La Alianza de las Infraestructuras cumple siete años con la mitad de los objetivos sin conseguir

Desde entonces el Gobierno regional ha tratado al menos en dos ocasiones de reeditar aquel pacto político y social con un nuevo documento que permita actualizar la hoja de ruta pero, en parte por coincidir la propuesta con las elecciones autonómicas, el borrador del ahora consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios, Alejandro Calvo, continúa en el cajón.

El próximo 22 de abril está convocada una nueva reunión de la Alianza de las Infraestructuras en la que el Principado volverá a plantear la necesidad de actualizar el acuerdo con las nuevas prioridades, tales como la rebaja del peaje del Huerna o la licitación del enlace de Robledo, tal y como propuso el consejero en el último encuentro. También se espera que se planteen como objetivos en materia de infraestructuras el decálogo de demandas que el pasado miércoles el presidente del Principado, Adrián Barbón, enumeró en la Junta como objetivos a cumplir por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para recuperar su credibilidad en Asturias.

Habló el presidente autonómico de una apuesta clara por la alta velocidad y por el corredor Atlántico; del cumplimiento del plan de cercanías, de la culminación de las integraciones ferroviarias, de la recuperación de la autopista del Mar, del nuevo sistema de bonificaciones en el Huerna, de la presentación de una solución para la zona oeste de Gijón, de mejorar las comunicaciones del surocccidente, de licitar el encale de Robledo, de integrar Renfe en el Consorcio de Transportes de Asturias y de apoyar el desarrollo de Asturias como polo logístico del Cantábrico.

No son, en absoluto, propuestas nuevas. Todo lo contrario. Se trata, en general, de viejas reivindicaciones. Muchas de ellas recogidas ya en el documento de 2017 sobre el que gira la Alianza de las Infraestructuras, denominado 'Infraestructuras de comunicación del Estado que Asturias necesita. Alianza social y política' y que no llegaron a ejecutarse. Y es que, pese a la apertura de los túneles de la variante de Pajares (uno de los principales hitos de aquel documento) nadie en Asturias da por cumplidas las demandas en materia de alta velocidad. Quedan pendientes obras como las correspondientes al tramo León-La Robla, o las demandadas para el tramo Pola de Lena-Gijón, ya recogidas en el viejo documento. Y tampoco se ha avanzado en relación a otras reivindicaciones, como el acceso ferroviario al aeropuerto. En cuanto a cercanías, aunque cumplida ya la petición de crear un ambicioso plan de choque, el ritmo de ejecución está en entredicho y el nivel de mantenimiento de las redes existentes, otro de los puntos establecidos en la Alianza, es cuestionable.

En materia de carreteras, sigue sin culminarse la autovía a La Espina y, aunque finalmente el vial de Jove fue licitado el año pasado, la paralización del proyecto sitúa a la zona oeste de Gijón en la casilla de salida. El mismo punto en el que está el túnel de Fitu, pese a que la Alianza pedía ya en 2017 que se incluyera en la planificación estatal en materia de infraestructuras.

En materia portuaria, nunca llegó a restituirse la autopista del Mar ni se ejecutaron los accesos por la margen izquierda al puerto de Avilés, pese a que ambos puntos también formaban parte del viejo documento. Y siguen también sin otorgarse fondos al Consorcio de Transportes de Asturias por parte del Estado, si bien el objetivo ahora es que Renfe se integre en el mismo.