El alcoholismo cambia de perfil: mujer joven bebedora compulsiva en fin de semana

«Hay cambios evidentes. No solo en la juventud de los que empiezan a beber o, también, en la igualdad entre hombres y mujeres, que antes no se veía. Hay cambios en los modos de beber». Así lo explica uno de los portavoces de la entidad en Asturias. Explica que «el perfil tradicional hablaba de un hombre, en menor medida de una mujer, mayor de 40 años, con grave problema de adicción a una bebida en concreta. Sin embargo, ahora las cosas son muy diferentes».

Tanto como que «no solo es, como estamos viendo, que hay personas muy jóvenes y sin diferencia entre hombres y mujeres», sino por el tipo de adicción. «No beben una bebida en concreta. Se trata de consumo de alcohol masivo, de forma compulsiva y en a lo largo del fin de semana. Es otra forma de beber».

Para Alcohólicos Anónimos de Asturias la situación no mejora, sino que «siguen creciendo los casos» y, además, con complicaciones añadidas. «En el perfil anterior, la mayoría de los enfermos tenían problema con el trabajo o con la familia. Ahora, los jóvenes llegan tras graves problemas de seguridad vial».

Alcohólicos Anónimos de Asturias, como las del resto del país, celebra hoy el Día Mundial de Alcohólicos Anónimos, un momento de encuentro marcado por la pandemia.

«No habrá ningún acto oficial, ya que nos obligan a aforos de menos de 50 personas y eso lo complica todo mucho». Por eso, ni habrá la cita que la entidad, a nivel nacional, tenía previsto celebrar en Cuenca, ni tampoco se aglutinarán los actos asturianos en Castropol. Escenarios ambos elegidos por «ser zonas donde no hay grupos de Alcohólicos Anónimos».

En el Principado son 29 los grupos en marcha «tres de ellos, en el Centro Penitenciario de Asturias». El resto están distribuidos en Avilés, Cangas del Narcea, El Entrego, Gijón, Infiesto, La Felguera, Mieres, Nava, Navia, Oviedo, Pola de Siero, Pravia, Salinas y Villaviciosa.

«La media de participante en cada grupo es de 15. Tenemos algunos muy pequeños, por ser zonas rurales, pero en Gijón o en Oviedo los hay muy numerosos».

El objetivo es «concienciar a la sociedad sobre el problema, pero, sobre todo, al alcohólico. Si una persona no es consciente de que tiene un problema, no será posible ayudarle». Para ello, recuerda la entidad que tienen doce preguntas «cuya respuesta son nuestra particular quiniela».

A una mayoría de sí a estas preguntas: ¿Se ha prepuesto no beber durante más de una semana sin conseguirlo? ¿Le molesta que hagan comentarios sobre su forma de beber? ¿Ha cambiado de marca o clase de bebida para tratar de controlarse? ¿Ha necesitado alguna vez beber algo para comenzar la jornada? ¿Le gustaría ser como la gente que puede beber sin crearse problemas? ¿Tiene problemas en casa por su forma de beber? ¿Tiene problemas con otras personas por su forma de beber? En las ocasiones en que se sirve alcohol, ¿traba de conseguir tragos extra? ¿Ha tratado de controlarse y, no obstante, ha acabado embriagado? ¿Ha faltado a clases o trabajo a causa de la bebida? ¿Tiene lagunas mentales a causa de la bebida? ¿Sería mejor su vida si dejara de beber?, el diagnóstico es claro.