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ANUARIO 2020: Las calles de Gijón, vacías o entre aplausos y protestas
ANUARIO 2020

Las calles de Gijón, vacías o entre aplausos y protestas

La ciudad vivió el difícil año de la pandemia y los confinamientos con repetidas muestras de solidaridad, pero sin olvidar su espíritu crítico

Miércoles, 30 de diciembre 2020, 13:02

Gijón ha vivido este crítico 2020 sumido en la crisis de la covid. Como el resto del mundo. Y, como en muchos otros lugares, a la sanitaria se sumó la económica y la social y, con ellas, los ciudadanos se confinaron pero también se echaron a las calles para manifestar sus opiniones y demostrar que esta ciudad tiene mucho que decir y no está dispuesta a callarse. Gijón también demostró su lado solidario. Los aplausos a las ocho de la tarde se convirtieron un gesto imprescindible. El agradecimiento a la encomiable labor de los sanitarios se reflejó día a día desde las ventanas durante la primera ola y, con los servicios asistenciales desbordados, también fueron muchos los que echaron una mano en el Albergue Covadonga y la Cocina Económica, entre otros lugares. Las propias asociaciones vecinales, privadas de actividades, contribuyeron a ayudar a quienes más lo necesitaron.

Los gijoneses dejaron claro que podían unirse para los aplausos y hasta para inventarse el 'vermutín', ese que juntó a una ciudad entera brindando cada fin de semana desde sus ventanas y balcones a pesar de los pesares, pero también para las protestas. Las más sonadas, las de comerciantes y hosteleros, especialmente las de estos últimos. El gremio salió a la calle, en concentraciones multitudinarias en las que se clamó por ayudas y apoyo a uno de los sectores más machacados por la pandemia.

El Muro también fue testigo de numerosas protestas. En la imagen, hosteleros Juan Carlos Tuero

Los cálculos son devastadores: el 20% de los establecimientos comerciales han echado ya el cierre; porcentaje similar barajan los profesionales de la hostelería que han visto cómo locales emblemáticos no han podido aguantar la presión. Calles vacías, silenciosas que dibujaron un rostro hasta entonces desconocido y al que, día a día, la regidora municipal, Ana González, se asomó para contactar con la ciudadanía a través de vídeos directos y personales.

No solo la crisis provocó movilizaciones, también la reorganización del Muro, por ejemplo, poniendo en evidencia que no hay cambio en esta ciudad sin críticas. Con detractores y también con defensores y el impulso firme del Ayuntamiento de hacer una ciudad más volcada en los peatones, también fue la covid la que marcó un nuevo paseo, bautizado ya como el 'cascayu', que nació provisional pero con la vocación de dejar de ser territorio para los vehículos.

Los cambios llegaron en un verano igualmente extraño y distinto a todos los que se recuerdan. La Semana Grande se celebró sin grandes conciertos y, por primera vez, sin fuegos artificiales, igual que esta Navidad no tiene cabalgata de los Reyes Magos. Por el camino también se quedó la histórica Feria de Muestras mientras festivales ya enraizados en la ciudad como la Semana Negra o Metrópoli tuvieron que reinventarse para sobrevivir. Lo mismo que hizo la Feria del Libro y el Festival Poex. Porque la ciudad dejó claro que aquí «la cultura es un bien esencial» y, en 2020 y pese a todo, se celebró el aniversario de dos hitos, dos esculturas emblemáticas: los 30 años del 'Elogio del horizonte', de Chillida, y el medio siglo de 'La madre del emigrante', de Muriedas. Para ambos acontecimientos se organizaron actos, restringidos pero emotivos, en los que estuvieron presentes familiares de los artistas que dieron vida a ambas esculturas.

