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G. POMARADA
ARRIONDAS.
Viernes, 25 de octubre 2019, 02:11
En el río Sella, los niveles volvían ayer a la normalidad mientras los vecinos respiraban aliviados por el desastre evitado. Ocurría por ejemplo en Arriondas, la villa que suele salir peor parada de las avenidas. En esta ocasión, los daños se limitan ... a algunos garajes inundados en el barrio de El Barco. No obstante, el temor generado entre los habitantes a cada crecida de los ríos sigue latente en una localidad cercada por el Sella, el Piloña y el Chicu y que en las grandes inundaciones de 2010 quedó totalmente anegada por su desbordamiento. «A las doce de la noche todavía bajamos a mirar el río», contó Braulio Ricote, madrileño con vivienda en el barrio de la capital parraguesa. Se da la circunstancia de que la del miércoles fue la primera gran riada que presenció: «Le dije a mi mujer: 'si lo sé no compramos la casa aquí'», se sinceró.
Los residentes habituales de esa zona a la vera del Sella, en la que también se ubican el colegio y el instituto, reconocen que en esta ocasión la crecida «no fue casi nada», si bien «la gente ya tiene miedo y se tiran al río a mirar», explicó Ángel Marina. «Siempre te esperas lo peor, estamos con miedo cada vez que llueve», apuntó Ofelia Rodríguez, vecina del centro de Arriondas. Esta vez, gracias a que el río Piloña mantuvo sus niveles fuera de los parámetros de alerta, la capital se libró de incidentes en zonas como Castañera, donde se ubica el Hospital Grande Covián.
Precisamente este enero el centro hospitalario del Oriente vivía su segundo desalojo de la historia. A raíz de aquellos temporales, el proyecto de protección de Arriondas frente a las avenidas entró en una nueva fase tras nueve años de espera. Con un presupuesto de más de 16 millones de euros y el compromiso de Estado y Principado de hacerse cargo de la inversión, la última traba la apuntaba el alcalde, Emilio García Longo (PSOE), esta misma semana tras reunirse con el vicepresidente asturiano y consejero de Infraestructuras, Juan Cofiño: en los trámites administrativos previos a sacar a licitación las obras no es válida la firma de un Gobierno en funciones, explicó.
De este modo, hasta pasadas las elecciones del 10 de noviembre y el escenario que tras ellas se abra, el proyecto seguirá a la espera y consumiendo los plazos previstos inicialmente, pues la intención era sacar a licitación los trabajos a finales de este año para comenzar las obras en 2020 y tenerlas concluidas en 2022. «Es vergonzoso lo que pasa aquí, solo nos queda el derecho a protestar», lamentó Ángel Marina. Además del enfado por la espera, entre los parragueses se extiende la petición de mantener cuidados los ríos hasta que lleguen esas obras millonarias. «Tienen que sacar las piedras y esos islotes que hay en medio», instó el mismo vecino. «Hay un montón de piedra y hasta arbolado, limpiar eso es lo más urgente y además se gasta menos dinero», respaldó Francisco Alonso.
Las obras en cuestión prevén por su parte otro tipo de medidas, desde la construcción de muros de defensa de 1,2 metros a levantar los paseos fluviales, sustituir el puente de La Concordia y el del río Chico, elevar la pasarela sobre el Piloña y renovar las redes de drenajes, saneamiento y conectores. Con ese sistema, la previsión es que Arriondas permanezca protegida frente a las avenidas durante los próximos 140 años.
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