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Sábado, 6 de mayo 2023
El que constituye uno de los espacios públicos con más solera de la villa, en su mayor parte conformado durante el siglo XVI con la construcción del palacio homónimo y el nuevo paredón sobre la playa, parece que alcanzó su organización definitiva en los primeros años de la década de 1880. Enmarcado por la Casa de los Valdés, la iglesia de San Pedro, el Ayuntamiento y la playa de San Lorenzo por los cuatro puntos cardinales fue y es patio de recreo de los niños y niñas del colegio Santo Ángel y del que fuera su ilustre vecino, don Gaspar Melchor de Jovellanos. Desde 1970 custodia la bahía desde este lugar la estatua de bronce de Octavio Augusto y bajo sus pies, las termas romanas.
Plaza Mayor y casa consistorial. Culminado el proceso de remodelación de este espacio en la década de 1860, la plaza resultante parece que pronto fue amueblada con bancos y farolas (la pieza más singular fue la farola incorporada que se instaló en su parte central a raíz de la entrada en servicio de la traída de aguas de Llantones), mientras que el arbolado estuvo presente en su contorno hasta los años finales del siglo XX. Plaza de la República, de la Constitución, de la Villa o Tránsito de la Pescadería fueron algunos de sus otros nombres. La casa consistorial fue inaugurada en 1865, aunque los trabajos de construcción no finalizaron hasta 1871. Este rincón de la ciudad fue y seguirá siendo testigo de festejos y celebraciones de los gijoneses y el balcón del Ayuntamiento, de acontecimientos históricos. El 'oscarizado' Hotel Asturias da lustre a la plaza.
Plaza del Marqués y Colegiata de San Juan Bautista. La antigua plaza de la Barquera debe su nombre actual al marqués de San Esteban del Mar de Natahoyo, cuya casa se conoce hoy como Palacio de Revillagigedo. La estatua de Pelayo es obra de José María López Rodríguez y fue erigida, a la vez que la de Jovellanos en la plaza del Seis de Agosto, en 1891. La fuente a sus pies es la misma que estaba cerca de la capilla de San Lorenzo junto a las 'tiendas del aire'. La capilla contigua al palacio de Revillagigedo se concluyó en 1736 y está dedicada a San Juan Bautista. De estilo barroco, sigue la misma ornamentación y diseño que el resto del palacio. La financiación corrió a cargo del prior de la catedral de Oviedo Luis Ramírez de Valdés, tío del marqués. En la obra colaboró, además de Menéndez Camina, el arquitecto gijonés Pedro Muñiz Somonte, que realizó las cubiertas y la torre. Bullicioso y ventolero. frontera del barrio alto de Cimavilla.
Mercado del Sur. Fue inaugurado en 1899 y estaba destinado «exclusivamente a la venta de carnes de todas clases, pescado, legumbres y hortalizas, leche, manteca de vaca, huevos, frutas y queso y pan, cereales y similares de estos artículos, pero en modo alguno a bebidas espirituosas, aunque sí de refrescos y puestos de agua». El diseño del edificio corrió a cargo del arquitecto municipal Mariano Medarde y el ingeniero Buenaventura Junquera. De planta pentagonal irregular tiene estructura metálica (realizada en la Fábrica de Mieres) a base de columnas de hierro fundido. La organización interior es la clásica en este tipo de edificios, con cuatro entradas. En 1984 se restauró la fachada y a finales de los noventa el edificio se renovó íntegramente y reabrió en 2001.
Calle de Covadonga. Comunica las plaza de Europa y San Miguel y su nombre data de 1891 en homenaje, se supone, a la cuna de la Reconquista. Perseguida fue su nombre anterior y varias teorías explican el origen de la persecución: a una monja de clausura huida o a una pareja de novios por una turba infantil, a saber. Desde la esquina del Café Dindurra vemos los Campinos de Begoña y la iglesia de San Lorenzo. El templo sufrió importantes daños durante la Guerra Civil, por lo que tuvo que ser reconstruido. Las obras siguieron con fidelidad la traza y el sistema constructivo original y se utilizaron los mismos materiales, pero se suprimieron las agujas que rematan las torres de la iglesia.