También el virus afectó a la ampliación del hospital de Cabueñes, que debería estar ya en obras y aún no tiene fecha de inicio. La obra, de hecho, ni siquiera ha salido a licitación. El compromiso de la Consejería de Salud es ahora que los trabajos comiencen en 2021, precisamente el año en el que, de haberse cumplido esos plazos iniciales, deberían estar concluidas las primeras piezas del nuevo Cabueñes.

Personal del Hospital de Cabueñes agradece la solidaridad. Paloma Ucha

Con covid o sin ella, si hay un tema por resolver que parecía no tener fin es el plan de vías. Y este año para que sí lo tenga se han fijado lugar y fecha de inicio de las obras: la estación intermodal estará en Moreda y la piqueta empezará a trabajar en 2022.

Y otro asunto que llegó a buen puerto fue el edificio de Tabacalera que, al fin, tras 15 años tiene un plan de usos. La antigua fábrica de Cimavilla será un referente cultural que abrirá en 2023 y acogerá la pinacoteca de la ciudad y espacios para cine y conciertos. También el Ayuntamiento decidió que la Casa Paquet se convertirá en oficina turística y sede administrativa. Se acabó de deshojar la margarita y se renuncia, definitivamente, a su sede como albergue de peregrinos.

Por el camino Gijón también perdió a algunos de sus hijos más queridos. Fue el caso de Luis Sepúlveda. El escritor chileno resultó ser, además, el primer paciente de coronavirus en Asturias. La ciudad quiso devolverle tanto como él le había dado y le nombró Hijo Adoptivo de Gijón, a título póstumo. Este terrible 2020 también se llevó a la concejala Yolanda Huergo; a empresarios como el recordado José Antonio Hevia Corte; al querido hostelero Florentino Gordillo, Floro, despedido con una larguísima cadena humana; a Senén Guillermo Molleda Valdés, que hasta el final colaboró con sus 'pausas' en este periódico; a Cuca Alonso, que comenzó en el periodismo en las páginas de EL COMERCIO; Ricardo Moreno, Gerardo Bustillo, Nery González Vallina... El deporte se quedó sin Manolo Llanos, Tino Grana, Amador Yenes, Rogelio Llana,... Un año extraño en el que no faltó la crónica más negra, con el asesinato a manos de su expareja de Lorena Dacuña. Ni el ramo de laurel se pudo colgar en San Lorenzo, porque este verano allí perdió la vida el joven Yencer de los Santos, ahogado al intentar salvar a su novia. Un año, 2020, para olvidar en el que solo se puede sacar en limpio la solidaridad y la unidad de una ciudad que ha demostrado que, cuando es necesario, sabe remar en la misma dirección.

  1. El 'cascayu' inicia la nueva movilidad

El nuevo Muro sienta las bases de un modelo de ciudad para los peatones. Juan Carlos Tuero

Movilidad táctica. Fue la expresión más repetida para describir las acciones impulsadas a lo largo de 2020 desde el Ayuntamiento para ganar espacio para peatones y ciclistas en detrimento de los coches. Una batería de medidas, en su mayor parte justificadas como fórmulas de urgencia para contribuir a una menor expansión del coronavirus, que han reconfigurado espacios y alterado rutinas pero que también han despertado descontentos, con protestas y recogidas de firmas pidiendo dar marcha atrás.

El 30 de abril, cuando la etapa más severa del confinamiento llegaba a su fin y se empezaba a permitir la salida a la calle en diferentes tramos horarios, unas vallas de plástico colocadas aproximadamente a la altura de la escalera 11 cortaron el tráfico de Rufo García Rendueles en sentido hacia el Náutico desde Menéndez Pelayo, liberando para los peatones un carril de la calzada con la intención de que quienes pasearan junto a la playa pudieran hacerlo con más espacio disponible para garantizar la distancia de seguridad interpersonal. Apenas una semana después, las vallas se desplazaron hasta la glorieta de la avenida de Castilla, anulando por completo la circulación este-oeste junto al Muro.

