Antonio Trevín: «Estoy tranquilo, estoy en las mejores manos: las de los oncólogos del HUCA»

«Y caerés dexaos, desde vosotros mesmos, / amanciaos pola vida, frutos d'esperanza, / ente lo verde, el práu, la tierra escura / y otra vez esbillaos, a puxar pola vida». Son unos versos del poeta Felipe Prieto que ayer reprodujo, con una foto del faro de Llanes, en su perfil de Facebook el ex presidente del Principado, ex delegado del Gobierno en Asturias, ex diputado nacional, ex alcalde de Llanes y actual portavoz municipal de este partido, Antonio Trevín. Es su última entrada en esta popular red social. Unas horas antes, había escrito, de puño y letra, un texto. El que a buen seguro nunca quiso escribir. Fue un mensaje para anunciar que padecía cáncer. «Me tocó», anunciaba a sus amigos y seguidores.

Antonio Trevín Lombán (Avilés, 1956) ha querido de esta forma hacer público que sufre esta enfermedad. Y lo hizo con una carta cuyo título ya era suficientemente explicativo de lo que luego relataría: «Tengo cáncer». La nota comenzaba recordando una conferencia del científico Carlos López Otín a la que había asistido. El investigador había iniciado su exposición pidiendo a los asistentes que miraran a la persona que estaba sentada a su derecha y luego a la de su izquierda. «Uno de los dos, o usted, acabará teniendo cáncer a lo largo de su vida». Fue aquella una frase que le quedó grabada al expresidente asturiano y que recordaba ayer para anunciar que él era uno de ellos. «Espero que mis dos vecinos de butaca de aquella conferencia se libraran, porque a mí sí me tocó», escribió.

Trevín explica en su carta que el cáncer que padece es de páncreas, «que no es el más liviano, precisamente». Una enfermedad que «me obligará a relajar mi actividad política, a tomarme la vida con más calma, a cultivar las amistades que realmente aprecio y a agradecer a mi familia todos los desvelos que a ellos también les traerá la enfermedad».

Poco después de haber escrito su mensaje en la citada red social, el expresidente del Principado atendió a EL COMERCIO. «Estoy bien, muy animado», dijo. «Estoy muy tranquilo porque estoy en las mejores manos posibles: las del equipo de oncología del HUCA», añadió Antonio Trevín. En este punto quiso agradecer la atención que está recibiendo de la doctora Paula Jiménez Fonseca, que es la que está tratando su caso.

En su conversación con EL COMERCIO Trevín explicó que el cáncer que padece le fue diagnosticado en octubre pasado. Requiere de tratamiento de quimioterapia –ya se ha sometido a varias sesiones– y radioterapia.

Familiares directos y amigos muy íntimos ya conocían de la enfermedad de Antonio Trevín. También miembros de su partido, el PSOE, que tuvieron conocimiento de ello en el pasado congreso federal del partido celebrado el último fin de semana de noviembre en Sevilla. En ese cónclave estaba prevista la participación del expresidente del Principado, que había impulsado una enmienda sobre financiación autonómica para ser debatida en la cita, y en ese momento ya anunció a miembros de la delegación de la FSA los motivos de su ausencia. Por este motivo tampoco fue incluido en las listas de la agrupación socialista de Llanes. «Me toca relajar mi actividad y tomarme la vida con más calma», afirmaba en su conversación con EL COMERCIO.

En su carta en Facebook, Trevín también aprovechó para agradecer a su esposa, Luisa, su apoyo en estos momentos. «Cuando el pasado mes de octubre nos comunicaron el diagnóstico ella quedó más impactada que yo en un primer momento. Poco después ya había cogido las riendas del problema, convirtiéndose en una enfermera tan diligente como servicial y atenta. Este cáncer se convirtió ya en asunto de los dos. Y ella, en el mejor apoyo que pudiera desear». Y con ella, con Luisa, «vamos a gestionar juntos este trance».

López Otín inició una conferencia, a la que asistí, con la siguiente indicación a los presentes: «Mire primero a quien tiene a su derecha y después, a quien tiene a su izquierda. Uno de los dos, o usted, acabará teniendo cáncer». En realidad el brillante investigador, y admirable divulgador, nos estaba indicando que una de cada tres personas acabaría teniendo cáncer a lo largo de su vida. Espero que mis dos vecinos de butaca de aquella conferencia se libraran, porque a mí sí me tocó.

Y, además, en el páncreas, que es no es el más liviano, precisamente. Este hecho me obligará a relajar mi actividad política, a tomarme la vida con más calma, a cultivar las amistades que realmente aprecio y a agradecer a mi familia todos los desvelos que a ellos también les traerá la enfermedad.

Sobre todo, a Luisa, mi mujer y compañera devota. Cuando el pasado mes de octubre nos comunicaron el diagnóstico ella quedó más impactada que yo en un primer momento. Poco después ya había cogido las riendas del problema, convirtiéndose en una enfermera tan diligente como servicial y atenta. Este cáncer se convirtió ya en asunto de los dos. Y ella, en el mejor apoyo que pudiera desear. Así que allá vamos a gestionar juntos este trance.

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