Es una de las calles más antiguas de la ciudad. No siempre se llamó con este nombre porque el Ayuntamiento acordó el 2 de octubre de 1903 rebautizarla como calle José Tartiere, una decisión que fue revocada el 11 de febrero de 1937 para volver a su nombre originario. Comunica la plaza de Porlier con la La Escandalera y Uría y en ella se encuentra la entrada principal al Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo así como la mítica confitería.
Ubicado en la plaza de Porlier, es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Catalogado como Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural, fue mandado construir por el marqués de Camposagrado y las obras empezaron en 1719. De aquella se hicieron los cimientos y las fachadas y la construcción la retomó el arquitecto Pedro Antonio Menéndez de Ambás para su inauguración en 1772. Durante la revolución de 1934 sufrió un incendio.
Esta calle, el principal eje comercial de la capital asturiana, une Fruela con la Estación del Norte. Fue proyectada por el diputado e ingeniero Salustio González Regueral en 1868 y para su construcción fue necesario derribar el célebre Carbayón de Oviedo. A lo largo de sus novecientos metros se pueden contemplar edificios emblemáticos, como la Casa Blanca, la Casa del Cuitu o el antiguo cine Aramo.
Situada en uno de los extremos del Paseo del Bombé, 'La Fuentona' del Campo San Francisco se inauguró el día de San Mateo de 1875 en tiempos de José Longoria Carbajal como alcalde de la ciudad, hace 148 años. Su estructura es un homenaje a los cuatro manantiales del Naranco –Fitoria, Ules, Boó y Lillo–, cuyos nombres lleva esculpidos. Inicialmente llevaba una acera perimetral que fue suprimida para restringir el acceso a los vasos laterales y en la actualidad su entorno está compuesto de un talud ajardinado.
El antiguo y desaparecido convento de San Francisco fue demolido hace ahora 121 años, en 1902. En su lugar se erigió ocho años después el palacio que alberga hoy en día la Junta General del Principado, inaugurado entonces como sede de la Diputación Provincial de Oviedo. Ubicada en una de las esquinas que dibuja el entronque de las calles Uría, Marqués de Santa Cruz, desde 1942 tiene enfrente el edificio del 'Termómetro'.
Si hay una calle icónica y singular en Avilés esa es la calle Galiana, cuyos soportales parten de la plaza de Domingo Álvarez Acebal y desembocan en El Carbayedo. Construida en el siglo XVII, coincidiendo con la expansión de la ciudad fuera del conjunto amurallado, tiene una gran zona totalmente cubierta de 252 metros exactamente. Muchos de los edificios levantados entonces siguen hoy existiendo sin muchas alteraciones. Su actual popularidad se entiende por ser la calle que acoge el famoso Descenso de Galiana, la fiesta más popular de las que se celebran durante el Antroxu avilesino, que llena de espuma toda la vía. La fiesta está declarada de Interés Turístico Regional y su origen está en 1987.
Hoy en día la plaza de España y el ayuntamiento se consideran el kilómetro cero de Avilés y uno de los lugares más visitados de la villa. El edificio que alberga la Casa Consistorial fue construido en el siglo XVII por el arquitecto Juan de Estrada, que se inspira en el recién construido ayuntamiento de Oviedo. En su tiempo, los soportales se alquilaban a los avilesinos para que desarrollasen sus actividades comerciales, una especie de mercado antes de que este se trasladara a la plaza Hermanos Orbón. En la Casa Consistorial hay a día de hoy dos relojes, el de la torre que fue construido en el siglo XIX y un pequeño reloj de sol que hay en la esquina derecha del edificio desde 1677. Cabe recordar que el ayuntamiento sufrió serios desperfectos por bombardeos en la Guerra Civil de 1936 y tuvo que ser reconstruido posteriormente.
