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G. POMARADA / A. RODRÍGUEZ
panes.
Martes, 14 de julio 2020, 02:18
Un gesto de precaución de un grupo de montañeros permitió salvar este fin de semana a un octogenario que se adentró en solitario en la vía ferrata del Desfiladero de La Hermida. El hombre, un vecino de León de 82 años, puso rumbo ... en la mañana del sábado a la localidad cántabra, situada a apenas quince kilómetros del concejo asturiano de Peñamellera Baja. Su intención era cruzar la vía ferrata y así lo hizo a las nueve de la mañana sin compañía, a pesar de ser un itinerario de dificultad técnica media. Una vez en el recorrido, la fortuna quiso que se cruzase con un grupo de montañeros, que decidieron pedirle el número de teléfono. Su intención, indicaron desde la Guardia Civil, era «asegurarse de que no tuviera ningún percance». Sus peores presagios terminaron cumpliéndose, pues ya en la medianoche comprobaron que el coche del octogenario no se encontraba en el aparcamiento de La Hermida, donde había estacionado. Al constatar que no había regresado trataron de ponerse en contacto con él por vía telefónica, sin éxito, por lo que procedieron a dar aviso a los servicios de emergencias.
Se ponía en marcha en ese momento un complejo operativo que se prolongó hasta la mañana del domingo. En un primer momento, cuatro efectivos del Greim de la Guardia Civil de Potes se desplazaron al lugar de los hechos, donde decidieron dividirse en dos grupos. Uno de ellos tomó la vía ferrata desde su inicio, supervisando toda la línea, cavidades y cuevas; mientras que el segundo repitió la operación, pero desde el punto final. Fue ese segundo equipo el que, a las 2.30 horas, localizó al hombre. Se encontraba, indicaron desde el instituto armado, tendido en el suelo, unos metros por debajo del collado La Parcia, y «sin alimento, sin bebida y sin ropa de abrigo». Sí portaba un equipo adecuado para realizar la actividad, pero no así para «poder pasar una noche a la intemperie», precisaron.
Los agentes le ofrecieron bebida y comida, pero el octogenario presentaba unas «malas condiciones físicas» que impidieron evacuarle en mitad de la noche. Por ello decidieron habilitar un vivac. A las 4 horas, la situación se complicó al desencadenarse una «fuerte tormenta con aparato eléctrico», por lo que montaron un punto caliente con mantas térmicas «para evitar que la persona perdiera calor y no se mojara».
La intervención terminó al alba y aún con la lluvia arreciando. El helicóptero de la Guardia Civil con base en Oviedo pudo evacuarle hasta el mirador de La Hermida, donde estaban estacionados los vehículos del Greim. Desde allí, le acompañaron al Centro de Salud de Potes.
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