Alcaldes, universidad y empresas públicas usan 115 tarjetas de crédito para pasar gastos

El informe se centra en el uso dado en 2018, donde las tarjetas del sector público asturiano facilitaron abonos por valor de 129.747 euros en total. En general la Sindicatura considera que las operaciones de quienes sí le suministraron la información «resultan conformes, en todos los aspectos significativos, con la normativa aplicable a la gestión de los fondos públicos». Eso sí, añade como recomendación que en los ayuntamientos «el pleno establezca el tipo de gastos que pueden abonarse con este medio de pago, su límite cuantitativo y el régimen de justificación y control». También aconseja que mejoraría la fiscalización que en las facturas «conste el motivo de la realización del gasto y las personas destinatarias de éste».

La inspección no ha localizado ningún escándalo en el uso de tarjetas de crédito pero sí una disparidad de usos y controles y, en la mayoría de los casos, la falta de información sobre quiénes son los destinatarios de viajes, estancias en hoteles y comidas pagadas con tarjetas. Según el informe los alcaldes de Oviedo y Gijón por ejemplo carecen de tarjeta para gastos, mientras en Mieres la tiene el primer edil y el «conductor de alcaldía». En Avilés existe un decreto de alcaldía que fija en 6.000 euros anuales el límite máximo de gasto, tope que fue rebasado.

En el Principado las tarjetas se han erradicado de las consejerías y las que existen están sobre todo en empresas públicas. RTPA es la que más tiene, con 22 plásticos, seguida de ITVASA y Asturex con 10 cada una. La empresa de radiotelevisión facilita esta medio de pago ágil para que los operadores de cámara financien los desplazamientos para hacer coberturas, mientras que a la empresa de la ITV se la destaca como la «única que anota en el reverso de cada justificante de pago la identificación de la persona destinataria del gasto y motivo de esta» además de tener una «extensa regulación interna» sobre el uso de las tarjetas.

Asturex explicó inicialmente que sus 10 tarjetas «se usaban para viajes internacionales»; al repasar las facturas había gastos de manutención, flores para un tanatorio y otros desembolsos dentro y fuera del territorio nacional. En la Universidad de Oviedo el gerente controla cinco de las 16 tarjetas y una el rector. Hay 55 ayuntamientos que aseguran no tener una tarjeta y 18 que confirmaron alguna.