La Alianza de las Infraestructuras tiene el 54% de sus metas sin cumplir

Cierto es que la covid estalló y alteró los patrones de movilidad, pero también lo es que la UE y el Gobierno central siguen avanzando en los últimos meses planes que determinarán hacia dónde dirigirán las inversiones. Tal y como desveló ELCOMERCIO, en diciembre la ComisiónEuropea hizo público que España renunciaba a modernizar a convertir el tramo Lena-Gijón a la alta velocidad antes de 2030.

El Ministerio de Transportes por su parte anuncia la apertura de la variante en mayo pero persiste en que eso acarreará el cierre de la rampa Pajares. Su plan para impulsar el tráfico ferroviario de mercancías concentrará esta década la inversión en nodos logísticos «estratégicos» y corredores que serán adaptados para operar como autopistas ferroviarias. Asturias se ha quedado fuera de ambos programas.

A falta de un documento autonómico que aclare si esas eran las prioridades o la urgencia pasa por seguir ampliando la 'Y', si conviene más reordenar los horarios de Feve o duplicar sus vías, la Alianza de las Infraestructuras es la que políticamente cubre de alguna forma esa función.El foro se creó en la pasada legislatura, en 2017, convocado por el Principado para «identificar aquellas infraestructuras del Estado que están sin ejecutar y sobre las que existe alto grado de consenso sobre su necesidad estratégica para Asturias». Así lo recoge el documento que constituyó una plataforma abierta a la suma de partidos políticos, sindicatos, patronales y colectivos sociales.

Desde su fundación la Alianza suma siete reuniones, a la espera de la que tendrá este viernes. ¿Cuál es su resultado? Un repaso al documento con el que nació este frente arroja que el mismo identificaba 26 objetivos, de ellos se han cumplido 7 (el 27%), hay 14 no materializados (el 54%) y otros cinco con un logro parcial, abierto al debate o imposible de medir (19%).

Gobiernos de distinto color

Por partes. El documento original se firmó en marzo de 2017, impulsado por un Gobierno del Principado que lideraba Javier Fernández y con vocación de ser utilizado para presionar al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Establecía tres grados de prioridad.

El primero recogía las actuaciones «urgentes y de prioritaria ejecución», para las que se demandaba al ministerio un calendario de compromisos antes de tres meses y reflejo presupuestario. Quince eran los objetivos que entraban en esta categoría, y de ellas tres se puede decir que tuvieron éxito. Se pedía la elaboración de un Plan de Cercanías en 2018 y el mismo fue presentado a finales del 2017. Se pedía que el Gobierno central asumiera la financiación de la superestructura del soterramiento de Langreo y, con retraso, aceptó ese esfuerzo. Se reclamó abrir el tramo Doriga-Cornellana en 2017 y el acto oficial tuvo lugar en diciembre.

Hay, por contra, ocho objetivos incumplidos. La idea de abrir un túnel de la variante de Pajares en ese mismo 2017 fue descartada y en su lugar ahora se espera el estreno de los dos simultáneo el curso que viene. La licitación de León-La Robla se reclamó para 2017; el primer concurso no vio la luz hasta 2018 y parte de los trabajos ni siquiera entraron en aquel contrato, pues siguen aún pendientes de encargo. La redacción del proyecto para una 'Y' ferroviaria no tuvo mejor suerte: en su lugar se volvió a pedir la redacción de un estudio informativo. Por la licitación del vial de Jove y la restitución de la autopista del mar aún se aguarda, por más que se pidió para 2017. La finalización de Cornellana-Salas se solicitaba en 2019, la segunda calzada de Salas-La Espina en 2020; en ambos frentes aún se sigue trabajando.

En su segundo nivel situaba siete solicitudes con menos prioridad. De ellas el ministerio cumplió lanzando la ampliación de la 'Y' entre Oviedo y Lugones y encargando el proyecto que enlace esa autovía y la AS-II en Robledo. No ocurre lo mismo con el ramal ferroviario al aeropuerto, el túnel del Fitu, la tramitación del tramo Lena-Oviedo-Gijón/Avilés, la planificación del eje Ferrol-Bilbao o La Espina-Toreno.

El tercer escalón lo conforman acciones singulares en las que el Gobierno central debía implicarse. Ahí se puede dar por cumplido el objetivo de que participe en la ZALIA, cosa que hará poniendo dinero a través de la empresa Sepides. También hubo apoyo técnico para ampliar las conexiones del aeropuerto. El Consorcio de Transportes de Asturias sin embargo sigue sin recibir las aportaciones que el Gobierno central sí lleva años haciendo en los consorcios de Madrid y Barcelona. La integración de Palencia-Gijón en el Corredor Atlántico se logró, pero no la extensión pretendida entre Gijón y Nantes.

En esta legislatura el Principado ofreció un borrador que actualizara esa hoja de ruta. El texto incorpora bonificaciones en el Huerna y una reforma de los horarios de cercanías. El resto de socios debían hacer aportaciones para confeccionar un documento definitivo que sigue sin aprobar.