispado -manifestó- reitera su compromiso claro y decidido de mantener abierto el conjunto monumental, a disposición de todos los asturianos y de los que nos visiten».
El monasterio -encomendado a la orden del Císter- fue un hospital psiquiátrico durante la guerra civil. Tras el conflicto bélico, volvió a ser seminario hasta 1951. La Santa Sede lo restauró como priorato cisterciense en 1992 . Los talleres de empleo y la colaboración de los monjes lo revitalizaro y vivió años de actividad en el plano religioso, turístico y cultural. Sin embargo, en 2009, los monjes se vieron obligados a decir adiós en una decisión adoptada por el arzobispo Carlos Osoro. Era la primera congregación en marchar. Ahora lo hace la tercera. Se abre un nuevo periodo de incertidumbre.
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