S. ORTIZ
MADRID.
Sábado, 25 de junio 2022, 03:52
La muerte de la octogenaria asturiana María Isabel Suárez provocó la detención de Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino. Acusados por los agentes de la Guardia Civil de «asesinato consumado», se encuentran en libertad provisional con el pasaporte retirado y la obligación de acudir ... semanalmente a firmar a los juzgados de Arganda del rey donde se instruye el procedimiento.
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El pasado miércoles, la forense Elia Beatriz Díez prestó declaración como testigo a través de videoconferencia. Su comparecencia sirvió para aclarar algunos de los datos que arrojó el informe de la autopsia que determinó que la etiología de la muerte fue violenta y de tipo homicida. Ante las preguntas formuladas, la médico no solo desmontó la teoría de que el cadmio y el manganeso hallados en la sangre de la fallecida pudieran ser de origen post mortem -la autopsia se hizo 48 horas después de la muerte-, sino que explicó que también se encontraron medicamentos (neurolépticos, antisicóticos, antidepresivos y ansiolíticos) que causaron un «efecto sinérgico» pudiendo provocar, por ejemplo, alteraciones en el movimiento o del habla de la anciana.
En concreto, Beatriz puso especial atención en explicar que este cóctel de fármacos pudo afectar a nivel volitivo, cognitivo y motor, siendo esto compatible con la degradación que sufrió María Isabel durante el tiempo que permaneció viviendo en Madrid, resultando difícil de creer que las pastillas fueran prescritas por un mismo profesional. En este sentido aclaró, con contundencia, que una demencia «no puede causar la muerte en un tiempo tan corto».
En su declaración la facultativa también refiere que, para su sorpresa, el cadáver estaba vestido y maquillado y que encontró hematomas en la cara que descubrió cuando desmaquilló a la víctima, sin descartar que estos moretones fuesen producidos por golpes directos o por una caída. A preguntas de la acusación particular, la forense reconoció que el maquillaje, que imposibilitaba ver a simple vista, y los antecedentes clínicos explicados por los familiares pudieron facilitar que se expidiera un certificado de defunción totalmente errático.
Uno de los puntos de mayor debate existe en la enfermedad que, según Luis Lorenzo y Arancha Palomino, sufría María Isabel en el momento de su muerte. La forense aseveró que en contra de lo manifestado por sus familiares, no se encontró con los análisis histiopáticos demencia por cuerpos de Lewi, ni siquiera una fase inicial. Asímismo, confirmó que la paciente tenía una resonancia magnética prevista porque suponían que podía tener una demencia muy suave, pero que en enero de 2021 acudió a una consulta médica siendo totalmente independiente. Lo que sí especificó es que la finada tenía un tratamiento antifúngico (para sanar hongos), pero que no vio ningún hongo en la autopsia. También le resultó llamativo «lo prolongado del tratamiento ya que normalmente los hongos se sanan con anterioridad».
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