La plaza de España de Avilés ha sido el centro neurálgico de la villa durante siglos, pero realmente su origen está en el siglo XVII, durante el proceso de expansión de la ciudad fuera de la muralla medieval. En su día estuvo rodeada por las calles más simbólicas de la ciudad en las que desarrollaban sus labores los diferentes gremios que a día de hoy aún les dan nombre, como La Ferrería o La Fruta. Los avilesinos conocen esta plaza como El Parche y ese nombre también tiene historia. Fue el 6 de octubre de 1893, siendo alcalde José Cueto, cuando el Pleno municipal aprobó ensanchar el enlosado que había frente a la Casa Consistorial para facilitar los paseos en invierno. Una vez terminada la obra, la solución pareció no gustarle a nadie y enseguida los avilesinos comenzaron a calificar aquella obra como un 'parche' al final de la calle de La Cámara.
En los últimos tiempos el parque de El Muelle ha sufrido grandes cambios y su entorno se ha transformado significativamente, sin embargo el kiosko de música que se erige en mitad del paseo central sigue siendo una reminiscencia del Avilés más clásico. El kiosco fue construido en 1894, cuando el parque estaba recién planteado. Su edificación costó 12.900 pesetas de la época y fue inaugurado en noviembre de 1894. Está construido en fundición y destacan sus curiosas cúpulas de la cubierta. En la actualidad se utiliza esporádicamente para algunos conciertos y festivales.
La iglesia más famosa de la villa, bautizada por muchos como la pequeña catedral de Avilés, se erige en el lugar donde se encontraba el convento de La Merced, construido entre 1672 y 1723 y derribado con la Desamortización de Mendizábal en 1895. La iglesia que hoy conocemos se construyó en 1903 y el edificio fue proyectado por el arquitecto Luis Bellido. Como curiosidad, el templo posee desde el año 2010 un órgano sinfónico obra del constructor Federico Acitores, el segundo más grande de Asturias, tras el de la Basílica de Covadonga. En 2019 se llevó a cabo una limpieza integral de la fachada y se consolidó la estructura del edificio, deteriorada con el paso de los siglos.
Como sacado de una postal, Cudillero es uno de los pueblos más bonitos de España. Sus casas, su ambiente marinero y sus recovecos lo han convertido en un referente turístico en Asturias. Además de contar con un relevante puerto pesquero.
En la parroquia de Covadonga, sin salir del concejo de Cangas de Onís, nos topamos con el centro de peregrinación mariana más importante del país: el Santuario de Covadonga. Enclavado entre bosques y montañas, este templo religioso destaca por su imponente basílica y por la sorprendente capilla que se adentra en la pared rocosa.
Sobre el río Sella, dividiendo los concejos de Cangas de Onís y Parres, se erige el Puente Romano, que también es conocido como el puentón y fue construido en la Edad Media. Es uno de los puntos más turísticos de la ciudad, además de un emblema y forma parte del escudo cangués. El puente, que originalmente contaba con siete arcos, tuvo que ser restaurado en sucesivas ocasiones y a lo largo de todos los siglos de su existencia.
Salpicado por el Cantábrico, este pueblo portuario de Asturias desvela su historia marinera, gastronomía de producto y paisaje diverso. Un vínculo que ha marcado la idiosincrasia de este puerto de origen medieval, desde su economía a su paisaje y biodiversidad pasando por una gastronomía que rinde culto a los tesoros escondidos entre la ola y el arrecife.
La ciudad tecnológica de Valnalón, en el concejo de Langreo, es buen ejemplo de la tradición minera, así como un símbolo de la recuperación. En torno a mil personas trabajan en este espacio, que se encuentra sobre los terrenos que ocupó la Siderurgia de La Felguera, y alberga el Museo de la Siderurgia (MUSI), el centro de empresas o el semillero de proyectos, entre otros.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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