El cambio de la estación a Moreda invalida el convenio del plan de vías

El nuevo convenio para la integración ferroviaria suscrito entre el Ayuntamiento, el Principado y el Ministerio de Fomento en mayo de 2019 —fue publicado en el BOE una semana antes de las elecciones municipales y autonómicas— quedó en menos de un año en papel mojado tras el anuncio por parte de la alcaldesa, Ana González, de que promoverá la firma de un nuevo acuerdo que recoja como principal novedad la ubicación de la futura estación intermodal en el entorno de Moreda, renunciando así a construirla junto al Museo del Ferrocarril.

Tras dos años de redacción, en mayo el ministerio presentó el estudio informativo de la estación intermodal, en el que se analizaban las dos posibles ubicaciones, detallando los pros y contras de cada una. Y aunque los responsables del documento señalaban que las diferencias entre ambas eran «poco significativas», la regidora defendió desde el momento de su publicación la opción de Moreda, argumentando que su ejecución estaría rodeada de menos incertidumbres y asegurando que además permitiría un inicio más rápido de las obras. Ya a finales de año puso sobre la mesa un cronograma que fijaba para 2021 la redacción del proyecto constructivo —sobre la base del ya realizado hace años para ese mismo emplazamiento, pero revisándolo para abaratar sus costes dado el actual contexto de crisis— y para 2022 el inicio de las obras.

Distancias al margen, el cambio de ubicación también conlleva un cambio de modelo para la estación. La propuesta junto a Museo del Ferrocarril contemplaba un soterramiento total de los andenes, con los de ancho métrico (Feve) y larga distancia a ocho metros de profundidad y los de cercanías a 21, además de un aparcamiento subterráneo y las dársenas de autobuses también bajo tierra. En superficie solo estaría el edificio de acceso para los viajeros. En Moreda, por el contrario, autobuses y trenes de ancho métrico y larga distancia llegarían en superficie y los de cercanías a una profundidad de 15 metros, para a continuación, una vez superada la estación, seguir descendiendo hasta alcanzar la cota del túnel del metrotrén.

Ambas soluciones contemplan como actuaciones complementarias el cubrimiento de vías hasta la calle Bertolt Becht, en La Calzada, el desdoblamiento de la calle Juan Carlos Iy la demolición del viaducto de Carlos Marx. Es precisamente a la altura de esta última estructura donde se situaría el edificio de acceso para viajeros, mientras que los andenes en superficie quedarían entre la actual estación de Sanz Crespo y el Palacio de Justicia y la Comisaría de Policía.

La decisión sobre la estación intermodal también ha condicionado el ritmo de otras actuaciones para la integración ferroviaria, más en concreto el de la redacción del proyecto para la estación de la plaza de Europa. Una consultora puso sobre la mesa tres posibles alternativas, señalando que la elección definitiva dependería en parte del emplazamiento de la intermodal a fin de que existiera una distancia conveniente entre ambas. Decidida Moreda, la primera de las estaciones del túnel se situará a la altura de Puerta La Villa, con unos andenes de 120 metros de longitud que ocuparán el subsuelo de la avenida de la Costa desde los antiguos juzgados de Prendes Pando hasta la calle La Suerte y un único acceso desde la superficie ubicado en la plaza de Europa, frente a la calle Fundición, a la altura del estanque. La hoja de ruta del Ayuntamiento fija para 2022 el inicio de las obras en las tres estaciones del túnel.

2020 también fue el año de cinclusión de la primera fase de obras de la antigua fábrica de tabacos, las de consolidación del edificio, que habían arrancado en 2016. Además se presentó el plan de usos para el edificio, cuya reforma interior se espera iniciar en 2021 con una inversión prevista de 20 millones de euros y un plazo de ejecución de dos años y medio. El futuro Tabacalera Espacio de Cultura Contemporánea (TECC) albergará en su sótano los fondos de la pinacoteca municipal, con unos almacenes visitables;tendrá un espacio expositivo dedicado a la historia de la ciudad, un espacio escénico en la antigua iglesia, una residencia de creación, una zona joven dedicada al ocio, espacios para ensayos y una zona polivalente. En los dos edificios de nueva planta que se levantarán junto al inmueble histórico irán una sala de proyecciones, locales de ensayo para músicos, estudios de grabación, una cafetería y las oficinas del Festival Internacional de Cine (FICX) y de Feten.

