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MARIO ÁLVAREZ
OVIEDO.
Viernes, 8 de julio 2022, 01:23
Un nuevo capítulo de la guerra interna que tiene Podemos y, en esta ocasión, con un protagonista inesperado: la Comisión de Garantías Democráticas que tras anunciar la dimisión de sus integrantes alerta de que «alguien aumentó el censo electoral en las primarias para cambiar el resultado». Así pues, según la que fuera presidenta de la misma, Olga Blanco, se constituyeron tres nuevos círculos fuera de plazo, que habrían modificado la voluntad de la militancia al escoger el Consejo Ciudadano y que, a tenor de cuando se crearon, no tendrían que haber votado. De esta situación, la Comisión observó los primeros indicios el pasado ocho de enero. Sin embargo,ni se emprendieron acciones legales, ni se compareció para informar a la ciudadanía. «Nosotros no teníamos capacidad para actuar de oficio», aseguró Olga Blanco. Esto implica que ellos no podían acudir a los tribunales por iniciativa propia, pero nadie les obligaba a permanecer en silencio durante seis meses ante una presunta adulteración electoral. «Todo esto hace un daño tremendo al partido y hemos intentado por todos los medios no visibilizar la fractura. Si hablamos ahora, es porque no nos ha quedado otro remedio», apuntó su compañero Nicolás González.
Al día siguiente de finalizar las primarias, llegaron las primeras denuncias de miembros del partido que no estaban conformes con cómo se había producido el resultado. Así pues, tal y como marcan los estatutos del partido, se constituyó la Comisión para resolver las reclamaciones. Pudo entonces cuando se produjo el momento más surrealista de esta disputa. La Comisión de Garantías creó su propio correo, pero, según explicaron, no pudieron trabajar con él durante más de un mes, «por un supuesto error informático». Al principio, pensaron que sería algo puntual, pero una vez que vieron que la resolución técnica se alargaba, propusieron a la nueva directiva del partido crearse otra cuenta. Esta les denegó esa opción e insistió en que pronto podrían entrar al correo. Nuevamente, el proceso de espera se dilató y fue entonces cuando la Comisión de Garantías amenazó a la cúpula con emprender acciones legales si no les permitía realizar su trabajo. A tenor de los hechos descritos por González y Blanco, la advertencia cumplió con su propósito y gracias a la intermediación de un miembro cuya identidad no desvelaron de Podemos a nivel estatal, consiguieron poder utilizar su nuevo correo. Sin embargo, «sufríamos un boicot sistemático y no se nos proporcionaba la información que demandábamos por lo que era imposible investigar lo acontecido», señaló Olga Blanco. Eso sí, al menos de forma explícita, evitan acusar a Sofía Castañón de lo ocurrido. Tampoco de estar detrás de las presuntas irregularidades que se produjeron durante el recuento de las primarias, que fueron denunciadas por los interventores, pero que, al menos por ahora, no se han podido probar.
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