El Alvia tardará siete minutos más y su reajuste horario bloquea los billetes de enero

El problema está en las zonas de transición entre sistemas de regulación de tráfico. En estos momentos el Alvia Gijón-Madrid circula bajo régimen ERTMS de Chamartín a Valladolid, y en Asfa de ahí a Sanz Crespo. El primero es el método de control propio de las líneas de alta velocidad, el más moderno, un ingenio que supervisa en todo momento la velocidad del convoy y que lo detiene automáticamente si detecta que el maquinista se ha desviado de lo que estaba previsto en ese tramo. Esa garantía impone una conducción más automática, en la que el maquinista no necesita ver las señales en los márgenes de la vía y solo atiende las indicaciones de la consola de su cuadro de mandos. En Asfa en cambio el sistema no es capaz de tomar el control con tanta facilidad y el conductor debe atender a los semáforos, motivo por el que se le prohibe ir a más de 200 kilómetros por hora.

Una nueva norma de seguridad que está previsto que entre en vigor el 1 de enero modifica la operación que debe realizar el tren al pasar de un tramo en ERTMS a otro de Asfa. En síntesis, alarga el procedimiento y fuerza una reducción de la velocidad en la zona de transición. Los ferroviarios consultados indican que eso ampliará el viaje Asturias-Madrid en unos siete minutos, lo que obliga a reajustar la cartelera horaria de Renfe para encajar la llegada del tren de larga distancia entre los cercanías. Las complicaciones de la operación están demorando afinar la programación y poner a la venta los billetes de enero.