Para acabar con los conflictos que suponía la presencia de un carril bici en medio de dos zonas peatonales —la tradicional y la nueva sobre la calzada—, en junio el Ayuntamiento anunció que ejecutaría obras en la avenida para trasladar la vía ciclista al otro lado de la mediana, suprimiendo otro carril de coches, en esta ocasión del sentido oeste-este, y dejar toda la calzada anexa al paseo para disfrute de los peatones. La obra, sin embargo, no dio comienzo hasta finales de julio, coincidiendo con la temporada de más afluencia en la playa, lo que hizo que arreciaran las críticas. Aunque la actuación se planteó como provisional, se remató con el pintado de un mosaico de colores, que no tardó en ser bautizado por los gijoneses como el 'cascayu' y la instalación de mobiliario.

Las restricciones al tráfico en el Muro y su impacto sobre otras calles del centro hizo surgir movimientos de protesta e inclusó se forzó la creación de un grupo de trabajo, constituido ya a finales de año, que defina si es conveniente mantener estas medidas con carácter permanente o incluso acometer una reforma más profunda de toda la fachada marítima. Se sumaría a la anunciada para la de Poniente, desde la punta Lequerica hasta Naval Gijón, para la que en diciembre se convocó un concurso de ideas arquitectónicas. Esta zona, no obstante, también fue objeto de cambios ligados a la «movilidad táctica» con el cierre al tráfico de Claudio Alvargonzález, medida que tampoco estuvo exenta de críticas, especialmente durante el tiempo que la salida de vehículos desde Cimavilla por el Tránsito de las Ballenas estuvo limitado a un determinado horario.

Ciclocarriles

En mayo también comenzó el pintado de ciclocarriles, tramos de calzada limitados a 30 kilómetros por hora para fomentar su uso por parte de los ciclistas, en espacios compartidos con los coches. En total se diseñaron 15 kilómetros, que incluían los principales ejes viarios que carecían de carriles bici, para de este modo completar la malla ciclista. En la red de carriles bici, se construyó uno nuevo en los Jardines de la Reina —para salvar la presencia de una terraza de hostelería fija— y se inició la obra de uno nuevo por la calzada en Mariano Pola, a costa de la supresión de plazas de aparcamiento.

También se perdieron plazas de aparcamiento en el entorno de los colegios, para generar mediante la instalación de bolardos espacios más amplios que evitaran aglomeraciones a la entrada y salida de los centros. Otras calles que fueron objeto de intervención fueron Ruiz Gómez y Caridad, donde también se pintó un 'cascayu' para convertirlas en semipeatonales, y Covadonga, cuyo tráfico quedó reducido a los taxis.

Además se adjudicaron las obras para la peatonalización de la avenida de El Molinón y se elaboró un estudio para reordenar la movilidad en torno al estadio que plantea entre otras medidas cerrar también los viales adyacentes al campo, poner doble sentido en Doctor Fleming, abrir un nuevo vial en paralelo al extremo oeste del recinto ferial Luis Adaro y convertir José García Bernardo en una vía de sentido único hacia El Rinconín.

Proyecto para peatonalizar la avenida de El Molinón.

También se encargó un estudio para generalizar en Cimavilla las calles con calzada y acera a la misma cota y centralizar el grueso del tráfico en su anillo perimetral.

2020 también fue el año de aprobación inicial de la ordenanza que generalizará las calles limitadas a 30 kilómetros por hora y restringirá el acceso al casco urbano en función del nivel de emisiones de cada vehículo.

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